En
el curso de la historia del arte se alternan unos periodos de agotamiento formal
y estilístico coincidentes, naturalmente, con el agotamiento del patrón
filosófico que está en auge en aquel momento.
El
arte siempre ha sido la expresión más fidedigna del sistema de pensamiento
imperante, y si un paradigma social, económico o epistemológico muestra una debilidad,
el arte lo expresa.
En
estos periodos de cansancio, algunos artistas sacan fuerzas de flaqueza y afirman
una reacción contra un presagio. Temen que un posible vendaval acabe barriendo
todo el sistema formal que sustentó su arte. Un arte que ven cómo se agota.
La
sensibilidad del artista siempre ha presentido cualquier brisa que soplara, por más leve que ésta fuera.
Especialmente
virulentas han sido las reacciones contra los periodos de racionalismo. Cuando la
razón se acercaba, unos artistas se aferraban a la tradición, al
pintoresquismo, al sentimentalismo o a una épica nacional inventada. Con estas adargas
defensivas o con armas de ataque se oponían al arte racional.
Goethe en la campiña romana, Johann Heinrich Tischbein, 1787
Sturm
und Drang (tormenta e ímpetu) se
opuso a la Ilustración que se avecinaba. En la segunda mitad del siglo XVIII, en
Alemania, un grupo de artistas reaccionaron ante el racionalismo creando unas
obras extraordinarias -sobre todo musicales- que se aferraban a la tradición
contrapuntística y a un barroco por entonces trasnochado. Sus magníficas obras,
fueron un lamento, fueron un grito desesperado contra la razón.
Aquellos
teóricos como Johann Georg Hamann y Johann Gottfried von Herder, aquellos
músicos como Carl Philipp Emanuel Bach y
Joseph Haydn Joseph Hyden y aquellos poetas sabios como Friedrich Schiller, Johann Wolfgang von Goethe, fueron
precursores del Romanticismo gritando contra todo lo que suponía Ilustración.
Sturm und Drang tuvo un recorrido más o menos paralelo al
Neoclasicismo, pues partiendo de un barroco alicaído fue inyectando dosis de
arrebato -de tormenta y de ímpetu- sobre el músculo del racionalismo de la
segunda mitad del siglo XVIII.
Detalle del ticket de la exposición de la The Arts & Crafts
Exhibition Society, diseñado por Walter Crane
Más
tarde, cuando el Romanticismo se agotaba, un grupo de artistas anglosajones
reaccionó airadamente contra todo lo que supusiera progreso racional. Un
movimiento mesiánico, denominado Arts
& Crafts, encabezado por el artesano y activista William Morris, gritó
contra todo lo suponía adelanto técnico. Fue un grupo de diseñadores exaltados.
Eran puritanos que se apoyaban en un romanticismo que ya se acababa. Bailaban
al aire victoriano y tenían el dinero y la influencia global que les
proporcionaba el imperio británico colonizador. Fue un arte tradicionalista y
carca que llegó a exaltar los valores sociales y artísticos del sistema feudal,
¡hasta ahí podía llegar!
Las
obras de arquitectos como Charles Rennie Mackintosh, pintores como Walter Crane
diseñadores como Charles Robert Ashbee y Christopher Dresser, además de ser
cuidadas y de gran calidad, fueron el grito de unos artistas conservadores.
Tragaluz, linterna del Palau de la Música Catalana. Lluís Domènech i
Muntaner
Aquí
también hemos tenido agotamientos y reacciones. En efecto, el Modernisme catalán supuso una reacción
contra el racionalismo que se avecinaba. Los artistas del Modernisme cimentaron
su estética en un pasado medieval y se empecinaron en buscar una épica nacional
que diera sentido a su obra. Fue una pena que dieran la espalda al Mediterráneo
y al mundo clásico de Grecia y Roma y miraran las brumas del norte. Su mirada
fue reaccionaria.
El
coup de fouet, el trencadís, el panteísmo gaudiniano, el Orfeó Català fueron la expresión de una burguesía acomodada que no
conocía otra razón que no fuera la de sus fábricas y no quería oír hablar de
una razón artística o social.
El arte y sus tiempos y más cuando el artista,artesano,o creadores de bellos instantes. Tenía que supeditarse a sus mecenas. No quedaba otra que seguir sus pretensiones :algunas con acierto y otra no tanto...
ResponderEliminarEn estos momentos y como están los tiempos y más para seguir corrientes de tipo artístico.
-Lo mejor que se puede hacer es, subirse a la colina más alta y desde ahí contemplar el panorama y llevarnos un "kamboloi" y hacerlo girar entre los dedos para que su sonido nos ayude a reflexionar o por lo menos relajarnos...
-Bueno ya nos queda menos días para ir a votar o tirar estos merluzos por el barranco.
A ver si damos con la piedra filosofal...
Un abrazo.
