Jean-Michel Basquiat (1960-1988)
La noticia política es volátil,
pasa como una exhalación, a veces como un viento que parece removerlo todo y
solo sirve para atizar un fuego de estopa o para atolondrar al ciudadano. He
dicho atolondrar y podría haber dicho enajenar.
El
relato político es efímero. Las noticias se suceden, una se solapa con la
anterior y al final todo permanece igual.
Si un
autor quiere que su obra pase de moda enseguida, no tiene más que escribir sobre las noticias
políticas. Si así lo hace, conseguirá que su libro se convierta en uno de estos trapos
que después de la primera colada quedan reducidos a unos trapajos que no sirven ni para quitar
el polvo.
Otra cosa son los profesionales de la información, que obligados a ir suministrando anécdotas insustanciales, producen ríos de tinta y estos torrentes constituyen su modus vivendi. Esto es una profesión, pero no un arte.
Se
pueden escribir noticias políticas con alguna intencionalidad estética, sí, pero esto
es algo que ocurre muy pocas veces, pues la noticia política tiene muy poco que ver con la sustancia literaria.
Sobre
el “arte” o la “ciencia” de la política solo encontraremos una cierta calidad estética cuando el escrito es generalista y sobre todo teórico, entonces el
texto puede llegar a adquirir un carácter universal. Hay ejemplos de indudable
calidad literaria, Cicerón, Maquiavelo y, sin juzgar ideologías, muchos otros
teóricos que han escrito con maestría literaria, pero ninguno de
ellos se ha perdido en lo efímero ni en la cicatería de patio de vecinos.
Nada hay tan breve como la mezquindad política y escribir sobre ello es un ejercicio que, desde el punto de vista literario, no sirve para nada.
Me has recordado a Jovellanos y a esa época en la que la literatura se convertía en didáctica y pretendía ser un manual de utilidad pública o del buen comportamiento ciudadano, como en El sí de las niñas de Moratín (Leandro), otro ilustrado que quería darnos una lección magistral a través de su teatro; pero hay que saber escribir muy bien -y Moratín y Jovellanos lo hacían- para que un "manual" de lo que sea, que hable de política o de la reforma agraria, se convierta en pieza de museo u ocupe un lugar de honor en nuestra estantería. Nada que ver con las memorias de los políticos de turno que pueblan las librerías. De usar y tirar. O para calzar mesas que anden cojeando.
ResponderEliminarUn saludo, Francesc.
Amigo Cayetano, aquella era la literatura de unos ilustrados, gente que creía en la eficacia de la razón. Estaban convencidos de que se podía y se debía escribir bien hablando de cualquier tema. No caían en frivolidades.
EliminarUn abrazo
Cuánta razón llevas, Francesc.
ResponderEliminarQuerida Viky, a mí lo que me impresiona es ver la cantidad de tiempo dedicado a la redacción de textos mezquinos, la pérdida de tiempo, un día tras otro hablando de banalidades.
EliminarSaludos
Nada hay tan breve como la mezquindad política y escribir sobre ello es un ejercicio que, desde el punto de vista literario, no sirve para nada...."
ResponderEliminarEs que tras este escrito poco puedo decir, sino aceptar o no lo dicho. Y lo acepto con todas sus consecuencias.
Yo también me siento engañado.
Salut
Miquel, no hablaba de engaño, pero ahora que lo dices...
EliminarHay mucho texto sobre notícias políticas que se nutren del engaño, escribidores azuzados por la cicatería de muchos políticos profesionales que hacen de la mentira su modus vivendi.
Saludos
Creo que, en la mayoría de las noticias políticas falta objetividad, pues siempre responde a unos intereses del medio que las publica e incluso del propio autor. Cada vez más, los informadores se comportan como predicadores que pretenden alienar.
ResponderEliminarSalud, Francesc. Un abrazo.
Querida Fanny, comparto tu opinión, la falta de objetividad y la mentira son evidentes, a esto añado la inutilidad de este tipo de textos.
EliminarAbrazos
De todos modos, hay poemas de fuerte intencionalidad política, que, podrán gustar o no, pero tienen una carga poética impresionante y muy actual a veces, como el "Canto General", de Pablo Neruda, "España, aparta de mí este cáliz", de César Vallejo, o "Viento del pueblo", de Miguel Hernández, entre otros.
ResponderEliminarCoincido contigo, amic Albert, hay poemas de fuerte intencionalidad política, pero ninguno de ellos atiende a la mezquindad momentánea de la noticia política. Estos poemas que citas son universales, trascienden, van más allá de la cicatería de una política provinciana y alcanzan toda la complejidad del drama humano. Dicen las cosas por su nombre, sin el efemismo interesado y partidista que tanto abunda en la noticia política.
EliminarSalud
Abrazos
Razón tienes. Es una pérdida de tiempo y energía dedicar nuestra atención a una política volátil, gallinácea, que al cabo de unos meses nadie recuerda.
ResponderEliminarAbrazo
Querida Amaltea, la pérdida de tiempo y de esfuerzos son, en este momento, el pan nuestro de cada día. Tanta polémica, tanta cicatería llegan a hartarnos, además lo hacen con un lenguaje zafio, sin rigor y mintiendo constantemente.
EliminarAbrazos