Un arquitecto
racionalista, uno de los padres del Movimiento Moderno, dijo que cuando un
pintor termina una pintura, si no le gusta como ha quedado, puede romperla sin
dificultad; si el artista es un escultor descontento con su obra, tampoco le
costará mucho destruir su escultura; pero si es un arquitecto y no le gusta tal
como ha quedado el edificio terminado, no le quedará otro remedio que cubrir la
casa con vegetales y llenar la fachada de plantas o vegetación colgante.
Esta solución ha resuelto
muchas barbaridades arquitectónicas. Vemos fachadas ajardinadas verdaderamente
plausibles y no nos preguntamos qué habrá detrás de las buganvillas o de los
ficus bejamina de los balcones o los saledizos. Ahora ya se está hablando
del jardín vertical o del paramento ecológico como elementos de composición
arquitectónica.
Pero el endriago de la
vanidad de los arquitectos divinos acude a las fachadas y a estos profesionales
no se les ocurre otra alternativa que recubrir una fachada, más o menos digna,
con alguna zarandaja de diseño.
Este es el caso del
edificio del paseo de Gracia de Barcelona cuyo frente de fachada ha sido velado
con una especie de hojalata, una chapa ondulada con perforaciones arbitrarias
que filtran la luz exterior y hacen que, desde el interior, tengamos una visión
absolutamente delirante, turbada e incompleta de la arquitectura de Gaudí, que se
encuentra en frente.
Hoy, esta intervención de
recubrimiento de fachada, proyectada por el arquitecto japonés Toyo Ito, nos
parece anacrónica, pues se trata de uno de los últimos coletazos del frenesí
arquitectónico llevados a cabo en la era
de la ostentación y ahora esto hace daño a la vista.
El diseño, entendido como una técnica aplicada a un objeto y por tanto bien aplicada no existe aquí. No creo que sea fruto de una ostentación a no ser que se trata de una fachada que en esencia lo es. Es fruto de eso si una mala práctica la de no entender que se requiere en un lugar y en tiempo determinado. El japo y quien hizo posible este error deberían purgar y quizá seria posible una pena consistente en desmontar el artefacto, es posible, y hacerse sendos somieres para que no descansaran el resto de sus dias. Salud.
ResponderEliminarLamarderemuée. Aquí el diseño se ha puesto al servicio del marqueting comercial más adocenado, se trata de la memez de un arquitecto de campanillas, de estos que jamás purgan. Viendo la forma y el sentido del encargo que se le hizo al arquitecto se trata también, y ahora insisto, de un postrer coletazo de los que se daban al final de los años de la burbuja inmobiliaria y de la "era de la ostentación"
EliminarSalud
jo no hi entenc Francesc, pero em sembla horrorosament lleig, tant, que el mateix Gaudi en podia haver signat l'autoria.
ResponderEliminarAmig Puigcarbó, en Gaudí només signaría una follia panteista pero no aquesta bajanada.
EliminarSalut
Completamente de acuerdo ¡ salut
ResponderEliminarYa sabes Miquel que esto lo comentaba el 12 de octubre de 2011 en Memez y notoriedad
Eliminarhttp://francesccornado.blogspot.com.es/2011/10/memez-y-notoriedad.html
Salud
Totalmente de acuerdo...! No pega esta celosía con el tipo de edificio que esta lindante.-Que por cierto esta pidiendo a gritos una limpieza a fondo.
ResponderEliminarSí fuera un proyecto de arquitectura efímera aun .Pero... para que esto se quede por los siglos de los siglos: es bien aparatoso.-Igual se convierte en un icono modernista de este precioso Paseo de Gracia...cosas peores se han visto.
Un abrazo Francesc
Querida Bertha, esta fachada es una memez y juego de niños ricos que se creen con derecho a disponer de la imagen pública de la ciudad.
EliminarEn Barcelona hay una oficina municipal que vela por la preservación del paisaje urbano, especialmente en los sectores protegidos, pues bien, ante un arquitecto de campanillas se callan.
Salud
No se ve bonito. Creo que el capricho ha hecho lo que buscaba, resaltar. Así las opiniones no favorables pueden aflorar y darle (digamos) una extraña importancia al autor de la fachada.
ResponderEliminarLo peor de la susodicha es, tal como usted lo dice señor Francesc, que se filtra la luz (lo de delirante no me parece malo, pero dentro de su contexto, claro que lo es), impidiendo que se pueda admirar la arquitectura, para mí (y creo que para muchos en el mundo), del grande Gaudí.
Andri
Salut!!!
Andri. Es una fachada arbitraria, postiza, sin sentido.
EliminarSalud
Esto es un horror arquitectónico, un auténtico insulto a Gaudí, una parodia sin sentido. ¡Es indignante! Un pegote, que es una cantada fuera de tono y lugar, en uno de los más bellos paseos de Barcelona, levantado para fortalecer la vanidad de un arquitecto.
ResponderEliminarSalud, y un abrazo.
Carlos coincido contigo, se trata de vanidad del diseñador y de los promotores, es un pegote con finalidad comercial y de espectáculo vacío y sin sentido.
EliminarSalud
Señor Francesc, estoy acostumbrada a tratarlo de usted, pero puedo tutearle. Puedo? A ver si me sale, pues la costumbre hace ley. Eso ya se sabe.
ResponderEliminarUn abrazo.
Andri
Puedes hacer lo que quieras, Andri, ya sabes que no tengo ningún problema de estos.
EliminarSalud
He creído ver en este engendro uno de esos vestidos que las señoras se ponen una vez en la vida para ir a una boda y luego duermen el sueño de los justos en el fondo de armario. Donde el sueño del justo sería Gaudí, para el que nunca se nos acabarán los elogios, incansable genio y creador impenitente. En fin, es ordinario y de usar y tirar.
ResponderEliminarSalud
Esta fachada, amigo Manuel, es un engendro que tenemos que soportar por culpa de estos vanidosos.
EliminarDe Gaudí no tengo opinión, me supera.
Salud
cuando todo se enturbia, cuando todo se duda, hay que volver a las raíces, hay que volver a los clásicos
ResponderEliminar.
de lo contrario, todo es remiendo, lo atamos con alambre o lo tapamos con chapas
salut
Omar, sí y mil veces sí, hay que volver a los clásicos, jamás deberíamos apartarnos de ellos.
EliminarAgradezco muchísimo tus palabras.
Salud
En pocas palabras: sobrecogedor. Reconozco que no lo conocía. Aunque en este caso me resulta más turbador el conocimiento que la ignorancia... Abrazos.
ResponderEliminarQuerida Salomé, hay horrores que es mejor no conocerlos, imagínate si además tenemos que soportarlos.
EliminarSalud