Amiga Bertha, yo creo que el panorama artístico actual pinta muy mal. No voy a decir que el arte ha muerto, ni decir, tampoco, que lo haya matado la codicia y la voracidad de los mercados, NO. Afirmar esto sería exagerado, podrían parecer unas afirmaciones que buscan la espectacularidad o podría parecer, incluso, la voz de Nietzsche cuando proclamaba que Dios había muerto y que lo había matado la piedad de los hombres. NO.
EliminarPero SÍ que opino que el panorama artístico y la literatura en particular están tocados de muerte, visto lo que últimamente se publica, visto el panorama desértico que encontramos en las propuestas artísticas más avanzadas y vista la pachanga mediática,
CREO que nos esperan largos años de silencio estéril y mucho ruido, tanto y tanto, que no habrá ni un momento de tranquilidad para pensar.
Cuando digo que nos esperan muchos años estoy pensando en setecientos años de miseria creativa.
¿QUÉ HACER? Hay varias alternativas:
1) Aguantarse y callar. Si opto por esta alternativa, me dedicaré a la cocina, me dedicaré a las cuestiones de la panza y me olvidaré del arte y de la razón.
2) Preservar la obra de arte existente y poner a buen recaudo los buenos libros, los magníficos libros que configuran la República de la Libertad.
Preservar, SÍ preservar, pero, ah, ja, ja, ja, en esto soy igual de “optimista” ya que viendo la intolerancia inquisitorial y la barbarie de los integrismos, viendo que se han quemado piras de libros y que han destrozado las estatuas y las arquitecturas más importantes que ha creado el ser humano, no puedo sino desconfiar de la “inteligencia” humana.
3) Subvertir la creación artística y sobre todo literaria. Eliminar las formas de crítica artística y literaria existentes. Esta es, a mi entender, una opción revolucionaria.
Vistas las alternativas, y a menos que nos dediquemos a la cocina, un temor me embarga: que ocurra una metamorfosis al revés. Una metamorfosis producida por la mala calidad de la producción artística de la vanguardia y por la lectura de la literatura actual. Que el hombre, animal como es, acabe caminando a cuatro patas, escupiendo en el suelo cuando le venga en gana, tirándose ventosidades en grupo, o empuñando quijadas de burro y empiece a acometer a trancazos a diestro y siniestro tal como ha ido entrenando durante siglos.
Un abrazo.
Ahhhh la última parte te pasará factura, ¡ Vive Dios ¡
ResponderEliminarCreo que Omniun te tiene entre sus objetivos.
Salut
Amic Miquel, yo creo que circulan varias listas y algunos debemos estar apuntados en varias de ellas.
EliminarSalud
Fantástica síntesis histórica. Sí, estamos sumidos en una involución mercantilista del arte como de toda otra manifestación humana y creo que aciertas de pleno cuando dices que quizás la única manera de burlar este panorama es subvertir la creación literaria, en concreto, la crítica, que desde tiempos que se nos antojan ya inmemoriales, sólo están al servicio del poder comercial.
ResponderEliminarSalud
Manolo Marcos
Amigo Manuel, la crítica tanto la de arte como la literaria debe plantearse un cambio de punto de vista, si no lo hace sólo podrá opinar sobre la redondez de su ombligo.
EliminarSalud
Es curioso ese vaivén cíclico de las tendencias artísticas, al albur del desarrollo del pensamiento y de la historia. Algunos hablan de una extraña "ley", la del péndulo. Y muchos se encuentran descolocados, desubicados.
ResponderEliminarYa decía Antonio Machado:
"¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso, como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada."
Un saludo.
Amigo Cayetano, son movimientos cíclicos y no quiero pensar en la velocidad con que avanzae el progreso pues me pondría de muy mal humor. Nietzsche decía que avanzamos a paso de paloma y retrocedemos a paso de caballo. Ocurre que demasiadas veces muchos movimientos artísticos han arremetido contra la razón, esto son los pasos de caballo. Sin que medie una conmoción ilustrada no habrá manera de salir de este atolladero.
EliminarLa pregunta que se hace Machado es pertinente, todos encontramos alguna perla en todos los discursos artísticos y aquí y allí hay seres humanos de bien y otros que son unos embaucadores, así las cosas, más vale dejar la espada y atender al verso.
Salud
A mí lo que más me asombra de la historia humana, su registro hasta hoy, sea artístico, técnico y científico, es lo poco que nos cunde.Vamos pasando por épocas más o menos espléndidas y pacíficas para caer otra vez en el lado destructivo y lerdo de la existencia. Cuando parece que se alcanza una cúspide, o un cerro para ser más humildes, nos falta tiempo para echarnos por el primer barranco que nos sale al paso.
ResponderEliminarUn abrazo
Querida Amaltea, comparto tu asombro. Un pasito para adelante y echamos luego marcha atrás. Un eterno ciclo para no ir a ninguna parte.
EliminarUn abrazo