Comían sardinas a la brasa, tres docenas por barba, las habían acabado de pescar, este era su desayuno.
Los dos se admiraban profundamente.
Cada uno de ellos estaba convencido que el hombre que tenía delante era el mejor del mundo.
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Se me da que Picasso era mucho picasso,,se me da que el otro es mas un panfleto utilizado...
ResponderEliminarcomo siempre, al igual me quivoco
Miquel, no era Picasso ni el otro era un panfleto. En todo caso eran buenos comedores, no tanto por la cantidad sino por la calidad, aunque tres docenas de sardinas pueda parecer mucho, resulta que acompañadas de un buen vino, y con una charla civilizadísima, las sardinas van pasando de una en una como si nada. Apreciaban el matiz más sutil del aire y de las olas. Cada uno de los dos creía tener ante sí a un hombre sabio. Irreductibles. Siempre creyeron que eso de la historia era un mal negocio.
EliminarSalud
Y quiénes eran estos dos hombres?
ResponderEliminarAndri Alba
No, querida Andri, no voy a revelar el secreto. Estoy seguro que algún amigo descubrirá quienes eran estos dos hombres sabios.
EliminarSalud.
Me parece que el del pelo negro es Plà. Quizás la foto es de la época en la vivió en Cadaqués y dejó escritas sus andanzas marineras -y con Lidia- en un librito delicioso del mismo nombre que el pueblo.
ResponderEliminarQuerida Amaltea, la foto es en Aigua Xelida. Pla decía que envidiaba a este otro, que en la foto está sentado enfrente, que este era un hombre que todo lo que hacía tenía un sentido, que lo de escribir eran "collonades" y lo de su amigo era lo verdadero.
EliminarEl libro que comentas -Cadaqués- es recomendable y delicioso con mayúsculas.
Salud
Por favor, señor Cornadó, diga quien este otro que se sienta enfrente de Josep Pla. Veo que ya se han comido las sardinas, que no se han terminado el vino y que ahora están tomando un café.
ResponderEliminar¿quién es este señor que se sienta en la mesa con Plá?
J. Aubert
Amigo Aubert, están sentados a la mesa dos grandes hombres, Josep Pla creía que su compañero era uno de los hombres más sabios del mundo.
EliminarSalud
El de la derecha es Pla y el de la izquierda es l'Hermos perdonad la falta de acentos. :D
ResponderEliminarCorrecto Gemma, te has ganado una piruleta. Has adivinado. Pla i l'Hermós tomándose un café en Aigua Xelida, dos hombres que se admiraban profundamente.
EliminarBesos
Querido Francesc, dos hombres doctos, de gran sencillez y cinco líneas que lo dicen todo sobre la amistad.
ResponderEliminarQuien sabe si el equilibrio mental de ambos se debe a los nutrientes del pescado azul.
Un abrazo
Querida Loli. Por lo que cuenta Pla, l'Hermós era un hombre sabio, que conocía muy bien los vientos, la mar y los productos que da la tierra. Hombres equilibrados, en efecto, no cabe duda que la alimentación influyó en este equilibrio.
EliminarUn abrazo
Sopas de ajo y torreznos a las nueve de la mañana. La Castilla del mar de cereales. Aunque no sé si, cuando yo veía almorzar a mis abuelos, estaban convencidos de algo.
ResponderEliminarAbrazos, siempre
Comida sencilla, amigo Amando, y convencimiento de muy pocas cosas, en todo caso de la eterna lucha por la provisión del pan, esto lo sabían muy bien nuestros abuelos.
EliminarSalud
Una lliçó d'humilitat exemplar.
ResponderEliminarRamon, aquesta lliçó és per aprendre-se-la.
EliminarGràcies, Francesc! :DD
ResponderEliminarBien Gemma, ahora a comerse la piruleta.
EliminarSalud
Mientras releo un viatge frustrat...a tu salud!
ResponderEliminarPor cierto, por qué le llamaban el Hermós?
Querida Gemma, al ver la fotografía no debemos caer en aquello de juntar lo que vemos con lo que decimos, ja, ja. ni caer en el chiste fácil relativo a su guapura, creo que le llamaban así porque este era el mote de su familia, el nombre que en muchos pueblos adjudican a cada casa "ca l'Hermós"
EliminarSalud