En la cueva,
con grilletes en los tobillos,
con la espalda apoyada
en la pared de granito,
con la humedad que penetra
hasta el tuétano
y la mirada fija
en el hueco de luz,
ves, reflejado
en el espejo elíptico,
un mundo de lobos
que semejan corderos
y de bosques umbríos
que te devuelven los colores
de los falsos jardines.
Todo vehementemente dispuesto
por la excentricidad de la elipse;
trastocado
por la curva del espejo cuadrático.
Hay una melodía
detrás del espejo.
Te lo aseguro.
Intento escuchar la melodía....
ResponderEliminarMiquel, te aseguro que la encontrarás.
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Hermosa perspectiva. Me lo creo.
ResponderEliminarBesos
Ay querida, se trata de perspectivas que parecen engañosas, se reflejan en un espejo curvo y esto siempre produce deformaciones, pero detras del espejo hay la melodía que conocemos.
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Tampoco importa mucho, después de tanto tiempo y tanta tortura, carezco de oído.
ResponderEliminarAbrazos, siempre
Armando, comparto tu pesimismo, pero no dejo de escuchar la música callada que que ofrece el espejo.
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¿Acaso no vivimos deformados? :)
ResponderEliminarQuerida Lou, el tiempo nos deforma, también el infortunio, las emociones mal asimiladas, los sentimientos abrasivos, las compañías vidriosas, los solsticios oscuros...
Eliminarsalud
todo es según con el cristal que se mira,
ResponderEliminarlo extraño en la vida del hombre es que cuanto más falso y mentiroso es lo que ve, la ilusión, la fe, la esperanza en armoniosa música le impulsa a tratar de liberarse
.
digo que es extraño, porque inteligencia mediante, muchas falsedades deberían ser consideradas axiomas y ya, darlas por hechas, sin embargo aún se sueña un mundo mejor
un abrazo querido arquitecto de la poesía
Amigo y admirado Omar, sí, en efecto el cristal nos muestra la relatividad de las cosas, pero también de la ilusión, de la fe, de la esperanza. Así con todas estas falsedades vamos marchando.
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Y esa melodía suena a Debussy? :D
ResponderEliminarQuerida Gemma, este poema pertenece a mi libro "Els quatre miralls quadràtics de'n Quadreny" -bilingüe- es un libro dedicado a las partituras del compositor Josep M. Mestres Quadreny, cuya música dista mucho de la obra de Debussy. No, no en mi poema no hay ningún espiritu impresionista.
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Claro que la melodía al otro del espejo la escucha quien quiere oír…las curvaturas en el azogue o en los caminos son engañosas…a pesar de todo… todos seguimos marchando. Me gustó tu poema.
ResponderEliminarUn abrazo Francisc.
Querida Ceciely, el espejo elíptico deforma como losotros espejos de superficie curva, también el espejo de tiempo y el espejo roto. Hay múltiples formas de reflejar las realidad.
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