El arte de la provocación es una forma anacrónica de impresionar al público burgués.
El arte de la provocación es una forma trasnochada del arte, una forma viejuna, que solo sirve al artista para hacerse notar o para conseguir una parcelita en el mundo del espectáculo.
El malestar que produce el arte de la provocación es gratuito y me atrevo a decir que es un ejercicio de superioridad y de engreimiento del “artista provocador” que se cree con derecho a molestar.
Hoy podemos considerar que las expresiones más procaces de hostigamiento con que nos molestaban Hermann Nitsch, Otto Mühl, Rudolf Schwarzkoler, Günter Brus y otros artistas de la Viennese Actionism, allá por la década de los sesenta del siglo XX, han pasado a la historia de la petulancia.
No sé si ya estamos
curados de espantos o ya no nos interesa el juego de unos ociosos de la teatralidad
y el sentimentalismo escabroso.
El arte siempre debería de ser provocación, pero provocación inteligente, no vulgar o soez solo para adquirir una transitoria notoriedad. A menudo este tipo de provocaciones esconden o disimulan la falta real de talento.
ResponderEliminarAmic Puigcarbó, ¿provocación de qué y para qué? ¿para que la soporte el bobalicón que se deja provocar?
EliminarOcurre, con los provocadores, que suelen creerse superiores a los provocados, así que será mejor que vayan a provocar al desierto, que nosotros ya estamos hartos de todos estos que se creen superiores.
Se sirven del arte, del cine o de la literatura para decir que ellos son muy atrevidos e irreverentes y los demás pertenecemos al rebaño. Labor de cretinos.
ResponderEliminarUn saludo.
Amigo Cayetano, son unos oportunistas, se aprovechan de la candidez de muchos que están dispuestos a soportar su altanería.
EliminarSaludos
Creo que ese tipo de arte ha sido no solamente superado, sino potenciado por los artistas sufragados del Parlament.
ResponderEliminarUnos y otros, dependiendo del momento, ejercen el derecho de superioridad que les otorga su pasaporte político.
Evidentemente se creen con derecho a no aportar nada más que aquello que piensan han realizado mal sus oponentes, pero nunca presentan propuestas para mejorar la calidad colectiva del pueblo que representan.
Evidentemente, son unos ociosos.
Un abrazo
Miquel, tu comentario, en este momento, me hace muy feliz.
EliminarEn el arte de la provocación hay mucho de supremacismo, de altivez y de soberbia. Hay muchos "artistas provocadores" que se aprovechan de la incultura de quienes subvencionan la provocación.
Ya me dirás tú, por qué tengo que soportar a estos provocadores. Además por tratarse de una acción pedante que antepone el argumento a la estética, afirmo, siguiendo a Hegel, que esto que hacen es un "arte" muerto.
Salud
Creo que ya te he comentado que la obra que más me ha asombrado fue la Capilla Sixtina. La primera vez que la vi me quede mirando ese techo casi dos horas, esa obra "provocó" en mi una admiración hacia su obra. Que un artista "provoque" en un vendedor de camiones de escasa cultura esas sensaciones de estar viendo algo magnifico e irremplazable, que "toque" los resortes de espíritu en una persona de cultura baja sin apenas relación con el Arte, eso es la finalidad de PROVOCAR del Arte, creo yo y solo esta al alcance de pocas personas, muy pocas. Esto que nos muestras aquí es fruto del aburrimiento, de la bajeza moral, de la desidia y de la estupidez más absolutas de personajes sin otras cualidades a reseñar. Se le puede llamar arte, como se puede llamar gastronomía a un puñado de bellotas.
ResponderEliminarUn saludo
Amigo Daniel, ya has visto que no me refiero a la provocación zafia que pretenden algunos practicantes del abuso y la extralimitación grosera y solo buscan agredir al espectador.
EliminarLa provocación mediante la belleza, como tú dices, sólo está al alcance de los grandes artistas. En mi opinión, Miguel Ángel es uno de los más grandes.
Saludos
Lo que ahora se llama provocación o es mercado o no pasa de gamberrada, me temo. La provocación siempre es necesaria como forma de mover lo que existe.
ResponderEliminarAmigo Pedro, has utilizado el vocablo adecuado: gamberrada.
EliminarQué tiempos nostálgicos me despierta tu entrada... cuando el arte era Creación en lugar de petulancia, destrucción, vulgaridad, ausencia de trabajo, de oficio, de inspiración... Mientras el arte esté en poder de una élite, esa palabra seguirá desvirtuada...
ResponderEliminarBuen artículo
Un saludo😊
Amiga Volarela, soy un admirador del arte clásico, me entusiasma el Renacimiento y todas aquellas obras de arte que han considerado que la belleza está en la obra en sí, que se encuentra en el objeto más que en el sujeto.
EliminarEl arte está, como siempre, en poder de unas élites, ya lo estaba en la Grecia clásica. Lo malo es que esté en manos de burócratas, de chamanes, de gestores culturales frívolos, de ideólogos y de otros parásitos.
Saludos
Yo ya no sé si hace tiempo que llegamos al fin del Arte; probablemente. Como de tantas cosas.
ResponderEliminarAmigo Fackel, Hegel ya anunció el fin del arte.
EliminarÉl se refería al argumento.
Salud