miércoles, 25 de octubre de 2023

Qué hay que guardar

 


Las estanterías están llenas de libros, papeles, publicaciones de todo tipo. Mucha carga y mucho material que va acumulando polvo.

¿Cuánto de todo esto merece la pena conservar?

Seguramente nos podemos desprender de casi todo y sólo merece la pena salvar algunas frases, unos pensamientos  –pocos–  escritos en un papel, que ahora forman parte de nosotros mismos; podemos guardar algunos fragmentos de música, las reproducciones de algunas pinturas, una o dos ecuaciones matemáticas.

¿Dónde se puede guardar todo esto? No se me ocurre ningún otro sitio mejor que meterlo en el arte. 

El arte siempre ha sido el mejor cofre donde el ser humano ha atesorado lo más noble de su condición.

23 comentarios:

  1. Eso, ligeros de equipaje material y vestidos de ropaje espiritual.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amigo Julio, en efecto, ligeros de equipaje, que así es como caminamos mejor.
      Saludos.

      Eliminar
  2. Respuestas
    1. Noxeus, el arte es un cofrecillo donde guardar lo más importante de la civilización.

      Eliminar
  3. Pero llega un momento en el que tampoco hay sitio para tanto arte y no sabes si meterlo en el corazón o en la nuca y al final, si lo quieres echar al contenedor, dudas entre el amarillo o el verde. Opto por el reciclaje. Con arte o sin él lo que tiene de malo la vida es que te mueres.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amigo Pedro, yo no suelo guardar casi nada, procuro que el espacio que me rodea esté lo más desnudo posible. Conservo cosas en la mente, por fortuna tengo buena memoria, y recordando y reflexionando, revivo.
      Saludos

      Eliminar
  4. !Es cierto! si nos despojaran de todos los instantes disfrutados gracias al arte de todo tipo, seríamos unos seres tan lánguidos como las acelgas cuando se mustian o a lo mejor peor, seríamos plantas carnívoras.. un poco ya lo somos y seguramente porque la gente cada vez vive más de espaldas al arte, de verdad verdadera, no a los sucedáneos. A mi me cuesta mucho desprenderme de las cosas a las que le tengo cariño, que posiblemente no tengan ningún valor para nadie, más que para mi ; )

    Un beso grande!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querida María, el arte nos ha proporcionado momentos de placer y experiencias acumuladas que nos hacen ser como somos. Sin arte seríamos como tú dices unas acelgas mustias o quizá peor, una hamburguesa de carne industrial.
      Guardo muy pocas cosas, me desprendo de casi todo, he tirado miles de dibujos propios, no he aceptado regalos de cosas innecesarias, incluso un artista conocido me dijo que yo era la ruina para los pintores y escultores, pues cuando venía a casa veía las paredes desnudas, sin cuadros ni pinturas.
      Abrazos mil.

      Eliminar
  5. Caronte ayudará a que nos deshagamos de todo. Incluso del arte. Pero si uno observa el suceso mundial, o el acontecer, como se le quiera nombrar, ni el arte es ya la dirección que fue. Y a muy pocos apreciadores del arte -tú entre ellos y yo intentándolo, por ejemplo- les interesa que en el arte de verdad, o el arte de la verdad, podamos concentrar nuestro sentido y excusa de la existencia. Mientras intentamos preservar algo mantengamos nuestros papeles y libros, con su protector contenido en polvo, que cumple su función.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amigo Fackel, con tanto trasto inútil, yo creo que Caronte anda atareadísimo.
      El arte es cambiante como el hombre y el tiempo. Apreciar estos cambios y verlos reflejados en el arte es uno de los goces más excelsos que puede disfrutar el ser humano.
      Preservar el arte es como preservar la huella de la civilización.
      Abrazos.

      Eliminar
  6. Nos llenamos de cosas innecesarias a todas luces, nos revestimos con ellas como si estuviéramos de ese modo protegidos.
    Tienes razón amigo, con mayor claridad no se puede exponer. Lo esencial ocupa poco espacio y sin embargo nos ensancha mucho la mente.
    Un abrazo grande y gracias por tus visitas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amigo Teo, las cosas inútiles sirven para ocupar espacio y acumular polvo.
      Me gustan los espacios vacíos, me deshago de todas las cosas que me estorban.
      Tengo la fortuna de poder guardar los libros en una biblioteca que tengo fuera de mi domicilio. Los libros están allí y apenas tengo ninguno en casa. Hace un par de años mi biblioteca se inundó por culpa de un escape de agua de un vecino, tuve que tirar 1087 libros. Al principio aquella inundación parecía un drama, (se estropearon también muchos armarios y vitrinas) y después, no me lamenté de haberlos perdido ni me arrepentí de los viajes que hice al contenedor para deshacerme de los libros estropeados.
      Salud.

