Odette tiene mucha
experiencia y muchos secretos. El horizonte de su mar de Provenza no tiene
secretos para ella. Ha visto amaneceres preciosos sobre aquellas aguas tan
ricas en historia.
Es una mujer
mayor, su lucidez mental es de admirar, tanto como su figura. La amiga Odette ha
sido feliz en muchos momentos fugaces. Ella, con sus comodidades, gozosa ante
el mar de Provenza, con auroras plácidas, ve pasar el tiempo, la juventud. Le acongoja el
deterioro propio y ajeno.
Continua, sin
embargo, suspirando ante la belleza y aprecia la buena cocina. Odette no entiende a
los pensadores oscuros del norte, cree que sus elucubraciones mentales se
producen entre las nieblas espesas y cree que, sumidos en aquella atmósfera fría,
poco pueden hablar de felicidad, a no ser que estén completamente ebrios, algo
bastante habitual entre los pueblos bárbaros que ansían el calor y el sol
meridional.
Ni Schopenhauer, ni
Hegel ni ningún pietista prusiano son santos de su devoción. Se diría que Odette
aborrece el romanticismo. Ha sido feliz
y continúa siéndolo, sabiendo, además, que la felicidad es cosa fugaz.
Bien por Odette, pero Hegel hace pensar.
ResponderEliminarQuizá, y no lo pongo en duda, el mecanismo de la Provenza sea más que suficiente para sentirse llena; doy por sentado que en el ambiente de esta Barcelona cada vez más franquiciada, Odette tendría que refugiarse en los libros, y algunos tendrían que ser de los pensadores oscuros del norte.
Es cierto, y no lo pongo en duda, que el clima atempera.
Salut
Miquel, el mar de Provenza acerca a la amiga Odette muchas historias y mucha poesía de tiempo antiguo. Los clásicos llegaron por este mar, que es el nuestro, de ellos aprendimos unas formas de vida y una cultura que, a entender de Odette, es la más completa que el mundo ha conocido. Aquí están la estatuaria griega, los versos de Dante y los de Leopardi, la “terribilità” de Miguel Ángel, los spaghetti y, en estas tierras, se da una forma de amor filial muy consolidado.
EliminarHegel hace pensar, sí, quizás con la misma potencia que nuestra ironía mediterránea hace vivir.
En esta Barcelona lo más franquiciado es el pensamiento y aquí, en esta Barcelona, molestan los autocares venidos, de vez en cuando de los pueblos vecinos, molestan los símbolos más que los turistas, molestan las aglomeraciones organizadas más que los paseantes extranjeros. En esta Barcelona mestiza cabe todo menos el ridículo de una ensoñación romántica. Odette tampoco es romántica, el olor a lavanda y el vientecillo de gregal la han acostumbrado a la templanza, la moderación y la mesura, ella se refugia en los libros y en la amistad, ella considera que la amistad es la forma más excelsa del arte.
Abrazos
Qué sabia es tu amiga Odette.La fugacidad invita a vivir con la ligereza de un pájaro que no conoce otro estadio que nosea el presente volátil.
ResponderEliminarAbrazos
Marga, como Odette, todas mis amigas son muy sabias.
EliminarEn general, todas ellas, conocen la fugacidad de los sentimientos.
Salud
Me basta con lo que nos explicas de ella para congratularme de su felicidad.
ResponderEliminarSaludos
Luis Antonio, Odette forma parte del grupo de amigos que casi todos los años nos encontramos en Recanati, ciudad natal de Leopardi. Con ellos hablamos del mar y de la velocidad de los tiempos.
EliminarSalud
Quien tiene una amiga tiene un tesoro (encontrado) pero tesoro que hay que cuidar.
ResponderEliminarCorrespondela, no despiertes a la bestia..
Bona nit.
Amiga Gemma, me considero afortunado, tengo grandes amigas.
EliminarIntento corresponder a mis amistades y siempre relativizo.
Bon dia.
Me gustó este comentario.
EliminarElegante, Gemma.
Fuerte abrazo, Francesc.
Si es de Provenza, le gusta el mar, el clima suave y la buena cocina... ya tiene mucho camino andado. Y buenos amigos, por lo que leo.
ResponderEliminarSaludos, Francesc.
Amigo Cayetano, hay paisajes amables y climas apacibles que facilitan las cosas.
EliminarEn cuanto a los amigos, los buenos amigos, se pueden encontrar en cualquier parte, es cuestión de bondad y suerte.
Abrazos