sábado, 28 de octubre de 2023

Cuestionar

Bodegón 1926. Manuel Ángeles Ortiz 

 

Poco a poco, vamos solucionando los problemas que la realidad nos va planteando, lo hacemos de la mejor manera que sabemos o podemos, es el vivir. Son cuatro o cinco problemas que el principio de la realidad nos pone constantemente ante nuestras narices: el amor, la necesidad, las envidias, el dinero, la belleza y añadamos los pequeños vicios y las pequeñas virtudes.

Cada uno va resolviendo la situación como puede. Solemos solventarlo según nuestros intereses, es decir, arrimando la ascua a nuestra sardina.

Cuando vamos solventando los problemas y observamos el panorama, podemos ver como caen las máscaras y los ropajes y después, desnudos, nos damos cuenta de que todos somos siniestramente deformes, acarreamos con similares excrecencias y pellejos. Somos feos.


Entre los problemas planteados por las cuatro o cinco problemas aún nos queda un poco de tiempo para cultivar la amistad, degustar unos spaghetti alla Pantelleria, conocer la escultura griega, practicar la ironía y el buen humor que sirven para cuestionar los pequeños vicios y las pequeñas virtudes, en definitiva, cuestionar todo lo que se menea.

8 comentarios:

  1. No quiero parodiar a Calderón, pero le doy la razón cuando nos dice que la "Vida es sueño".
    A veces, pesadilla.
    Pero uno ha de ir adaptándose como lo hace el agua a los recipientes (aquí la teoría de Bauman), y dejarse muchas veces mecer por la corriente.
    Creo que te dije en una ocasión que admiro a los "zapateros", los gerris lacustris, ellos viven en el sistema, que es el agua de los ríos, pero nunca se los lleva la corriente, por fuerte que sea.
    Saben orillar y dejar que pase todo lo que no interese.
    Se ha de aprender de dicho comportamiento.
    Un abrazo

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    1. Amic Miquel, yo no sé si la vida es o no es un sueño, el caso en que hay unas necesidades que tenemos que ir cubriendo. Esto requiere trabajo y mucho esfuerzo y sobre todo inteligencia para adaptarnos a la realidad. En esto juega una gran importancia el sentido común.
      Abrazos.

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  2. Se pueden cuestionar infinidad de principios y palabras, pero con argumentos, eso sí...
    Saludos cordiales

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    1. Naturalmente, para cuestionar siempre hay que aportar argumentos, de lo contrario caemos en lo arbitrario o en la opinión irracional.
      Saludos

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  3. jaja ¿Qué sería la vida sin cuestionárnosla? sin esa curiosidad y sin esas preguntas seguríamos en la edad de piedra, aunque a decir verdad, en lagunas cuestiones, creo que aun no hemos salido de allí : )

    Tienes que contarme como son los "spaghetti alla Pantelleria" suenan muy musicales, seguro que están deliciosos. Este verano tuve la suerte de conocer la Toscana y vine absolutamente enamorada de ella, pero además del arte que brota por todas partes en la hermosísima Florencia, más aun que de la pasta, me quedé absolutamente prendada de sus embutidos y sus quesos jajaja Mmmm.. qué cosa más rica!! hasta en el lugar más cutre, tienen un jamón codido buenísimo que colocan en sus deliciosas focaccias y otra cosa parecida a nuestra cecina pero mucho más suave, el guanciale...no soy mucho de salami, ni de mortadela pero allí todo eso está de muerte.. eso, la burrata rellena de pesto, con su rúcula y... por supusupuestísimo... ¡los helados!, mi gran vicio...nunca cuestionaría la conveniencia de un buen helado artesano, fíjate! : )

    Un beso grande y buen resto de domingo!

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    1. Querida María, cuestionar, poner las cosas en cuarentena, descartar los prejuicios, relativizar… todo esto nos ayuda a avanzar, aunque sólo sea a nivel personal.
      Los spaghetti alla Pentelleria son una razón para vivir. Esta es la receta: Alcaparras, tomate picado a trocitos muy pequeños, poco ajo a trocitos menudos, alcaparras, unas hojas de menta, aceite y un poquitín de pimienta.
      Los spaghetti simplemente hervidos como siempre.
      Unos versos de Horacio y la charla con los amigos y nada más.
      Abrazos mil.

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  4. La ironía es un arma potente que te permite navegar en mares procelosos. De hecho los mares procelosos en no pocas ocasiones son más productivos que la mar en calma, no se.
    Un saludo.

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    1. Amigo Daniel, la ironía funciona muy bien siempre que el interlocutor esté en la misma onda, aunque a mí, particularmente, tampoco me importa demasiado lo de las ondas. La ironía, como tú dices, permite navegar.
      Salud.

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