El irresponsable que anda suelto
por ahí, dejando rastro de sus viajes en las redes sociales, me dijo que el
pensamiento líquido le acompaña en tiempo de vacaciones.
Sospecho que le acompañará toda
la vida y así se lo digo, pues él parece que ha venido a este mundo a pasar
unas vacaciones.
Critica mi forma de relativizar,
me llama gruñón, pulguillas y cascarrabias, dice que mi pesimismo sólo sirve
para vivir mal. Él está convencido que hay que sustituir los conceptos de
derribo, reconstrucción e incluso deconstrucción, por licuación, levedad e
ingravidez.
No se que pensar de que una persona ponga el nombre de la filosofía de Bauman a su temporada de asueto.
ResponderEliminarNo te fies en demasía de una persona que pregona a los cuatro vientos a donde va y con quien lo hace.
Una persona que está convencida de lo que nos dices (licuación, levedad e ingravidez) es una persona inestable.
Bauman comenta que tenemos dos elementos que podemos moldear, determinación y libertad, por lo que tranquilamente sigue siendo gruñón, pulguillas y cascarrabias, porque en eso estriba tu libertad.
Salut
Miquel, antes de calificarlo de irresponsable me lo pensé dos veces, ahora continuo teniendo dudas. Sin embargo él no dudó demasido cuando me llamó gruñón, pulguillas y cascarrabias. Yo creo que si lo hubiera oído el bueno de Bauman se hubiese ruborizado. ¡Habrase visto!
EliminarSalud
Pasa de acusaciones, Francesc. Los que opinan tan categóricos sobre lo que no les gusta de los demás son unos insulsos, así de simple. Qué sabrán de pesimismos y otras gravedades. Eso me recuerda que al poco de dejarme la barba y de eso hace ya milenios había insulsos que me decían: pero te tiene que dar mucho calor. La barba sigue y yo feliz.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí amigo Fackel, me ha llamado gruñón, pulguillas y cascarrabias, y yo tan feliz.
EliminarSalud
¿Y qué sería de la levedad y la ingravidez sin el derribo y la reconstrucción? Tú debes saberlo bien, Francesc, porque en ti caminan los contrarios, con la poesía y la vida de la mano.
ResponderEliminarSalud
No lo sé, amigo Manuel. Lo que he comprobado es que para declarar un estado de ruina se necesita mucho coraje. Mucha valentia para iniciar un derribo y mucha acción para reconstruir.
EliminarSalud