Detalle. Michaela Steinacher
No cruzaré la espesura del
ramaje
ni penetraré en el color del
jazmín.
No lo hizo Piero della
Francesca,
no quiso traspasar
la solemnidad de la piel ni
de los rostros.
Hoy sólo escucho las
canciones que suenan
quietamente detrás de las
cortinas
de la estancia húmeda y el
sonido
de un piano arbitrario que
acompaña
las sicilianas cantadas a
media voz.
A lo lejos, unas zarzas
ocultan
las rosas desconocidas, las
de color
inconsistente y espinas
resecas
que enhebran el tiempo y la
pasión.
No voy a traspasar la
ostentación de la razón.
F.C.
No se porqué me gusta. Ni soy crítico, ni entiendo de poesía, ni me subo al carro del arte sabiendo que de este no se nada.
ResponderEliminarPero me gusta.
Y de todo, la última frase. El último párrafo. El último escrito después del punto y aparte.
Salut
Amic Miquel, creo que es preferible hacer uso de la razón antes que traspasar una posible ostentación de la misma, aunque sea amable.
EliminarEn la pasión solo hay incertidumbre.
ResponderEliminarUn abrazo, Francesc.
Amigo Cayetano,
Eliminares la incertidumbre de un mar de tinieblas donde el navegante, en noches de escorpiones,
tendrá que taponar sus oídos
al canto de las sirenas, éstas solo anuncian la pasión y el equívoco que nos hace perder el sentido de las cosas. Apasionados, somos hombres muertos.
Salud
Escuchar la siciliana de Handel y leer unos versos enhebrada (en el tiempo y la pasión) en un sillón con buena luz. ¿Se puede pedir más?
ResponderEliminar¡Qué fàcil! Amaltea, necesitamos muy poca cosa, una música de Händel y unos versos y que nadie nos moleste y lo podamos apreciar bien.
EliminarSalud