Esculturas
interiores de la iglesia románica de Santa María de Siones. Relieves de uno de
los dos edículos alumbrados con una linterna. Localidad de Siones. Valle de
Mena. Merindades. Burgos. Castilla y León. España. Foto Javier Prieto Gallego. © Javier Prieto Gallego
Los edificios medievales se llenaron de retablos y
mosaicos. El espacio interior de las
iglesias se trataba como si fuera un códice historiado, las paredes de los
templos bizantinos o románicos llegaban a parecer las páginas de un
martirologio. Se historiaban capiteles y arcadas con toda clase de
representaciones de la divinidad. Las imágenes eran hieráticas y toscas. En la
jerga utilizada por la clerecía se decía que los códices se “iluminaban” con
imágenes instructivas. Con los retablos de aquellas iglesias también se
perseguía la “iluminación” de los fieles, o sea de todos, porque no se podía
ser otra cosa que no fuera fiel.
Aquellos retablos, tan ricos cromáticamente, sólo perseguían
la transmisión del dogma.
Las arquetas repujadas, los capiteles historiados, los
vitrales de colores, los retablos estucados y los mosaicos de teselas doradas
parecen contrastar con la oscuridad y la proporción de los espacios interiores,
especialmente en el arte románico.
Las dimensiones reducidas del templo románico, con su
austeridad pétrea y sus bóvedas de cañón seguido recto, se suelen ver,
actualmente, como un espacio arquitectónico íntimo y acogedor. Incluso podemos
estimar como positivo el contraste que producen los retablos, tan ricamente
coloreados, con aquel espacio “íntimo”.
Podemos decir que el contraste producido por la riqueza cromática y el
espacio austero es un valor estético.
En efecto, puede considerarse el aspecto positivo del
contraste, pero debemos tener en cuenta que el concepto de “intimidad” es un
concepto romántico, no románico, y que la arquitectura medieval es
como es por un imperativo estructural y por una escasez de materiales.
Los espacios son pequeños porque ofrecen menor dificultad de
cubrición y los muros son gruesos y con vanos pequeños porque debían soportar
las cargas pesadas de las bóvedas.
El cromatismo de los retablos es como es, intenso y con
colores planos porque apenas se conocía el degradado, el matizado y el
claroscuro. Los colores eran planos porque el mensaje que transmitían era
simbólico y plano y las figuras carecían de matiz, porque el dogma representado
no permitía ningún matiz y con la expresión de ángeles y demonios se
representaba lo claro y lo oscuro de una manera burda si la necesidad del
claroscuro pictórico.
La aplicación de criterios románticos a la consideración del
arte románico nos puede llevar a una confusión de contenidos, pero el criterio es
como es y con este criterio apreciamos el valor estético.
Entonces, después de estas tres entradas y, siguiendo tu argumento, al arte medieval que contiene (según tu punto de vista ), ausencias de voluntad de arte, inventiva y matices, no se le puede considerar arte "per se", sino solo "especulación".
ResponderEliminarNo todo el arte medieval me gusta, no todo, pero hay frescos (independientemente del ejecutor que lo realice) que si me agradan. O bien por su cromatismo o bien por su ejecución, no así la temática que generalmente es religiosa y no me agrada en demasía.
En fin, Hablaré con el regidor del barrio para que no ponga una pira en frente de casa y vaya en tu busca, ya sabes, si se te ha de quemar, que se haga, pero lejos de mi humilde morada, el humo siempre me ha molestado.
Un abrazo....
Nos vemos el jueves....
Sí Miquel, naturalmente que se puede considerar arte, fue la expresión de unos siglos oscuros y de un esquematismo paupérrimo. Otra cosa es el contenido, pero esto es algo que corresponde más a la historia o a la filosofía, desde luego se trata de un arte que sirvió para convencer.
EliminarNos vemos.
En un mundo de crédulos y analfabetos, los detalles iconográficos de las portadas y de los interiores de iglesias y catedrales constituyen todo un repertorio visual para que el mensaje llegue nítidamente a los fieles sin necesidad de aprenderlo en ningún libro. El mensaje es claro: esto es lo que tienes que creer y ay de ti si incumples los mandamientos de la ley divina u osas levantarte contra el orden terreno establecido por Dios. Así de sencillo.
ResponderEliminarUn saludo.
Amigo Cayetano el arte medieval, especialmente el románico, es la expresión de la imposición y el dogma. Algunos creen ver un cierto esquematismo minimalista pero yo creo que lo que hay es una gran ingenuidad y pobreza formal.
EliminarSe m'ha fet curt. "Tres sin sacarla" i ja està? Intens i agradable, però breu! Post coitum tristitia... En fi, segur que un altre dia ens ens donaràs més cullerades. Gràcies, Francesc.
ResponderEliminarAmic KRT, en aquest mateix blog he posat altres trextos sobre l'art medieval, sobre el pas cap el Renaixement, sobre el Trecento i moltes reflexions sobre arquitectura románica y gótica. Ara era qüestió d'anar deixant aquests segles foscos, donar una mica de respir, i ja hi tornarem més tard.
EliminarSalut
Una maravillosa foto. Que el valor estético esté sometido a un objetivo doctrinal, no resta nada a la emoción -conexión en mi caso- con otro espacio tiempo, por ejemplo, cuando entro en una iglesia románica, pongamos Frómista o bizantina, san Vital de Rávena.
ResponderEliminarAsí que has conseguido con tus entradas sobre el románico que tenga ganas de volever a visitar iglesias y recorrer monasterios.
Un abrazo
Querida Amaltea. Rávena, Frómista, me estás hablando de joyas auténticas. Si mis escritos te incitan a volver a visitarlos, bienvenidos sean.
EliminarSalud