Muchacho de Warnemünde. óleo 1907 -Edvard Munch-
François Villon, de nombre François de Montcorbier o de Loges nació en París
probablemente en 1431 y desaparecido 31 o 32 años después.
Acusado de asesinar al religioso Philippe Sermoise, su rival
en amores, participó en el robo del Colegio de Navarra, encarcelado en el
verano de 1461, fue arrestado en 1462, torturado y condenado a la horca, su condena a muerte le fue conmutada y desapareció alrededor de 1463.
Su obra se caracteriza por una gran sinceridad patética. Escribió,
El Legad, El Testamento, La Balada de los ahorcados, La Balada de los
Proverbios, La Balada del Buen consejo
Thomas Chatterton (Bristol, 1752 - Londres, 1770)
Nunca se interesó
por la literatura. Lo que le interesaba era la fama y conseguir dinero con ella.
Falsificó textos, engañó a eruditos, hizo pasar escritos suyos por pergaminos
del siglo XV afirmando que habían sido escritos por un monje medieval
llamado Thomas Rowley, que, como es natural, no existía. Falsificó a
falsificadores como James Macpherson. Creó un mundo paralelo de engaños,
personajes imaginarios, estafas, sucesos inexistentes. Se suicidó con arsénico
a los 18 años.
Es difícil saber qué obras son realmente suyas o se trata de
textos apócrifos, ni siquiera sabemos si alguno de los pseudónimos que utilizó
eran nombres verdaderos de algún desconocido. Se le atribuyen las obras
siguientes: La venganza y Memorias de un perro triste.
Gérard de Nerval (París, 1808 –1855) su verdadero
nombre era Gérard Labrunie.
Profesó un culto
idólatra a Jenny Colon su amor fatal; tuvo varias crisis de locura que le
llevaron a su internamiento en distintos manicomios, en donde, lejos de
curarse, su locura se iba incrementando, quizás por la influencia de la lectura
de libros de ocultismo, cábala y magia. Una de las situaciones que provocó su
internamiento fue el pasear por las calles acompañado de una langosta atada con
una cinta azul.
Cortejó a la hija de
un jeque de Siria con quien se prometió en matrimonio, en Beirut se
enamoró de Salerna una joven drusa; compró una esclava javanesa. Nerval fue un
personaje extravagante que vivió en la miseria, durante su existencia sufrió
graves trastornos nerviosos, depresión, sonambulismo y esquizofrenia, lo que lo
llevó a temporadas en varios hospitales psiquiátricos.
Finalmente se suicidó ahorcándose de una barra en la verja
de una cloaca en la rue de la Vieille-Lanterne en París, en 1855.
Su obra es extraordinaria, refleja con gran agudeza y
sensibilidad las inquietudes del alma humana. Influyó en la obra de Marcel
Proust, Antonin Artaud y a casi toda la literatura surrealista. Escribió: Odelettes. Voyage en Orient., Les
Nuits d'Octobre. Lorely, souvenirs d’Allemagne. Les Illuminés. Petits
châteaux de Bohème. Sylvie. Les Filles du Feu. Les Chimères. Promenades
et souvenirs. Aurélia, ou le rêve et la vie. Promenades et
Souvenirs.
Villon fue el
antecesor de aquellos herméticos y autodestructivos de la segunda mitad del
XIX, los Stéphane Mallarmé, Tristan Corbière, Arthur Rimbaud, Auguste
Villiers de L'Isle-Adam o Paul Verlaine.
Una fuente a la sombra de una adelfa
Si queremos seguir con la nómina de escritores malditos
añadamos:
Y tanto que malditos, por su enfoque personal de la vida, por el desafío de sus sensibilidades frente a la hostilidad de tiempos e historia, por escuchar más su sustancia íntima que las reglas sociales. Mira que esa pincelada de Chatterton me resulta fascinante. Si la literatura es de por sí engaño, ¿voy a condenarlo yo por inventarse mundo, demonios y carne seguramente frustrada? Lo menos fascinante, aunque sea tan literario, el suicidio, obviamente.
ResponderEliminarAdemás, pensemos en cuántos farsantes bíblicos, anónimos o de los llamados Primeros Padres, no habrán existido y nos han hecho pasar como verídica historia lo que no ha sido sino fábula, fabulación, patraña moral, la literatura como engaño ha jugado un papel importante en el pasado y con fines sumamente interesados. No digo más.
Amigo Fackel, salvando dignísimas excepciones, los escritores malditos me producen un cierto repelús. Admiro la transgresión, la considero casi imprescindible, pero me cuesta admitir los autodestructivos.
EliminarSiempre, sin embargo, prefieres la obra al autor y muchas veces te arrepientes de saber algo de su persona.
Salud
Sin el malditismo, la excentricidad o la extravagancia, no hablaríamos de la mayoría de ellos. Tampoco de Baudelaire, Rimbaud, Leopoldo María Panero, etc.
ResponderEliminarUn saludo, Francesc.
