Me
cuesta mucho imaginar una musa esperando dentro de una hornacina elíptica.
Agradezco
la invención del arquitecto y su decisión de colocar el busto apoyado en una ménsula
con guirnalda.
Museo Ariana. Genève. Arquitecto: Émile Grobéty
Las imágenes usadas para acompañar los textos son exclusivamente ilustrativas y didácticas y no representan ningún tipo de ingreso económico o actividad comercial para los autores, colaboradores, correctores o administradores de este sitio web.
Estas musas paralizadas ya no sirven, ¿verdad?
ResponderEliminarAmigo Pedro, las musas, como podemos ver en la fachada, están petrificadas.
EliminarSólo sirven para ser contempladas.
Abarazos
Pues fíjate, amigo Francesc, que le encuentro cierta similitud con el Edificio Sede de la autoridad portuaria de Cartagena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Amigo Pitt, sólo por fotos conozco el Edificio Sede de la autoridad portuaria de Cartagena, pertenece al mismo estilo arquitectónico que el Museo Ariana de Ginebra, los dos son de composición similar pero el de Cartagena presenta una fachada más plana, algo que agradezco.
EliminarAbrazos
Explícame porfa, porqué no podía ser otro que el Jónico al estar en la primera planta.
ResponderEliminarMe he ido a JE Cirlot; no he sacado conclusión porque no he sabido buscar.
Un abrazote
gracias
salut
Amic Miquel, Cirlot no tiene respuestas para todas las cosas, él se ocupa de los símbolos y ya está. Te digo, además que Cirlot se quedaba bastante cojo en cuestiones de arquitectura.
EliminarEn Serlio, en Vitrubio y en Palladio encontrarías explicaciones mucho más autorizadas.
Salud
Al principio pensé que la dama en cuestión era una musa nueva, la décima; luego comprobé -curioso que es uno- que Ariana era la madre del arquitecto.
ResponderEliminarSaludos, Francesc.
Amigo Cayetano, en la fachada del Museo Ariana encontramos diez musas, diez. No sabía que la madre de Émile Grobéty se llamara Ariana.
EliminarBuen hijo debía ser ese tal arquitecto que decidió poner un busto de su madre en una hornacina elíptica.
Abrazos
Sí, por lo menos se resguarda del mauvais temps, pobrecilla.
ResponderEliminarSí, Marga, su rostro aparece un poco tristón.
EliminarAbrazos
Reconozco que esa arquitectura del XIX avanzado, compuesta de neo-casi-todo no me gusta demasiado. Cuando nos ofreces el detalle de esa ¿musa? atildada, pasiva, eso sí, con generoso busto, solo me transmite frialdad, acumulación ornamental excesiva, tal vez pastiche. Pero será que por mi torpeza no miro bien la obra del arquitecto Grobéty.
ResponderEliminarLos elementos ornamentales que encontramos en el interior del edificio son exquisitos y conviven muy bien con las obras de cerámica que se exponene en el museo.
EliminarAmigo Fackel, el edificio tiene una composición muy equilibrada, pero a mí me molesta esta protuberancia exagerada del acceso, hay mucho de teatralidad y me desagrada también el peraltado del edificio sobre una semi-planta que hace de zócalo.
ResponderEliminarSalud
Es como si la "santificaran", ¿verdad?
ResponderEliminarPues sí, Luis Antonio, la santifican, la petrifican y la ponen en una hornacina.
EliminarSaludos