viernes, 28 de marzo de 2014

La poesía neo-post-neo-novísima de Martín López-Vega



Luz de invierno en el Gianicolo 

Estropeó todas las fotografías, aquella luz de invierno
sobre los árboles del Gianicolo: demasiado intensa
como para quedar bien fijada.
Lo mismo ocurre con los momentos
en exceso felices: la memoria no consigue después
interpretarlos adecuadamente,
otorgarles la luminosidad precisa.
Quedan en la fotografía cosas que no están en ella:
los racimos de muchachas americanas
camino del bar Gianicolo,
el cañonazo de las doce en homenaje a Garibaldi,
mis manos, dos partes de mi cuerpo que no me agradan
-sus dedos como ramas de un árbol demasiado cansado
de buscar en vano la ternura.
Queda esa luz que acaricia el lomo de los días
y que niega al recuerdo de aquella colina
esa intuición misteriosa:
allí es imposible
prever el olor que rodeará nuestras sepulturas.



Martín López-Vega


Desde Pincerton University, don Germán Labrador ha dicho que la obra de Martín López-Vega tiene una fuerte influencia neo-post-neo-novísima y este poema, en concreto:
es muy representativo de [los] modos de escribir actuales y de los problemas que incorporan ciertas visiones poéticas y, sobre todo, de los problemas que dejan de incorporar.

4 comentarios:

  1. No conocía a López Vega. El texto poema en verso libre con su reflexión y melancolía, me gusta porque incorpora lo paradógico, queda después de leerlo una evocación de lo que no nombra.

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    1. Querida Amaltea, ha sido un descubrimiento reciente, este poeta evoca pasando por la tangente de las imágenes, me gusta. Desde la tangente sin nombrarlo deja que nosotros descubramos qué es lo que hay en el centro de círculo.
      Salud

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  2. Respuestas
    1. Ja, ja, ja, Miquel, por lo que dices Martín López-Vega podría estar en la nómina de "Escritores Recónditos"
      Salud

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