John Constable - The Leaping Horse
Después
de Henry Purcell (1659-1695), la música inglesa quedó sumida en un sueño
triste. El clasicismo musical europeo no llegó a las costas de la isla británica y
tampoco la fuerza expresiva del primer romanticismo se dejó sentir por aquellos territorios húmedos.
La
plenitud del romanticismo no produjo en Inglaterra ninguna composición
destacable. Pasaron más de doscientos años sin que se oyera en Gran Bretaña
ninguna melodía genuinamente anglosajona.
La
pintura y la literatura inglesas estuvieron siempre presentes en la cultura
británica y dieron magníficos frutos artísticos, obras de gran calidad, pero la
música, durante un lago periodo, permaneció silenciosa. Más de un crítico de
arte a dicho que Inglaterra es un país sin música.
La
recuperación musical en Inglaterra no se produjo hasta entrada la primera mitad
del siglo XX, cuando el romanticismo se encontraba ya en sus postrimerías.
El
resurgimiento musical empezó a florecer en un campo húmedo, bajo nubes de fondo
y con la persistente bruma británica que tan bien supieron representar
Constable y Turner.
Aquella
humedad y aquellos cielos infundieron un carácter pastoril de pequeña escala a
la composición musical inglesa. La miniatura pastoril es una de las
características más notables del resurgimiento musical inglés que se producía
cuando, en el continente aparecían las vanguardias artísticas del Movimiento
Moderno.
El
aire bucólico, sin embargo, presentó melodías muy sugerentes.
Frederich
Delius (1862-1934), Ralph Vaughan Williams (1872-1958) o William Walton
(1902-1983) fueron a mi juicio los mejores representantes del resurgimiento
musical inglés. Estos compositores, sin embargo, fueron más allá de la
pincelada pastoril y compusieron unas partituras inspiradas en el paisaje sí, pero
no exentas de una reflexión estética de mayor escala.
William Walton
El impulso personal de
estos compositores estaba influido por la campiña inglesa, por el silencio de
aquella humedad, pero también por la formación continental de todos ellos. No
en balde Delius había recibido el estímulo de los grandes compositores de la
Europa Central y así se denota en su ópera “Fennimore and Greda”, especialmente
en su Intermezzo. Vaughan Williams había estudiado con Ravel y
recordaba a su maestro cuando observaba como ascendía la alondra y Walton estaba
influido por Stravinski y admiraba a Hindemith.
Admito que soy un lego en esta materia, pero me has abierto el apetito.
ResponderEliminarCon tu información me iré al spotify y buscaré estos compositores.
Gracias.
Un abrazo
Miquel, es muy interesante escuchar la obra de estos compositores, a mí me producen una especie de invitación al paseo por un campo con alguna casita y poca cosa más. Es algo bucólico, el paisaje de unas tierras donde los perfiles se desdibujan.
EliminarSalud
Con todos mis respetos a la música -llamémosla culta, seria o incluso "clásica" (fuera de tiempo)- el verdadero "resurgimiento" inglés vino en en la segunda mitad del siglo XX de la mano de los grupos de pop y rock como los Beatles, los Rolling, Led Zeppelin, King Crimson, Camel, Pink Floyd... Música ligera, claro. Jejeje. Perdona la osadía musiquera.
ResponderEliminarUn abrazo, Francesc.
Amigo Cayetano, de los músicos que citas solo puedo distinguir a los Beatles y los Rolling, de los demás, me suenan sus nombres, pero no conozco demasiado lo que hicieron. Debo reconocer mi ignorancia supina.
EliminarSalud