Atuell 1941-1944
Llorens Artigues - Joan Miró
Hoy la despensa olía que daba gozo,
unos melocotones de piel turgente,
unos fresones rojos muy encendidos
y entre la fruta fresca, ningún amor
apasionado.
No
había ni arrebatos ni agitaciones
románticas que hurtaran placer y aroma
a la pituitaria, no había éxtasis
místico que estorbara. Un goce solo
para el sentido.
En la bandeja a punto, un rodaballo
pequeño para el horno y en la nevera
un queso y unos rábanos para ensalada
sin ningún ingrediente espiritual
presuntuoso.
¡Qué gozo daba la despensa!
F.C.
Francesc, esa despensa da gloria leerla, es como una pintura de bodegón, los vanitas que mostraban la vida que latía detrás de los alimentos puestos sobre un aparador.
ResponderEliminarQuerida Amaltea, en esta época del año los melocotones son una delicia, con los fresones, que aún están rojitos y sabrosos, te puedes hacer un batido con yogurt y zumo de naranja. Los amores apasionados son difíciles de meterlos en un menú y resultan muy difíciles de plasmar en el bodegón y más difícil aún es componer una naturaleza muerta con el arrebato y las agitaciones románticas, así pues me quedo con lo fácil, el rodaballo al horno.
EliminarSalud
Joder...........que bonito ¡
ResponderEliminarGracias, Miquel, celebro que te guste.
EliminarSalud
Los arrebatos pasionales mejor buscarlos en la alcoba. Los espirituales, en el arte y en los libros. Y los absolutamente gastronómicos, en la despensa o en la alacena. A la hora de comer no hay que andarse enteteniendo con otros asuntos.
ResponderEliminarUn saludo.
Sí Cayetano, tienes razón, un lugar para cada cosa. Cuando reina el desorden se producen digestiones pesadas.
EliminarSalud y buen provecho.