Una de las características
principales de la arquitectura racionalista es la eliminación de todo elemento
innecesario que no contribuya a la funcionalidad o a la construcción.
La arquitectura racionalista requiere una extraordinaria pulcritud de los sistemas constructivos. Los edificios racionalistas no deben contener aditamentos ornamentales y tienen que ser inmaculados y de superficies limpias.
La arquitectura racionalista requiere una extraordinaria pulcritud de los sistemas constructivos. Los edificios racionalistas no deben contener aditamentos ornamentales y tienen que ser inmaculados y de superficies limpias.
Después de la afirmación
radical de Adolf Loos, proclamando que “el ornamento es delito”, los
arquitectos del Movimiento Moderno se lo tomaron en serio y eliminaron toda
moldura innecesaria y todo decorativismo.
El racionalismo
arquitectónico fue, entre otras cosas, una reacción contra el Art Nouveau. Se
proyectaron plantas diáfanas y funcionales, y las superficies planas configuraron
fachadas y espacios interiores.
Los mejores edificios del
racionalismo arquitectónico deben presentarse limpios. Esta característica es
lo que apreciamos a primera vista y esta limpieza que aparece en la piel debe
alcanzar el alma de la construcción.
La limpieza es concepto.
Esto hace que una mancha o una falta de
limpieza signifiquen una alteración conceptual. Las construcciones racionalistas
mal mantenidas presentan un aspecto decrépito, se ven más envejecidas de lo que
correspondería a su edad.
Así pues, una limpieza de
fachadas y una simple aplicación de unas manos de pintura, sin manchas ni
chorretones, supone una auténtica operación de rehabilitación.
Con esto quiero expresar que
con muy poca inversión se podría recuperar una gran cantidad de edificios racionalistas,
cuya arquitectura es notable, pero que hoy parecen trastos viejos.
El hotel Park Hotel, que hay frente a la estación de Francia, esquina Antic Sant Joan, con la barra mostrador también a pie de calle, siempre me ha dado pie a pensar que es un modelo racionalista del diseño.
ResponderEliminarTiene un aire especial.
Salut
Miquel, el edificio de la foto está en la calle Muntaner y es obra del arquitecto Sert. El hotel Park del que tú hablas fue construido entre los años 1950 y 1953, arquitecto D. Antoni de Moragas i Gallissà, y reformado en 1991 bajo la dirección de su hijo Antoni de Moragas Spa e Irene Sánchez. Este edificio fue uno de los primeros del movimiento neorracionalista de la Europa de la postguerra. Por su construcción y por su estructura, por la composición de la fachada, con elementos estructurales a la vista, y por los acabados y los materiales utilizados está considerado como uno de los edificios de mayor interés arquitectónico de los construidos en Barcelona durante los años cincuenta del siglo XX.
EliminarSalud
El utilitarismo en arquitectura. A mí siempre me ha resultado fría y distante esta forma de concebir los espacios, aunque valoro su sentido práctico. Como en pintura o en literatura, hay gustos para todas las sensibilidades.
ResponderEliminarUn saludo.
Mira que me gusta a mí la arquitectura racionalista. Sin saber lo que era ya me gustaba de niño dibujar los edificios en plan racionalista más que de cuento de hadas. ¿Sería porque percibía la simplicidad lineal? Andando el tiempo, como es un estilo relativamente moderno, y los edificios-resto estaban sucios y abandonados, pues nadie lo apreciaba y me enseñaron cualquier otro estilo menos éste. Resulta que no hay ciudad donde no cunda en mayor o menor medida algo de esa moda, aunque sospecho que mucho ha desaparecido. Aquí tuvimos un matadero que era a mi modo de ver una joya, aunque su uso lo ensuciara.
ResponderEliminarOs paso este enlace, ya me dirás si ambos ejemplos corresponderían al racionalismo. Ojo porque en el Matadero hay elementos nuevos elevados ya que ahora tiene uso de centro de escena, exposiciones, etc.
http://pillalaciudad.blogspot.com.es/search?q=racionalista
ResponderEliminarperdón, creo que olvidé añadir el enlace.
Un abrazo.