Cisterna seca
Cobarde vi cómo el Arte partía, mi último dios;
ya no me estrecha lo Bello con su inmortal delirio,
siento que he perdido, pues con Él echó a volar
el éxtasis que aplaca a veces los viejos deseos.
Treinta siglos de hastío pesan en mi espalda
y concentran sobre mí su llanto y su culpa.
Nuestras manos olvidaron el trabajo que consuela.
No hay día en que no piense, miedoso, en la muerte.
Sordo a la ilusión de las multitudes,
me arrastro abatido hacia parajes lejanos,
todo acabó para mí, nada más espero.
¡Pero lates aún, deshecho corazón pobre!
¡Ah, si como antaño al menos lograra
el llorar que tanto bien hace a los niños!
Jules Laforgue (1860-1887)
¡Uf!, Laforgue era un simbolista.
En la obra de T.S. Eliot encontramos unas claras influencias de la poesía de Laforge. Eliot halló en la obra del poeta francés, nacido en Montevideo, unas imágenes y un sentido del humor que enseguida se apresuró a emular.
A T.S. Eliot le incomodaba el olor de los armarios repletos de abrigos que tanto abundan en las mansiones inglesas.
Gracias...
ResponderEliminarUn abrazo
Salut
Un buen poeta, Miquel, lo he descubierto a partir de T.S. Eliot
EliminarSaludos
Gracias por la lección, maestro.
ResponderEliminarAmigo Luis, son simples reflexiones a partir de unos versos.
EliminarSaludos
Un placer leerte, siempre, y esta poesía tan hermosa. El simbolismo francés es delicado, sutil, y eso no le resta emoción.
ResponderEliminarManolo Marcos
Amigo Manolo, el poema de Laforgue es bello, despierta una emoción íntima que, em mi caso, me aleja del ruido y el trajín. Llegué a Laforgue a través de T.S. Eliot.
EliminarCelebro tu comentario.
Un fuerte abrazo
Todavía no me he cansado de aprender, supongo que llegará el día en que busque más la introspección. Quizás esa placida cavilación sea otra forma de aprendizaje, más autocritica, quizás más pura. No se.
ResponderEliminarCuando llegue ese puente, ya le cruzaremos, o no, vaya usted a saber.
Un saludo.
Amigo Daniel, siempre aprendemos, a algunos nos queda un largo camino para aparender. Con solo mirar la realidad y reflexionar ya nos damos cuenta de nuestra escasez de conocimientos.
EliminarSaludos
Pues ni el poema ni el autor conocía. Será simbolista según los clasificadores, pero no sabe uno si verlo como irónico de la vida o como llorón. no sé.
ResponderEliminarAmigo Fackel, yo tampoco conocía a Laforgue, ahora gracias a una lectura sobre T.S. Eliot, unos comentarios sobre Prufrock he descubierto a Jules Laforgue y Tristan Corbière, también a algunos de la generación perdida como Sylvia Beach, Jean Rhys y sobre todo al compositor George Butterworth.
EliminarAbrazos.
Laforgue se definía como un bretón nacido en los trópicos. Entre dos límites ideológicos y estéticos, el Naturalismo y el Simbolismo, nunca abandonó ese humor del que nos hablas, Francesc, su ironía: "Qué asunto cotidiano es la vida".
ResponderEliminarAdemás de la tuberculosis yo creo que precipitó su muerte casarse con una inglesa. Eso no puede ser bueno.
Saludos.
Amigo Pitt, comparto contigo lo de casarse con una inglesa, creo que les gusta mucho tener los armarios llenos de abrigos.
EliminarConozco muy poco de Laforgue, sólo algo de su poesía y realmente, en ella he encontrado una carga irónica y un gran sentido del humor que me han gustado mucho. Ironía y humor es lo que persigo.
Un abrazo
El simbolismo jugó un papel importante en parte de la literatura que vino después. Influencia en otros, como bien señalas. No fue solo una moda pasajera. Algo similar pasó con el surrealismo. Todavía andan vigentes en cierto modo.
ResponderEliminarUn saludo.
Amigo Cayetano, el simbolismo ha dejado huella, hay poetas imprescindibles en casi todos los movimientos literarios.
EliminarSaludos