viernes, 29 de septiembre de 2017

La monja enana




En la película Amarcord de Federico Fellini vemos cómo un loco subido a un árbol grita:
¡Voglio una donna!... ¡Voglio una donna!  (¡Quiero una mujer!)

La familia del loco le tiran piedras y le dicen que baje del árbol y creo que hasta le ofrecen golosinas o un plato de polenta, pero no logran que el loco desesperado baje del árbol. Acude el alcalde para resolver la situación y poner orden, pero nada consigue.

A alguien de los allí presentes se le ocurre la idea de llamar a la monja enana para que arregle todo aquel desconcierto. Llega por fin la monja enana, se sube a una escalera y con gran autoridad conmina al loco para que baje.

-BAJA –dice la monja- y rápidamente el loco exaltado obedece y baja.

¿Tendremos que llamar también nosotros a la monja enana para que resuelva la situación de locura en la que estamos metidos y consiga que el loco baje del árbol de la sinrazón?

13 comentarios:

  1. Si la monja enana está bajo los influjos del abad de Montserrat...mejor que no.
    ¿Qué culpa tiene el loco ?

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    1. Amic Miquel, no creo que la monja enana tenga demasiados influjos, es pequeñita y tiene una autoridad natural que no se la salta ni un torero.
      Abrazos

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  2. No sé si la monja enana o Fumanchú, pero a alguien con mucha imaginación y con un super poder paranormal.Que los adormezca a todos durante varios lustros o siglos. Necesitamos que se invente una gestión de los asuntos públicos basada en beneficiar a la colectividad, facilitar el progreso y bienestar de la gente y arrinconar la corrupción política.

    Qué buena película, me apetece volver a verla.

    Un abrazo

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    1. Querida Amaltea, ¿no será que la monja enana y Fumanchú están liados?
      Está claro que ninguno de estos dementes o majaretas que están subidos a lo alto puede gestionar la concordia.
      Abrazos

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  3. Lo malo es que en vez de un loco te encuentres con un mono. Y no te haga ni caso. Y eso es lo que hay.
    Un abrazo, Francesc.

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    1. Amigo Cayetano, puedes encontrar un mono subido a la copa de un pino o también a alguien con un peinado raro, ninguno de ellos hace caso de nada.
      Un abrazo

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  4. Ojo a las monjas enanas. Hubo una que salió vencedora en 1939. Los del árbol de entonces se lo pusieron a huevo. (Otra lectura, por aportar algo más)

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    1. Amigo Fackel, algunas monjas han protagonizado hazañas de autoridad o de autoritarismo, recordemos a Catalina de Erauso.
      Saludos

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    2. Pero algunas no eran enanas ni mentales siquiera, sino grandes en consecuencias corporales y en letras, tal Sor Juana Inés de la Cruz.

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    3. Juana Inés de la Cruz fue una niña prodigo, creo que en su celda se celebraron reuniones científicas y literarias. Tanto su prosa como su poesía son bellísimas. Lo que no acabo de entender es el asunto de ese babero con el que la vemos en todas las representaciones pictóricas que tenemos de esa sor.
      Abrazos

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    4. No tienes más que ver la composición que le dedicara su amada señora y virreina María Luisa Gonzaga en forma de acróstico:

      Asuntos las nueve musas
      Jocosos dictan, y graves;
      Única en todos, tus sabes
      Acer te miren confusas,
      Numen de ciencias infusas,
      Asombro de inteligencias,
      Imponderable en cadencias,
      No imitada en consonancias,
      Erudita en elegancias,
      Singular en todas ciencias.

      Por supuesto, más allá de lisonjas y admiraciones verbales en este caso de la Señora a la Monja poeta otro no sé qué de pasión -que diría el Padre Feijoo- fluía entre ambas, lo cual dio lugar a una obra poética barroca pero cargada de liberalidad de sentimientos expresivos fluidos y ricos.

      El babero que dices es un medallón - el que hallaron entre sus restos mortales era de carey- con la representación de La Asunción, advocación de la orden de las Jerónimas a la que pertenecía Sor Juana.

      Las historias religiosas pero de este mundo están repletas de parafernalia y simbolismo. Por análoga senda caminan por ahí muchos identitarios menos sabios y lúcidos que se hacen notar últimamente.

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  5. Comienzo a dudar de que exista algún dios, monja enana o quien sea capaz de liberarnos de esta locura que nos envuelve y contagia.

    Abrazos

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    1. Amigo Luis Antonio, estoy convencido que nosotros ya no llegaremos a ver el arreglo de todo este desaguisado, suponiendo que esto se arregle algún día. Todo forma parte de aquella crisis sistemática que primero mostró su cara despiadada en la economía y en la corrupción, y ahora continúa con la desobediencia de las leyes, la degradación política, la mala calidad democrática, la sustitución de la razón por el eslogan raquítico y desaforado, la tergiversación del concepto de libertad y del bien público, esto es una desgracia, continúo con mi augurio que ya anuncié hace más de cinco años: nos esperan 700 años de miseria.
      Un abrazo

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