Para injuriarte o por temor a tu rostro
los poetas escribieron versos alados.
Con tus ojos enloqueciste a los héroes
hasta conducirlos a una guerra interminable
y aún sus hijos no te han maldecido
y tú permaneces bella.
¿Cuáles son tus ardides de vieja ramera?
Con tu semblante gastado, ¡oh tu belleza!
afrontas el paso del tiempo y de los anhelos,
desafías el brillo de la aurora y la oscura barbarie;
y de la historia muda, tú eres el silencio
y la deslenguada.
Enzurronas a los jóvenes, y deslumbras
a los náufragos dispuestos a intercambiar
su libertad por los cantos melifluos de las sirenas.
Eres la que da la esperanza al hombre vencido
que en noches aciagas no supo vender su audacia
al placer pasajero.
Ya sé que no estás dormida en esta noche
de escorpiones y que hoy el claro de luna
no cae sobre el acantilado y aunque los tilos
del bulevar tengan sus copas demasiado ralas,
la mirada nostálgica del circunstante añora
el paso de un ángel.
viernes, 22 de marzo de 2013
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fascinante... me hiciste vibrar un cadalso de sed
ResponderEliminartomaste la garganta a la belleza o te tomo a ti y la regurgitas con su daga.
me encantó... salud y placer pasar por aquí
Amiga Mareva, celebro tus vibraciones. La belleza enagenó a los héroes.
EliminarSalud
Bonito homenaje a la poesía, esa mujer en forma de verso. Vino primero pura, vestida de inocencia... que diría Juan Ramón.
ResponderEliminarUn saludo.
Amigo Cayetano, la belleza presenta mil disfraces: el mármol frío, el barro cocido, la palabra precisa, el lienzo elocuente.
EliminarSalud
Hola, Francesc:
ResponderEliminarEncantado de conocerte y disfrutar de tu arte y de tu poesía.
Un abrazo.
Rafael, me alegra que pases por aquí y agradezco tus comentarios, yo voy por tu blog, compartimos lecturas.
EliminarSalud
Encantador Francesc, un título y un poema desgarrador.
ResponderEliminarGracias
Mi querida amiga Lou, celebro tu visita y que te haya gustado el poema, ya sabes, esa manía mía de reflexionar sobre la cara escondida de la belleza.
EliminarSalud
mi buen amigo, se ha superado y mire que usted es un insigne poeta
ResponderEliminarel abrazo de siempre
Gracias Omar, mi admirado poeta austral, este poema sobre la belleza forma parte de un conjunto de reflexiones que estoy pergueñando.
EliminarSalud
Ahhhh ¡¡¡
ResponderEliminarel edificio iluminista por exelencia en Barcelona...siempre permanece bella...siempre.
Salut
Miquel, en efecto arquitectura iluminista en un jardín botánico, en suelo de experimetación, y enfrentado a un seminario donde se experimenta poco y se especula demasiado.
EliminarEl pequeño edificio es solo la caseta de las herramientas del jardinero.
Salud
Me gusta mucho, don Francesc, un poema lleno de fuerza. ¿Es Helena? ¿Acaso simplemente la mujer eterna, quintaesencia de toda belleza?
ResponderEliminarPor cierto, de las dos entradas anteriores, me quedó decir en su día que son una delicia.
Un saludo muy cordial.
Amigo Antonio, perfectamente podría ser Helena, quintaesencia de la belleza, no había caído en ello, voy dándole vueltas a esta manía mía de fisgar qué se encuentra detrás de la cortina, cómo es el rostro terrible de la belleza.
EliminarAgradezco mucho tus comentarios.
Salud
Un poema impecable para convocar lo bello y lo sublime, la medicina más indicada para apaciguar la espera de los días esplendorosos y del tiempo de las cerezas
ResponderEliminarUn abrazo.
Querida Amaltea, en el acercamiento a la belleza hay que andar con tiento, Rilke ya nos advirtió del peligro.
EliminarUn abrazo.
Pues es una manía que me encanta.
ResponderEliminarBesos.
Perdona, tu nombre es Francesc…hubo un error de vocal.
ResponderEliminarSaludos...
Sí Ceciely, mi nombre es Francesc.
EliminarUn abrazo.