Cicerón, en Filípicas 2,42,109, dijo:
In publicis nihil est lege gravius: in privatis firmissimum est testamentum.
(En los asuntos públicos, nada pesa más que la ley; en los privados, lo más sólido es el testamento).
A mí, sin embargo, los testamentos ideológicos, políticos, simbólicos, siempre me han parecido una inutilidad o la manifestación de algún engreído.
Luis XVI, rey de Francia, redactaba su testamento el día de Navidad de 1792, casi un mes antes de su ejecución.
Lenin representado en el Instituto Smolny (1930). Autor Isaak Brodsky
La muerte de Marat (1793). Autor Jacques-Louis David
En el caso de Marat, a quien el autor, en un acto de clara propaganda política, lo representa como un mártir y no como un fanático peligroso, lo que sostiene en el papel no es su testamento, aunque sí sus últimas voluntades: un listado de nombres. Unos dicen que es la relación de los próximos a ejecutar; otros, los más fervorosos simpatizantes del asesinado, afirman que se trata de una lista de aquellos ciudadanos que, por su situación, van a recibir una ayuda económica.
ResponderEliminarSaludos.
Amigo Cayetano, no sabemos lo que escribía el moribundo Marat, hay diversas hipótesis, creo algunos han dicho que el cuadro de David se titulaba "el testamento de Marat", prefiero el título de "La muerte de Marat", parece más riguroso y preciso.
EliminarSaludos
Comparto tu opinión, sin duda alguna.
ResponderEliminarEl cuadro de Brodsky lo vimos expuesto en el Guggenheim de Bilbao, en una exposición sobre artistas que habían pintado sobre la Revolución Rusa.
El original es magnífico.
Un abrazo
Miquel, no he visto el original de Brodsky. Lo vi por primera vez gracias a una diapositiva, después en diversas representaciones, es un cuadro que impresiona.
EliminarAbrazos
¿Y qué me dices de los que ya tienen pensada su última frase?
ResponderEliminarAmigo Pedro. Se diría que muchos llevan pensándose la última frase desde hace tiempo; es, sin duda, una acción teatral.
EliminarLuego están los que van pensando en el epitafio.
Saludos
Detesto los testamentos, en especial los políticos, que suelen ser manifestaciones de "algún engreído", en efecto. En cuanto a los privados, tienen mucho peligro los movimientos estratégicos del entorno (no solo familiar) del futuro finado, cuando tiene bienes golosos.
ResponderEliminarLos cuadros que ilustran tu "post" (ahora queda bien llamar así a la "entrada"), como siempre muy buenos y bien escogidos, también el de Danloux de Luis XVI, a punto de darle un jamacuco mientras redacta su testamento. No es para menos. El de Brodsky no lo conocía; es buenísimo. En cuanto al de Marat, de David, un clásico, digna portada del primer volumen de "El Arte Moderno", de Giulio Carlo Argan, que le dedica un par de páginas a comentarlo.
Amigo Granuribe, lo de los testamentos políticos es la manifestación de alguien que está convencido de que ha tenido una vida mejor que la de los demás.
Eliminar¡Qué bueno es Argán! siempre tengo presente su "El Arte Moderno" y también sus dos volúmenes Renacimiento y Barroco.
Saludos.
Yo tengo hecho mi testamento, en el que reparto equitativamente mis escasos bienes y las condiciones.
ResponderEliminarSi escribiera un frase para mis hijos posiblemente seria: "Nunca os canséis de aprender" a mi me da buen resultado, o no, no lo se.
Los testamentos públicos es un canto a la vanidad de un hombre, suelen ser aburridos y dañinos. El único testamento valido son nuestras acciones en vida.
Un saludo.
Amigo Daniel, nunca he pensado en una posible última frase, creo que lo mejor es decir las cosas a tiempo sin esperar a que se acerque la Parca.
Eliminar"No os canséis de aprender" ¡Magnífico! ¿Qué hay mejor que aprender?.
Coincido contigo: "El único testamento valido son nuestras acciones en vida."
Saludos
¿Testamentos? ¿Última frase?. Nada más lejos de mi interés hoy por hoy...
ResponderEliminarSaludos
Amigo Luis Antonio, la última frase dejémosla para otros, ahora de momento no estamos para esto y me temo que mañana tampoco.
EliminarSaludos