viernes, 10 de diciembre de 2021

La arquitectura high-tech se muere

 


En medio de un paisaje urbano que se degrada, enconttramos la arquitectura high-tech, el monstruo de las siete cabezas, el moribundo, el que ya no se puede alimentar de la ostentación.


El endriago de la innovación y la tecnología se deteriora poco a poco. Nadie se ocupa de él, ya no limpian los cristales, la silicona se reseca, las pinturas se decoloran, las moquetas acumulan ácaros, la obsolescencia se adueña de las instalaciones, los salones sobredimensionados y los despachos están vacíos.


Las ilusiones perdidas de la arquitectura high-tech envejecen en los muros cortina. En ellos se refleja la soledad de las calles sórdidas.


Hoy la arquitectura high-tech es una tarasca que fue voraz y agresiva y ahora es el recuerdo de una vanidad.


Joan Kron y Suzanne Slesin unos de los padres de la arquitectura high-tech decían de ella:

 “es probable que tus padres encuentren que estos edificios son insultantes”

 

Hoy los edificios high-tech son el recuerdo de un insulto raquítico. Hoy son un engendro que se muere.


12 comentarios:

  1. Creo que tienes razón, su vaciamiento será circunstancial a la pandemia y su efecto en el mundo del trabajo posible de realizar a distancia o la gente volverá, porque es mi opinión que estar con otros, presencial, enriquece, potencia (no quiero decir la palabrita sinergia), equilibra, y mucho más ay del otro lado devuelve al espacio donde encontramos a la familia justamente para eso, no invadiendo, más aun en el mundo de los jóvenes que por aquí viven en aptos. que aún siendo de alto valor inmobiliario por su ubicación tienen en común con el resto su escaso espacio, friends: todo transcurre alrededor de un sillón.
    No me gusta la arquitectura high tech peor menos aún la cueva donde ora se desayuna ora se trabaja ora se almuerza ora se trabaja ora se estudia ora se cena ora caes dormido. Bendito espacio, soy afortunada.
    cada vez me gusta más donde posas tu mirada, muy bien.
    Salut

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estimada Selva, este texto lo escribí en los momentos más duros de la pandemia y hacía referencia al “vaciamiento” de las ciudades, al distanciamiento social, a la limitación de movilidad y de aforos impuestos por la alarma sanitaria. Ahora al ponerlo en el blog he eliminado las referencias a la pandemia, creo que esta se remediará y espero que pronto será un mal recuerdo que habrá dejado unas huellas negativas. La arquitectura quedará tocada por aquel vaciamiento y por un tiempo en desuso y falta de mantenimiento.
      La arquitectura high tech es cara y de mal envejecimiento.
      Celebro que te gusten mis escritos.
      Saludos.

      Eliminar
  2. Las modas de lo ostentoso y lo faraónico vuelven cada cierto tiempo, como el juego del yoyó. Las épocas de crisis y de final de ciclo son muy propensas a las exageraciones. Habrá que estar atentos.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amigo Cayetano la arquitectura high-tech es la arquitectura de la era de la ostentación. Son edificios caros, poco sostenibles y casi siempre pensados como una forma de publicidad.
      Es una petrificación de la exageración.
      Saludos

      Eliminar
  3. No entiendo de arquitectura, pero comprendo lo que nos quieres decir.
    Hemos de optimizar los recursos.
    Un abrazo profundo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amic Miquel, la arquitectura high-tech es de difícil y caro mantenimiento, requiere un dispendio energético exagerado y tiene un mal envejecimiento, a veces pienso que los usuarios de estos edificios también quedan afectados por el mal envejecimiento, entonces es cuando hablamos de los edificios enfermos y podemos añadir "edificios contagiadores"
      Abrazos

      Eliminar
  4. Donde vivo tenemos uno que es tan caro de mantenimineto que nadie lo quiere usar. Solo la parte exterior está concebida de una manera que su limpeza requiere no sé cuantos obreros colgados de arneses. Así que se limpia vete a saber con que frecuencia. Sucio y deplorable.
    Nunca me han gustado, ni éste ni otros.

    Salud.

    Anna Babra

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Anna, muchos de estos edificios tienen este problema de limpieza que tu mencionas o presentan problemas de mantenimiento de las juntas de silicona, pero mantenerlos en condiciones es carísimo.
      Saludos

      Eliminar
  5. Dos amigos míos hicieron estas construcciones en las sedes de sus empresas.
    Estéticamente no me desagradan, pero las veo caras de mantener en Burgos. Cuando hace frio, a pesar del aislamiento que dicen tener los cristales hay que tener la calefacción "a tope" y en verano, que en Burgos es corto, pero intenso, el aire acondicionado tiene que estar permanentemente encendido, eso sin contar que para que luzca bien hay que pagar una empresa de limpieza periódicamente. Ninguno de ellos repetiría esta construcción. Quizás para climas más templados sean razonables, yo en Burgos, la verdad es que no los "veo". Acero y cristal son elementos "fríos".
    Cuando sea millonario, (creo que estoy a punto), me hare una casa de piedra maciza que es más "cálida", creo yo.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Daniel, la arquitectura high tech es la expresión de una sociedad ufana de su tecnología, esto obliga a la utilización de materiales caros y poco sostenibles.
      Uno de los más elementales principios de la arquitectura es que el edificio debe adaptarse a su entorno. El edificio, el rascacielos, la choza o la casita, son el cobijo del hombre. Sus paredes y su techo deben protegernos de las inclemencias del tiempo.
      Cuando se trata de la arquitectura high tech resulta que para conseguir un cierto confort en unos interiores fríos y sobredimensionados se requieren unos medios artificiales de control ambiental que suponen un gasto energético tremendo. La cuestión funciona así: proyecto un edificio con unas formas y unos materiales que ya sé que me van a dar problemas y después diseño unos sistemas de instalaciones complejos y muy complicados para resolverlos. Esto es un delirio que solo se explica por un anhelo de ostentar. Unos edificios proyectados así son una aberración energética, son inconfortables, caros, ostentosos, difíciles de mantener y se estropean pronto.
      Saludos

      Eliminar
  6. Esta mañana pasaba por la abigarrada plaza España, en Barcelona, y he comprendido definitivamente el mosqueo que tuvieron en su día los vecinos de la calle Llançà con la renovación de la plaza de toros de las Arenas, convertido en edificio "High Tech" por obra y gracia de sir Richard Rogers en connivencia con Alonso y Balaguer, con el añadido de un edificio anexo todavía más High Tech, un poco en plan parecido al hotel Hesperia de Hospitalet o a lo que hizo en Estrasburgo.

    Este estilo arquitectónico, lo siento, pero no me va nada en absoluto; debo de ser "un carroza". A los vecinos, no lo sé, pero perdieron luz y vistas. Y los que pasamos por la plaza no podemos ver desde 2008 el "trencadís" del edificio "La Papallona" ("Casa Fajol") por culpa de ese mamotreto.

    Cuando todavía no conocía a Miquel Cartisano, él ya estaba enfadado con eso, como lo demuestra en su entrada de 2008 dedicada al asunto, titulada precisamente La Papallona o la casa Fajol. http://totbarcelona.blogspot.com/2008/09/la-papallona-o-la-casa-fajol.html

    Saludos, amigo Francesc.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amigo GranUribe, he puesto como título de esta entrada "La arquitectura high-tech se muere" y quizás debería haberla titulado "la arquitectura high-tech nos mata".
      El edificio de La Papallona ha quedado completamente escondido, arrinconado por este mamotreto añadido a las Arenas.
      Salud.

      Eliminar