Amigo Cayetano, la razón de existir de muchas obras de arte reside en la excentricidad o la extravagancia.
EliminarSalud
Sobre Gerard de Nerval y su "Viaje a Oriente" tal vez te podría interesar esta edición y traducción de Esmeralda de Luis, una amiga del "Archivo de la Frontera" que dirige mi antiguo profesor de Historia Moderna, Emilio Sola Castaño:
ResponderEliminarhttp://www.archivodelafrontera.com/e-libros/viaje-a-oriente-de-gerard-de-nerval/
Muchas gracias Cayetano, guardo el enlace como oro en paño.
EliminarUn abrazo
Los malditos que traes hoy, y los que citas al final, pertenecen a la rareza insobornable de escritores que entienden la literatura como una exploración sin sumisiones.
ResponderEliminarEn la decadencia de la mentira, Óscard Wilde señalaba que la literatura es, a diferencia, de la escritura ramplona, una creación de mundos que emergen del interior, no copia de la realidad, sino que la supera para convertirla en verosímil y verdadera, más que la otra.
Gracias, Francesc y un abrazo.
Querida Amaltea, llevan la transgresión en su propia vida y la expresan.
EliminarSalud
No conocía la obra de los dos primeros citados.
ResponderEliminarEs curioso la de Panero, que sale casi siempre a la sobra de los libros de Bolaño.
Salut
Miquel, Villon es del Renacimiento y Chatterton es anterior al incendio de Londres, quedan bastante atrás en el tiempo de los moralistas franceses y de los ilustrados, fueron unos antecesores del "malditismo" -expresión que utiliza Cayetano-
EliminarSalud
"sombra", no sobra.
ResponderEliminarPerdón
Entendido Miquel
EliminarSalud
Me cuesta entender tantas metáforas y simbolismos escritos por estos incomprendidos, pero no olvidemos que los locos dicen las verdades.
ResponderEliminarBuen fin de semana, Francesc
Querida Loli, las verdades de los locos nos aturden.
EliminarSalud
Muy interesante post, Francésc. Me ha encantado el falsificador de falsificadores.
ResponderEliminarGracias Casilda, celebro que te haya gustado. La historia se repite, se falsifican las falsificaciones, se suplantan las identidades, se altera la realidad de las cosas y si conviene la de los precios, se alquilan pisos okupados, unos estafadores estafan a los estafados... "e la nave va"
EliminarSalud
Fascinante entrada.Yo pienso que todo poeta,su obra,tiene que ser transgresora,destructora del orden establecido.Buscar nuevas formas de expresar lo ya dicho.Que se le nonbre "maldito"por ello.A mí me encantan muchos de los poetas llamados " malditos", no sus vidas,las obras que nos dejaron.Pizarni,Poe, por nombrar algunos,me encantan.Saludos.
ResponderEliminarBlanca.
Sí Blanca, hay buenos poetas entre los llamados "malditos" sin embargo, la cualidad de "maldito" no es significativa de calidad literaria, hay otros autores alejados del "malditismo" cuya obra es un auténtico monumento, pongo dos ejemplos, Dante y Horacio.
EliminarSalud
Dante y Horacio, me nonbras a dos poetas rompedores de su tiempo, " malditos" que yo tanto admiro. Salud.
ResponderEliminarEl terme “poètes maudits” va ser un terme inventat per Verlaine i el títol d’un assaig seu, que va publicar l’any 1884. Però és que, en realitat, Verlaine el que va fer es, d’alguna manera, prendre el terme del primer poema de Baudelaire Les flors del mal. La cuestión central es definir qué es un poeta maldito. Y aquí, nos podemos estancar… poeta maldito/ maldito poeta.
ResponderEliminarI aprofito per regalar aquesta frase del Baudelaire:
Hay que estar siempre embriagado. Esta es la única cuestión. Para no sentir el horrible peso del tiempo, rompiendo la espalda y doblándonos hacia la tierra, hay que emborracharse sin tregua. Pero, ¿con qué? Con vino, con poesía o con virtud, como gustéis. ¡Qué más da! Pero emborrachaos.
Amic Silvano, sabía de la invención de Verlaine. Hoy el concepto "poètes maudits" ya está completamente acotado y aceptado, todos sabemos a quienes nos referimos.
EliminarSiguiendo tu propuesta de definición de los términos también deberemos definir el concepto de "borrachera" y saber qué sustancias la provocan: una "jartá" de vino, un exceso de poesía sensiblera, un arrebato apasionado, un ardor místico o una opción criminal. Te diré que nada de todo esto me seduce.
Salud
Parafernalia "literaria" aparte, la verdad es que la vida de la mayoría de los malditos fue muy desgraciada aunque "suene bien" leyendola. Luis M.Pousa
ResponderEliminarLuis M. Pousa, agradezco su visita. Sí, absolutamente de acuerdo, la vida de aquellos malditos fue un desastre, la maldición iba con ellos.
EliminarSaludos