Sin
miedo a equivocarme puedo anticipar el resultado de las elecciones generales
que se celebrarán el próximo domingo en España.
Ahí
va mi vaticinio:
1) El
resultado de las votaciones servirá para formar un Parlamento incapaz de elaborar
y aprobar unas leyes que satisfagan a la mayoría de sus votantes. Como
consecuencia, muchos votantes, tarde o temprano, se arrepentirán de su decisión
de voto.
2) El
gobierno que salga del Parlamento no arreglará los problemas del país.
3) El
votante que haya creído que alguien puede recomponer el secular desaguisado político
que siempre nos ha acompañado, se dará cuenta, una vez más, de la dimensión de
su ingenuidad.
4) El
presidente del gobierno elegido por las fuerzas parlamentarias mandará muy
poco, su poder de decisión estará sometido a las presiones de los mercados.
5) El
presidente electo intentará hacernos creer que manda mucho, incluso él mismo,
en algunos momentos creerá que tiene un poder “de facto”.
6) El
próximo presidente del gobierno se rodeará de muchos aduladores, algunos de
ellos harán el ridículo y otros recibirán algún regalito.
7) El
gobierno recurrirá al triunfalismo y a la alteración y opacidad de la información.
8) La
oposición nos hará creer que ellos lo harían mejor y para ello recurrirán al
derrotismo y a la alteración y opacidad de la información.
9) Los
unos y los otros nos harán creer que las ideologías están por encima del bien
común.
10)
Los salvapatrias continuarán apelando a las emociones y a las mentiras
11)
Los que mandarán también
tendrán la tentación de recurrir a la emoción y recurrirán a la mentira.
12)
El partido ganador creerá
que todo el monte es orégano, sin reparar que el orégano es un arbustillo que
crece asilvestrado en suelos pobres y territorios despoblados.
13)
Los partidos perdedores harán
mucho ruido removiendo el saco de las nueces, sin reparar que las nueces son
pocas y algunas están podridas.
Utilizando
el sentido común y relativizando todo este batiburrillo de la política, seguro que
cualquiera de vosotros, sin temor a
equivocarse, podría añadir más predicciones a la lista.
Nos
engañan antes y después de las elecciones y votamos a sabiendas de ello, pero aun
así, ejerceremos nuestro derecho de elección porque la LEY lo permite.
Tanto remar para acabar en la orilla.
ResponderEliminarAmic Francesc, remamos sin saber quien dirige el timón.
EliminarSalud
lo importante es no votar al neoliberalismo o a la derecha dura, ya sabemos que no funciona...
ResponderEliminarJLO, el desaguisado no lo arreglan ni los unos ni los otros, la historia de la humanidad lo ha demostrado.
EliminarSalud
Justo, FRANCESC.
ResponderEliminarSi no hubiera Ley (Etiopía, Somalia, Eritrea, Sierra Leona, en fin estados fallidos...) querríamos por todos los medios su implante.
La Ley puede disgustarnos, dejarnos disconformes, pero se puede cambiar. La no-Ley es imposible de cambiar, porque no existe.
Fíjate que ahora mismo pienso en un estado que a la Sra Rahola, al Monzó, al Pamies y a muchas de estas personas les emociona, el estado judío, y les emociona porque es pequeñito, fuerte, con dinero, independiente, autónomo y puntero. Pero resulta que nadie dice que allí, la Ley obliga, ¡obliga¡, ha hacer el servicio militar a hombres y féminas, y que dura tres años, guste o no, y que allí se juegan la vida porque van a disparar, y que hacen, guste o no, el papel de policía militarizada. De eso, nuestros adalides y adalidas no dicen ni muuu.
Tenemos suerte de poder ir a votar. Esta vez intentaré hacerlo al menos malo, porque realmente, nuestros políticos, le hacen la competencia a los hermanos Aragón, aquellos de : ¿comooooo estánnn ustedeeeees ?
Salut
Miquel, la respuesta ya la dieron los clásicos:
Eliminarla ley nos hace libres.
En concreto Cicerón ya dijo "Seamos esclavos de la ley para poder ser libres"
Cuando uno desobedece y luego continua el otro y así sucesivamente, al final la desobediencia se adueña de la calle, acaba todo convirtiéndose en un lugar salvaje donde el más fuerte somete a los demás, como si fuera una manada de jabalíes.
Salud
Está muy bien tu decálogo de 13 (es que no sé cómo se dirá cuando hay agrupación de 13) pero no me propongo aumentarlo. Estoy cansado del proceso electoral, que viene desde hace meses. Pero me ha sido útil para ver al menos hasta dónde cunde la imbecilidad humana. Tras el domingo veré con más o menos preocupación si la imbecilidad humana decide que volvamos a los aledaños de las cavernas. Pero insisto, aunque en líneas generales participo de tus objeciones creo no obstante que hay que relativizar mucho en esto de la política. Es un poco como con el cuerpo. Nunca lo tendremos perfecto y en sintonía, pero hay que estar con él incluso en los deterioros, procurando, eso sí, la mejoría o no ir a peor.
ResponderEliminarSalud y prudencia.
Amigo Fackel. Estamos todos cansados de tanta majadería que escuchamos durante la campaña electoral, nadie parece que tenga visión de estado y la incultura se adueña de los medios. La imbecilidad es constante y, como si fuera una curva asíntota, se va acercando al infinito.
EliminarYa sabes, amigo mío, que siempre intento relativizar, tanto en la percepción, como en el conocimiento.
Creo que saber convivir con los deterioros es un acto de inteligencia.
Salud
Todos dirán que han ganado las elecciones. Si no se puede formar gobierno estable, echarán la culpa a los demás. Seguirán mandando los de siempre: la banca, las eléctricas...
ResponderEliminarSaludos, Francesc.
Sí, Cayetano, todos mostrarán un rictus de complacencia hipócrita. Nadie aceptará su incompetencia. Como tú dices, mandarán los de siempre.
EliminarSaludos
He dejado un comentario y no veo que se haya podido introducir.
ResponderEliminarDespués, a la tarde, lo reiteraré si es que no sale.
A veces pasa con esto del internete.
Un abrazo
Miquel, creo que ya he publicado tu comentario que me ha parecido, muy interesante y lo he contestado. Había estado desconectado.
EliminarAbrazos