La
cocina tradicional o de diseño ha presentado diversas formas de elaboración
culinaria con el fin de resolver nuestra pereza atávica de tener que masticar.
Delante
de un bistec o de un entrecot sangriento nos invade una chucha o galbana que fastidia.
Tener que trocear aquellas fibras y masticar la proteína como si fuese un
chicle es algo molesto. Por más tierna que sea la carne, siempre nos resultará
más cómodo comer aquello que otros han troceado antes.
La
carne, servida en pedazos enteros siempre es una molestia a la hora de
engullir. Para resolver esta contrariedad, el ser humano ha ideado diversos
procedimientos, por ejemplo, darle una paliza a la carne con una pala o con un
mazo para reblandecerla, poner el animal muerto unos días colgado al sol y a
sereno para que se ablanden sus carnes, guisarlo con vinagres, etc. Pero, sin
duda, el mejor procedimiento es servir las viandas desmenuzadas y presentarlas de
diferentes formas, y así nos encontramos con diversos tipos de en argamasas,
mixturas o amalgamas.
Aquí
están las hamburguesas, las albóndigas, los canelones, las lasañas, las
croquetas, las empanadillas, las tartas, los quiches, los buñuelos y la gran variedad
de embutidos, estos pueden ser de carnes procesadas industrialmente, elaborados con sangre o sin ella, con adición
de grasas y con aditivos cancerígenos o picantes y otros ingredientes extraños.
Las
argamasas pueden ser de carnes variadas, mezcladas o no, pueden formarse
mixturas con vegetales o mezclar carnes y pescados, en definitiva, de lo que se
trata es de facilitar la ingesta y sobre todo saber cómo comerlo, dónde y cuándo.
He aquí algunas indicaciones:
Hamburguesas.
Se pueden comer a solas, de pie o sentado en un taburete o en una silla de
diseño o rústica. La música ambiental ruidosa no perjudica su ingesta. Admiten
cualquier tipo de mostaza y no se requieren demasiados preparativos ni
decoraciones de mesa, todo cuela. A falta de servilletas de hilo escocés, valen
las servilletas de papel. Se pueden acompañar de cerveza, vino con sulfitos o
sin ellos, agua del grifo, cerveza o algún refresco de cola.
Canelones
y lasañas. Deben degustarse en compañía de
seres queridos, conversando sobre temas familiares, profesionales o de algún
negocio, pero nunca hablar de ingeniería financiera. Se servirán en mesa con
mantel liso de colores suaves, se acompañarán con vino, son recomendables los de
Borgoña, o con cava o champán. Se evitará cualquier música ambiental. Estas elaboraciones no son recomendables para cenar.
Buñuelos,
croquetas, quiches, tartas. Es mejor comerlos en
compañía de amigos, se admiten conversaciones humorísticas o sobre temas cotidianos. No
requieren una gran decoración de mesa y admiten su degustación en mesa al aire
libre, pero con la condición de que no esté demasiado soleada. Conviene evitar
las servilletas de papel. Se pueden acompañar con unos buenos vinos, agua
mineral natural o muy ligeramente gaseosa.
Embutidos.
Pueden degustarse a solas o en compañía de amigos, se pueden comer de pie o
sentados en mesa sencilla, sin grandes decoraciones, va bien un mantel
estampado o de dibujos geométricos, las servilletas pueden ser de papel. Pueden
comerse al aire libre, excepto si se trata de embutidos alemanes. Los embutidos pueden acompañarse con vino,
agua del grifo o refrescos de cola, pero lo más recomendable es la cerveza,
pero si se trata de chopped o mortadela
de oliva se evitará el vino.
¿y las albóndigas....en qué apartado las hemos de poner?, porque si las coloco en el de hamburguesas no me cuadra con la bebida, y si lo hago en del canelón me disgusta el mantel.
ResponderEliminarEstaré atento a su magnífico programa esperando su respuesta, que no dudo atenderá con premura.
Sin más y esperando que Dios le guarde a usted muchos años, se despide atentamente su fervoroso lector.
Miquel
Miquel, yo creo que deberíamos colocar las albóndigas en el apartado de las croquetas, a mí me gustan muchísimo más las albóndigas que las croquetas, estas, más bien las detesto.
EliminarAbrazos
Yo soy muy mirado para la carne picada, por eso solo la como si la he comprado directamente en mi carnicero de confianza. No me fío de esas albóndigas o de esas hamburguesas (prefiero los filetes rusos) que te sirven por ahí, sin saber qué o a quién han troceado. A saber. Hay mucho gato huérfano. Cuando era más joven, en un colegio privado que estuve unos años como profesor, me sirvieron en el comedor escolar un filete ruso, y cuál fue mi sorpresa al encontrar un perdigón dentro. Mira que resulta raro que maten a un cerdo o a una vaca de esta forma. El perdigón lo metí en una bolsita de plástico, de esas pequeñitas que llevan cierre, y la pinché en el tablón de corcho que teníamos en la sala de profesores con un cartelito acompañando que ponía la fecha del hallazgo. Todos los profesores sabíamos qué significaba aquello; la dirección, afortunadamente no.
ResponderEliminarSaludos.
Amigo Cayetano el perdigón, supongo que de plomo, pasaba a formar parte de aquella argamasa, probablemente quien puso el perdigón entre la carne picada lo hizo con buena intención, pensando en que podría mejorar la digestión, ja, ja, ja, ya sabemos que algunos áridos ayudan a digerir.
EliminarSalud
Cuando no se sabe lo que contiene la argamasa hay que hacer de tripas corazón y engullir sin miedo. El problema ya vendrá después. de todos modos un rosado fresquito siempre ayuda.
ResponderEliminarSalud, si se puede.
Amiga Anna, siempre deberíamos saber que es lo que comemos, pero como no siempre se puede, creo que lo más aconsejable es evitar los productos demasiado industrializados (carne mechada, platos pre-cocinados, embutidos sospechosos, hamburguesas que contengan materias fecales, canelones de carnes apestosas, croquetas de reptil, elaboraciones de pescados enmascarados con saborantes y crema de leche, mostazas de semillas mezcladas con sosa cáustica y vinagre, mayonesas con huevina y pasta de mondas de patata, etc.) y comer guisos sencillos.
EliminarSalud y buen provecho
Fuera del recinto de mi cocina no como ningun tipo de producto cuya composicion no sea reconocible, la carne para hacer albondigas la troceo yo en mi casa, no suelo comer "filetes rusos" y soy más bien de cosas reconocibles, exceoto embutidos, aunque casi siempre tiro más de jamon (si no es iberico es rico y asequible) o lomo.
ResponderEliminarSi alguna vez desaparezco, no me busquen en un Mac Donalds...
Un saludo.
Amigo Temujin, hay que tener cuidado con los ingredientes desconocidos. Es casi imposible encontrar algo mejor que en casa.
EliminarUna vez, hace muchos años, no creo que tuviera entonces más de 20 años, entré con mi jefe en una hamburguesería, no comí nada y viendo lo que él comía, me entraron bascas.
Saludos
Buenas tardes, Francesc:
ResponderEliminarEncuentro muy interesante tu blog, te deseo mucha suerte con él.
Un abrazo.
Hola Nino, celebro que tu interés por mi blog y agradezco mucho tu visita. He visto en tu blog que tenemos intereses comunes. Nos seguimos.
EliminarSalud