      Eliminar
  7. Me despojé de casi todo cuando marche de Barcelona. Me llevé los libros que consideré imprescindibles, lo mismo con los dibujos.
    Ahora me doy cuenta de que me he aligerado de una pesada carga, si me hace falta alguno, tengo la biblioteca al lado de casa.
    Un abrazo
    Te doy la razón por completo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amic Miquel, conozco esta circunstancia tuya, creo que aligerar la carga y deshacerse de lo que no sirve va muy bien.
      Ya sabes que yo tuve que tirar más de mil libros y centenares de dibujos propios por culpa de una inundación. Después te quedas más ligero. Todo lo que no está en la cabeza se puede recuperar de una manera u otra.
      Abrazos.

      Eliminar
  8. La verdad se acumulan demasiadas cosas a veces se conservan por recuerdos. Es una buena
    opción la tuya y más cuando tenemos los espacios invadidos de papeles que tenemos que guardar durante un año por si hay reclamaciones. Opto más por reciclar si se puede...
    Soy Bertha la anónima.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querida Bertha, procuro deshacerme de todo lo que no sirve.
      Tengo planos y documentación que debo guardar por imperativo legal y esto me fastidia bastante.
      Abrazos

      Eliminar
  9. Buenas noches Francesc: tienes razón nos llenamos de demasiada carga o trastos a veces son afectivos y cuesta tirarlos .La ventaja de tener espacio aparte es que no eres consciente hasta un punto de lo que acumulas.A mi me pasó un poco como a ti pero fue por inundación por ser un taller.Al principio se me vino el mundo encima , y después fue como una liberación...
    Lo material se puede recuperar y los afectados se guardan en la memoria.
    Un abrazo
    P.D: soy Bertha del Atelier Victoriano

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querida Bertha, aquella inundación que me estropeó más de mil libros y centenares de dibujos, sirvió también para deshacerme de muchos libros que quedan olvidados en la biblioteca y no se vuelven a consultar ni leer.
      Lo importante es lo que queda en la cabeza.
      Un fuerte abrazo

      Eliminar
  10. Pienso que hay dos artes que están en plena decadencia y además parece que no hay museo que los contenga: El arte de vivir y el arte de convivir.

    ResponderEliminar
  11. Cuadros "buenos" nunca tuve, salvo un bodegón de Ramón de Zubiaurre que heredé de mis padres. Pero tengo otros, buenos también pero sin valor económico, que me traen recuerdos y me gusta verlos. Me acompañan y me dan "calor de hogar", como se suele decir.

    Me deshice de muchos libros que dejé de utilizar o consultar hace tiempo. Me refiero a cosas de construcción, de arquitectura, revistas tipo "Domus", "El Croquis", normativas, etc. De las novelas puedo prescindir también, porque es difícil que vuelva a leer o consultar ninguna, creo que nunca lo he hecho, aunque me da penilla, porque me trae recuerdos, casi siempre buenos, ver aunque solo sea su lomo. Si los abro, se caen a trozos, cierto. Ensayos, los justos, porque mi exiguo y maltrecho cerebrín no da para enredos y diarreas mentales que ya no me interesan.

    Libros de arte, me gusta conservar los que tienen buenas láminas. Esos los hojeo en tardes de invierno, debidamente abrigado con una manta y escuchando música adecuada, como tríos o cuartetos de Haydn, Beethoven, tipos así. Pero tengo poco espacio y me tuve que desprender de bastantes y los que tenía en el instituto no me los pude traer, algunos muy buenos, por ese motivo.

    En fin, tu texto que sugirió lo que inserté hoy. A veces me inspiráis para lo mío y lo agradezco "cantidad", como se suele decir (yo no).

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amigo GranUribe, supongo que es una cuestión de carácter. A algunos nos cuesta poco desprendernos de aquello que no utilizamos. Tengo amigos y conocidos, sin embargo, que se encuentran muy bien viendo aquellos libros u objetos que les traen un buen recuerdo, diría que estos objetos les acompañan.
      En casa, me desprendo de casi todo. Los libros no los tengo en casa.
      Celebro que mis escritos te sugieran alguna cosa, pero, ¡ten cuidado!, que yo me suelo equivocar mucho y además, mi humor, a veces, me lleva a decir majaderías. Yo también sigo lo que tú dices y ciertamente me haces reflexionar. Parece que nuestra comunicación bloguera da unos frutos que nos aprovechan.
      Abrazos.

      Eliminar