Joan Gardy Artigas. Litografía
Unas veces es por beneficio económico, otras por conseguir notoriedad, pero el caso es que los intermediarios aparecen por todas partes. Se entrometen entre los clásicos y dicen memeces sobre los románticos.
Con buena voluntad y mucha sabiduría, Montaigne dijo:
La palabra es mitad de quien la dice y mitad de quien la escucha.
Pero el intermediario de turno se entromete con todos los medios de que dispone, interpreta y difunde su interpretación. Se constituye como un tercero en discordia. Entonces la palabra ya no se parte en mitades sino en una multiplicidad de fracciones o un conjunto de mentiras inducidas.
Continúa Montaigne y dice:
Nadie está libre de decir estupideces, lo malo es decirlas con énfasis.
Ya sabemos que la estupidez es más infinita que el universo y que las estupideces se repiten constantemente. Ahí aparece otra vez el intermediario con toda su batería de medios -prensa, televisión, etc...- metiendo énfasis al comunicado y llega a convertir todo el infinito de estupideces en un infinito de maldades.
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Cuanta razón...
ResponderEliminarSalut
Sí, Miquel, un gran pensador. Es muy interesante lo que Montaigne dice sobre la moderación.
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País de intermediarios, de mediadores y de intérpretes. Los que más risa me suelen provocar -y a veces cabreo- son los que median entre lector y autor, entre amante del arte y obra artística y, por supuesto, entre los dioses y los hombres.
ResponderEliminarUn abrazo.
Amigo Cayetano encontramos intermediarios por todas partes, unos dedicados a entorpercer, otros dedicados a aprovecharse de la ideas que no son suyas, otros a medrar sin aportar nada, otros a meterse dinero en el bolsillo a costa del esfuerzo de los demás. Esto es una jungla.
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Proliferan los intermediarios en este mundo en el que vivimos, como también las estupideces. Una pena, la verdad.
ResponderEliminarFeliz viernes.
eRRe, ya ves desde Montaige y también antes de él, los intermediarios de ideas y de dineros que van proliferando como las malas hierbas.
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Siempre es bueno leer a Montaigne, yo lo suelo hacer.
ResponderEliminarMe alegra tu vuelta.
Salud y felicidad.
Amiga Isabel, los Ensayos de Michel de Montaigne son un auténtico monumento al pensamiento.
EliminarYo también me alegro de reencontrarme con los amigos.
Salud
El tono manda. Y no hay más grande discreción que saber dominarlo.
ResponderEliminarSalud
Claro que sí Manuel, lo que manda es el tono y las formas. La intención o el engaño se adivinan con solo observar la pose del intemediario.
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Lo malo es cuando la palabra es apropiada por quienes menos tienen que decir o más desconsideran a los interlocutores y encima con ella pervierten el lenguaje y las relaciones. Salud.
ResponderEliminarAmigo Fackel, son los robadores de palabras y del pensamiento ajeno, muchos de ellos someten a manipulación el producto robado o lo desvirtualizan y les resulta tanto más fácil endosarlo al interlocutor cuanto más incauto sea este.
EliminarSalud
En determinadas situaciones, lo más prudente y sabio es guardar un discreto silencio. Los demás están en su derecho de interpretarlo como quieran...
ResponderEliminarUn abrazo agradecido por traernos citas sabias de Montaigne.
Amigo Luis Antonio, me dan mucho miedo las malas interpretaciones. Cincido contigo, lo más prudente es el silencio.
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