A lo
largo del siglo XX se ha intervenido en el patrimonio arquitectónico eligiendo,
en cada caso, la técnica innovadora o tradicional que en aquel caso concreto se
creía conveniente.
Muchos
errores, pocas correcciones. A veces las técnicas de restauración
arquitectónica han sido demasiado agresivas: formación de estructuras de
hormigón desproporcionadas para soportar bóvedas delicadas, introducción de
atirantamientos metálicos que se oxidan para afianzar sillares bien labrados, protagonismo
de los elementos restauradores, etc.
Estas
soluciones, proyectadas por técnicos carentes de sensibilidad, han ocultado el
valor arquitectónico o han echado a perder una construcción histórica bien
resuelta.
Siempre
deberían adoptarse medidas reversibles, de manera que pudiera restituirse el
valor del patrimonio manipulado. Véase la "Carta de Venecia" 1964 de ICOMOS.
Las
características de los sistemas que se utilicen en la restauración arquitectónica
deben ser tales que no atenten a la estabilidad de lo construido y que no
provoquen tensiones o efectos secundarios a la obra que queremos restaurar.
Nota 1.- Donde dice
arquitectónico puede sustituirse por democrático, el texto también sirve.
Nota 2.- Deberíamos analizar
un hipotético texto resultante si substituyéramos “patrimonio arquitectónico”
por “cuerpo enamorado”
Cuántas chapuzas hemos visto a lo largo de este tiempo..
ResponderEliminarsalut
Miquel muchas de estas chapuzas las hemos pagado entre todos y lo peor ya no es haberlas pagado sino que queda ahí ancladas en la vergüenza y en la incultura.
EliminarSalud
Jajaja... muy bueno. Lo único que no hay necesidad de restaurar es el franquismo, ahí sigue, maquillado eso sí, pero intacto.
ResponderEliminarSalud!
Amigo Loam, hay muchas obras que no merecen ninguna restauración, pues su valor histórico o artístico es nefasto.
EliminarSalud
Es como una mala cirugía estética. Se debe denunciar algo así con el fin de que no se repita.
ResponderEliminarSalut!
Querida Gemma hay muchos ejemplos de restauraciones que son una chapuza, y muchos ejemplos de restauraciones de edificios que son una auténtica chapuza. Se han gastado los cuartos para restaurar construcciones que reclamaban su derribo y se han gastado los cuartos en restaurar de forma chapucera monumentos o edificios que requerían sensibilidad, buen gusto y cultura arquitectónica.
EliminarSalud
Las tres eses: sensibilidad, sentido y saber. De lo que carecen muchos"comisarios" "curadores" politico culturales, gente que mide sus actuaciones según la satisfacción que procuran a quienes les han nombrado.
ResponderEliminarQuerida Amaltea, podemos poner nombres y apellidos a muchos "comisarios" y gestores culturales insensibles al valor del patrimonio arquitectónico y podemos poner nombres y apellidos a muchos técnicos que han llevado a cabo restauraciones chapuceras.
EliminarSalud
Muchos intereses creados; porque no nos olvidemos que en la mayoría de asentamientos arquitectónicos hay buenas catas de agua: que era una constante en esos pueblos que llamamos primitivos y en cambio hoy por desgracia hay mucho necio con mucho titulitis y poca materia grís.-Lo dicho intereses creados para engrosar bolsillos a unos pocos.
ResponderEliminarUn abrazo feliz finde.
Sí querida Bertha, tienes razón. Añado a los intereses creados una falta de sensibilidad, una incultura supina y un desconocimiento del valor artístico e histórico del patrimonio arquitectónico.
EliminarHan hecho muchas barbaridades.
Un abrazo
Y en el país de "Pepe Gotera y Otilio" las chapuzas se cuentan por millares. Y encima hacen gracia, como la que protagonizó la gran "restauradora" Cecilia.
ResponderEliminarUn saludo.
Amigo Cayetano, es una pena la cantidad de desaguisados que no son más que una expresión de la incultura y falta de sensibilidad. Estas restauraciones chapuceras, luego, permanecen décadas y décadas.
EliminarAdemás de los casos flagrantes como el que citas, casos de chiste e incultura tosca, nos encontramos con restauraciones llevadas a cabo por profesionales "cualificados" que actúan con demasiada agresividad e intervienen inyectando hormigón en bóvedas de crucero, o arremeten contra elementos arquitectónicos sumamente delicados colocando materiales inadecuados y elementos de una inercia formal exagerada.
Salud