miércoles, 30 de noviembre de 2016

Modernidad: la superación constante


 Dona I, Joan Miró. Cerámica Gardy Artigas

El concepto que otorga modernidad al arte es su constante superación. Entendemos aquí el término de superación en el sentido hegeliano.

En Hegel la superación es circular. En palabras del filósofo idealista, el pensamiento totalizante de la superación que quita y conserva podría parecer una trampa lógica, pero hoy cobra más sentido que nunca, pues la globalización y la totalidad circundan y encierran.

  Dona II, Joan Miró. Cerámica Gardy Artigas

La revolución producida por el idealismo y, más tarde por el materialismo histórico, fue muy profunda, afectó a los aspectos filosóficos del arte. El argumento y la forma fueron transformados y la expresión de los artistas fue cuestionada, así como la contingencia de la obra artística.

Los ismos artísticos surgidos después de los últimos románticos pusieron patas arriba el discurso formal en su totalidad, generaron una serie de reacciones que afectaron a la manera de entender el arte y plantearon algunos aspectos dogmáticos que hoy nos resultan difíciles de digerir.

Aquellas convulsiones ideológicas de principios del siglo XX fueron abonando el terreno y la crítica y la teoría del arte llegaron a considerar, sin ambages, que la modernidad era patrimonio exclusivo de la izquierda.

Una derecha fascista –futurismo- o algunos aspectos del primer racionalismo arquitectónico italiano parecían contradecir esta consideración, pero fracasaron ante el poderío de las ideologías de izquierdas, el marxismo, la metafísica de Nietzsche, el pre-existencialismo de Søren Kierkegaard, la crítica a la ontología de Heidegger, el existencialismo de Sartre, la subversión formal de Georges Bataille y sobre todo la dialéctica negativa de Adorno.

 Dona III, Joan Miró. Cerámica Gardy Artigas

Hoy, ante peligro de la destrucción total, cabe la reflexión sobre los pecados éticos cometidos por una izquierda dogmática que fomentó la modernidad.

Reflexiono, pero me abstengo de emitir un juicio sobre la exclusividad del patrimonio de “lo moderno” por parte de la izquierda, pero afirmo con toda rotundidad que detesto cualquier dogmatismo formal, pues estoy convencido que el arte está por encima de las ideologías.

Puedo zafarme de todo reproche por lo que he escrito, diciendo que

 LA MODERNIDAD ES LA SUPERACIÓN CONSTANTE.

Pero todo esto es una reflexión vana pues ahora tutto è perdutto.

14 comentarios:

  1. Cuando el arte se libera de las cadenas del dogmatismo ideológico y no sirve a intereses partidistas o de clase, es cuando realmente se convierte en auténtico e independiente. El artista hace lo que quiere hacer no lo que le indica la oportunidad de lo políticamente correcto en cada momento histórico. De Goya me quedo antes con las pinturas negras que con los cartones para tapices. Y eso que la técnica del "feísmo" se impone como elemento vertebrador, pero la autenticidad es máxima. Bueno, ya sabes, amigo Francesc, cuestión de gustos.
    Un abrazo.

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    1. En efecto, Amigo Cayetano, cuando el arte está al servicio de dogmas, de consignas políticas, de fundamentalismos, queda mutilado, no sirve más que para la transmisión de intolerancias.
      Salud

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  2. Y en tu penúltimo punto y aparte, creo que falta por añadir el constructivismo ruso.
    Salut

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    1. Sí Miquel, ahí va el constructivismo, y todos los ismos que configuraron el Movimiento Moderno.
      Salud

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  3. No hay dogmatismo ni dictaduras buenas, sean de uno u otro signo.

    Gracias por la lección. Magistral, como siempre.

    Un abrazo

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    1. Amigo Luis Antonio, el pensamiento único anula el arte.
      Gracias a ti, Luis Antonio, muchas gracias, este blog no sería nada sin los comentarios de los amigos.
      Un abrazo

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  4. Precisamente por todo lo que has comentado a la vista del fracaso histórico de todas las ideologías filosóficas y sociopolíticas, huyendo de todo fundamentalismo dogmático hoy en arte impera el individualismo, sin que como en el pasado se pueda agrupar ni a obras, ni a artistas por corrientes o estilos. La modernidad no es patrimonio de nadie, creo que es más una actitud que un concepto. Muy interesantes como siempre tus ideas FRANCESC, como si estuvieras revelándote contra algo que aun no termino de vislumbrar ; )

    Un abrazo grande y buen finde, ya a la puerta.

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    1. Querida María, siempre he pensado que el arte está por encima de las ideologías, incluso diría que es anterior a ellas, pues se trata de una forma de expresión. Naturalmente que una ideología puede influir y condicionar una expresión, pero siempre la ideología será posterior y el arte la contará formalmente. Coincido contigo en que actualmente el individualismo parece invadirlo todo, en principio creo que esto es una cuestión que no debería afectar a la calidad estética, puede darse un conjunto de individualidades de gran calidad, algo de esto dije en este blog en el artículo "dispersiones en el arte actual".
      La modernidad no es patrimonio de nadie, como tampoco lo han sido ninguno de los lenguajes artísticos por más compactos que hayan sido.
      María, no me revelo contra nada, no puedo hacerlo, simplemente porque no creo en nada.
      Abrazos

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  5. No te reproches, Francesc.
    El arte es dinámico, como la modernidad. La diferencia entre la creación limpia de dogmas ideológicos de la atada a propaganda de régimen, que la primera provoca furibundas condenas de las segundas.
    Libre te quiero, cantaba Amancio Prada y así ha de ser el arte, sometido a las exigencias del genio creativo, todo lo demás, sobra.

    Buenas tardes y abrazos

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    1. Querida Amaltea, coincido completamente con Amancio Prada, para el arte es lo mismo, debe ser libre, sin que ninguna ideología condicione la creatividad.
      Abrazos

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  6. Y, muchas veces me pregunto :que hubiera sido de Europa si al causante del Holocausto: lo hubieran aceptado en la Academia de Bellas Artes...?

    - Felicitarte por el evento de ayer y lo mismo que le digo a Miquel, que sea solo el principio de muchas jornadas más.

    Un abrazo

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    1. Amiga Bertha, no sé que hubiese sido de Europa, probablemente no existiría la Academia de Bellas Artes, pero es mucho aventurar ya que por un derrotero o por otro la historia siempre es un camino hacia abajo.
      Gracias por tu felicitación, fue un acto muy agradable donde tuvimos la oportunidad de saludar a muchos amigos, cómo me hubiese gustado que nos acompañaras.
      Abrazos

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  7. Gran acierto, Francesc, dar un paso al frente en vez de enredarse en discusiones políticas o formales, sin duda la modernidad, y podríamos creo, generalizar generosamente a tantísimos ámbitos de la vida, es superación constante, movimiento hacía un horizonte utópico, motor de cambio.

    Salud

    Manolo Marcos

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    1. Sí Manuel, dejarnos de pamplinas y discusiones estériles y avanzar.
      La superación supone ir mejorando el discurso anterior, las formas, los argumentos, sin que esto suponga un rechazo del gran cimiento clásico sobre el que se edifica el orden del mundo. Superación constante. Lo que no tengo nada claro es el horizonte utópico.
      Un abrazo

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