El Eixample de Barcelona diseñado por Ildefonso Cerdá parece que lo asimila todo. El orden geométrico que este magnífico urbanista trazó a escuadra y cartabón es un ejemplo de racionalidad y en él cabe desde una reconstrucción de una iglesia gótica (calle Aragón o Rambla Catalunya) hasta la reproducción de un templo griego (calle Bailén).
El orden de los trazados de las calles y chaflanes que parece ordenarlo todo, contrasta con la mescolanza y batiburrillo de las fachadas que no siguen ningún orden regular.
Se trata de fachadas bien compuestas, individuales, que se levantan ignorando su entorno.
Formalmente todo quedaría más completo si el orden riguroso del conjunto urbanístico se expresara también en las fachadas. Pero no. Lo que es orden en las plantas, es desorden en los alzados.
¡Qué anarquía en el coronamiento de los alzados! ¡Qué desorden tan estrepitoso vemos en la línea de cornisas de las fachadas! ¡Qué bellas son con su anarquía e individualidad!
Cómo es posible que el prurito y el afán de ordenar las alineaciones de las calles no se mantuviera en los paramentos verticales.
¿Es que no levantaron la cabeza del suelo?
Debe ser que cuando los arquitectos levantaban la vista hacia arriba quedaban deslumbrados por el arrebato mediterráneo.
Por el suelo, dibujando la alineación de las calles, los constructores ponían todo su buen juicio y cuando levantaban la cabeza para arriba, para construir las fachadas, parecía que el arrobo y la vehemencia guiara la plomada y los aparejos.
¡Cuánta locura hay en cornisas y ornamentos! Aquellos arquitectos alocados se habían enamorado del trencadís, de las ondas rutilantes y del coup de fouet. Parecía que la ciudad hubiera enloquecido con el Modernisme. Una gran vitalidad se apoderó de los arquitectos y de los ciudadanos que recorrían el Eixample presos de juicio y arrebato.
Es una de las preguntas que me he hecho siempre..¿ es que los arquitectos no miraban al Sol ?
ResponderEliminarAmic Miquel, supongo que tan interesados por el trazado y la alineación de las plantas, no querían levantar la vista al sol para evitar un deslumbramiento repentino.
EliminarSalud
He sentido un juicioso entusiasmo leyéndote.
ResponderEliminarQuerida Kova, ya sabes que siempre agradezco tus visitas y tus comentarios.
EliminarUn abrazo muy fuerte.
Un trazado muy racional, heredado de los romanos que llevaban al plano urbano la organización espacial de sus campamentos militares. Aunque suele dar lugar a planos monótonos y aburridos, con escasa sorpresas para el visitante, léase Nueva York, en Barcelona adquiere un sello peculiar gracias a grandes arquitectos como Gaudí, Doménech i Montaner y Puig i Cadafalch y su "manzana de la discordia".
ResponderEliminarUn abrazo.
Amigo Cayetano, el trazado en cuadrícula tiene muchas ventajas: es racional, favorece la orientación, elimina la jerarquía de unas alineaciones sobre otras, crea una trama igualitaria, supedita lo privado a lo público, se consigue un esponjamiento urbano, etc.
EliminarEn el Ensanche de Barcelona conviven diferentes tipologías arquitectónicas y esto hace, como tú apuntas, que la monotonía del trazado no llegue a aburrirnos.
Un abrazo
Totalmente de acuerdo pero aun y así Barcelona es un ejemplo de trazado.Cuando ya comienzas a conocer otras ciudades te das cuenta que Barcelona esta en cabeza de muchos lugares que alardean de ser cuasi perfectas...
ResponderEliminarUn abrazo.
Querida Bertha, ya sabes que yo admiro Barcelona, mi ciudad, y admiro en especial el Ensanche, mi barrio, aquí en la monotonía de las alineaciones contemplo las fachadas alocadas donde se ha mezclado "seny i rauxa"
EliminarUn abrazo