Dinamismo del perro con correa. 1912
Giacomo Balla (1874-1958)
No es violento este
vecino
ni siquiera aquel otro de
la esquina
es feroz ni agresivo,
aunque los dos lleven
puñales dispuestos para
la acometida,
pero ninguno de ellos es
violento.
Media entre este y aquel
una convención de
urbanidad.
Desde la aurora al
ocaso,
con puñales afilados de
acero,
la violencia se extiende
por encima de ellos.
Desde el alba al
crepúsculo,
con sonrisas de fariseo,
la hipocresía se refleja
en sus rostros.
¿ futurismo ?
ResponderEliminarSí Miquel, futurismo la imagen y "actualismo" el texto.
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qué impresionante, retrata descarnadamente la casi inocultada malicia humana
ResponderEliminarte saludo con admiración
Amigo Omar, por poco que te fijes, enseguida puedes ver el puñal escondido.
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Siempre me ha encantado esta pintura de Balla. Qué decir de los vecinos, sabio amigo, vivimos en sociedades esquizofrénicas.
ResponderEliminarSalud
Amigo Manuel. Balla, ya sabes, igual que los otros futuristas se obsesionó con la representación del movimiento. Hay que estar atento al movimiento de los vecinos de la sociedad esquizofrénica.
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Excelente imagen para gritar la violencia e hipocresía que asola el mundo. Creo que nunca pasará de moda.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Amiga Ceciely, seguramente nunca pasará de moda porque forma parte de los cimientos de la civilización, y en lo personal también, muchas veces los muros de nuestra vivencia individual no llegan a resquebrajarse gracias a las dosis de hipocresía con que vamos sazonando nuestros actos.
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Subastan en la esquina
ResponderEliminarlas tripas del pescado,
un gentío hambriento
se alborota.
Entre gritos y miradas de búho
amontonan insultos en los adoquines,
aunque se queden sin su parte de intestino
habrán dejado aliviados
sus ruines y contenidas almas
me lo recordó Francesc, no he podido evitarlo. Vivimos en un mundo hipocrita, una sociedad que para olvidar sus propias miserias se alimentan de las miserias de otros. Nadie se da cuenta de su propia violencia, pero es que además la estamos viendo a todas horas, en televisión, en los spots publicitarios, en los debates. Actual e historica. Poco hemos aprendido.
Un abrazo ;)
Amiga Sandra, debajo de la túnica elegante y cívica del vecino se esconde a daga afilada, siempre dispuesta a la carnicería. Gracias a la hipocresía esta daga se queda quieta y no acomete, pero el peligro persiste.
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Siempre he considerado que el simple hecho de ir armado denota amor por la violencia o estupidez, porque quien se arma y no es violento (el caso americano) llegado el caso, tiene más probabilidades de morir que el desarmado por falta de práctica y decisión.
ResponderEliminarPero hemos pasado de una sociedad neurótica a otra paranoica, y no creo que tardemos mucho en dar el paso a la esquizofrénica, en la que la realidad ya no existirá y todo será virtual. Espero no conocerla.
Salud y buen fin de semana.
Amigo Carlos, coincido completamente contigo y quiero tenr la misma esperanza que tu en cuanto a no llegar a conocer esta sociedad esquizofrénica virtual a la que parece que vamos abocados. En mi poema no me refería a las armas físicas sino a la violencia latente, a la hipocresía, a la sonrisa del fariseo, en fin, Carlos, a cierta urbanidad, miedo o convención que hace que no se utilice aún la mala leche secular.
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!ay¡ guárdate de la violencia de la llamada justicia.
ResponderEliminarAmic Dapazzi. El vecino lleva el puñal escondido debajo de su túnica elegante y cívica y la justicia lleva la daga escondida debajo de la toga.
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