jueves, 16 de abril de 2015

La arquitecta Gae Aulenti. Remodelación del Museo Nacional de Arte de Cataluña

La arquitecta Gae Aulenti ha proyectado diversas reformas de espacios museísticos. Sus intervenciones siempre han tenido la buena acogida de la crítica arquitectónica, pero los años le han jugado una mala pasada. Los espacios proyectados no han dado el resultado esperado y las construcciones se han deteriorado demasiado deprisa. 

Cuando esto ocurre, me planteo la bondad del proyecto y desde luego, despotrico contra aquella crítica que encumbró a la proyectista.

Gae Aulenti proyectó la reforma del Palazzo Grassi de Venecia y del Museo de Orsay de París, el Pabellón de Italia para la Exposición Universal de Sevilla y la remodelación del Palacio Nacional de Montjuic en Barcelona, que es la actual sede del Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC)

La estación de Orsay de París se transformó en museo. Esta intervención de reforma interior ha resultado ser más pesada que las locomotoras de los trenes que antaño llegaban a la estación. Los espacios interiores se han deteriorado.

Pero lo que más me duele, por cercano y disparatado, es la reforma del MNAC. Con el proyecto de reforma se estropeó la sala oval, un espacio interior magnífico de grandes dimensiones que con la remodelación se ha empequeñecido considerablemente.

¡Tanto esfuerzo constructivo y estructural que se necesita para obtener espacios interiores amplios! y ahora con la disposición de los paramentos y las gradas perimetrales proyectados por la señora Aulenti se ha reducido la sala a bien poca cosa.

Los paramentos y las gradas que se han construido, además de no servir para nada, ocultan la fachada interior que circunda la sala oval.

Se ha sustituido un orden compositivo armónico y una generosidad espacial por un decorado adocenado que parece una construcción efímera levantada para la celebración de algún espectáculo circense.

Con la remodelación proyectada por Gae Aulenti se ha perdido la oportunidad de tener un espacio museístico digno de las obras de arte que contiene.

Se ha optado por una arquitectura de espectáculo construida para contener el espectáculo de una autocontemplación.

La crítica pecó de papanatismo, se equivocó y aplaudió un engaño arquitectónico que sólo sirve para satisfacer la vanidad del proyectista y no hace la función que le corresponde a la arquitectura, que no es otra que dar un servicio a la sociedad.

Nota: 
en marzo de 2005, en carta publicada en El Periódico, ya expresé mi disconformidad con la remodelación del MNAC

14 comentarios:

  1. De eso hay mucho. Espacios grandilocuentes o faraónicos para dejar con la boca abierta a muchos y que luego no sirven para nada. ¿De qué me suena eso?
    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amigo Cayetano, en este caso el espacio sí que sirve, en esta sala se hacían y se hacen numerosas actividades, lo que ocurre es que ahora, con la intervención de Aulenti se ha estropeado el espacio.
      Salud

      Eliminar
  2. Cualquiera que contemple ese espacio interior tiene que estar de acuerdo con tu acertada crítica. Puestos a ser "originales", la señora Aulenti podía haber instalado en dicho espacio una pista de coches-choque.

    En mi modesta opinión, la estructura debe estar siempre al servicio del espacio, lo contrario es una aberración incluso si de escultura se tratara.

    Tampoco me gusta la reforma de la estación de Orsay, fría y pesada como un panteón. La firma, el narcisismo y el espectáculo han contaminado las artes.

    Como bien dijo alguien: "Hacer las cosas con sencillez no es tan difícil, lo difícil es ser sencillo".

    Salud!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amigo Loam, yo no pediría jamás que la arquitecta en cuestión fuera "original", sólo pediría que proyectara con respeto al espacio existente y sobre todo a los usuarios del mismo.
      La estructura debe estar al servicio del espacio al mismo tiempo que lo organiza y da un orden dimensional a la construcción.
      Diseñar un espacio interior de gran luz requiere un esfuerzo estructural considerable y en esta sala oval se había conseguido un amplio espacio diáfano, pero luego vino la señora Aulenti y lo lleno de gradas, ascensores (2) escaleras, un bar con cristaleras, unos paramentos, unas balconada y otros cachivaches que no sirven para casi nada. Estropeó algo que estaba bien.
      Salud

      Eliminar
  3. Se produce una disociación entre el pensamiento y su materialización, lo que da lugar a muchos desajustes.Y la inmensa mayoría de políticos lo que les interesa es obras faraónicas.Que perpetuarán su vanidad.Con sus propuestas sin sentido han confundido : funcionalidad y buen hacer.Porque con los años que duró el proyecto ya se tenía que haber corregido muchos fallos.

    La conocía más por sus diseños; sobre todo, la famosa mesa con ruedas y la lámpara Pipistrello.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amiga Bertha, coincido contigo, a muchos mandamases les interesan las obras faraónicas, satisfacen su vanidad y la de algunos arquitectos de campanillas.
      Salud

      Eliminar
  4. Me alegra conocer esta opinión tuya, circunscrita en principio al Quai d'Orsay. Sentí un agobio enorme, una sensación de encerradero -de oro, eso sí, por los cuadros expuestos- que acabó en un mal a lo Stendhal y sin gnas de seguir viendo las obras de arte en este plan. Museos cárceles de obras de arte que, originariamente, no fueron pensadas para museos. No sé si lo del MNAC va de parecido, aún no lo he visto.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amigo Fackel, muchas obras de adecuación o de reforma de algunos espacios museístico han hecho un flaco favor a las obras de arte que contienen. En el caso del MNAC nos encontramos con una importantísima colección de arte románico y obras posteriores magníficas, que no merecían la chapuza proyectada por la señora Aulenti.
      Salud

      Eliminar
  5. De entrada decir que no soy arquitecto, continuar diciendo que mi gusto por lo que parece es más que dudoso y acabar comentando que mi opinión dista mucho de ser el de una persona versada.
    Y a lo que vamos:
    Pienso que cuando se hace una remodelación que cuesta un pastón al erario público y se requiere un mínimo de delicadeza para con el inmueble, lo que no se puede hacer es poner pegotes en medio de una sala.
    Si algo tenía ese óvalo, era su espectacular espacio vacío, libre de toda parafarnalia, limpio, impoluto y despejado.
    No se que criterio arquitectónico ha seguido la especialista en cuestión, pero visto el resultado podía haber puesto además una barra de bar en medio de las columnas y al lado de los ascensores, para poder poner una pista de baile cuando se le requiriera.
    Una pifia y un tufo a mi criterio, que como bien sabe solo se basa en el sentido común.
    En resúmen, dinero mal gastado y espacio estropeado.
    Salut

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amic Miquel, hay un elemento de la remodelación del MNAC que cuando lo vi por primera vez me gustó muchísimo, pensé que Gae Aulenti había acertado, luego lo he pensado bien y aquello que me pareció "genial" era una pura anéctoda, me refiero al tapiado de algunas ventanas que las ejecutó con baldosa cerámica de color azul oscuro, esto es, como he dicho, una anécdota, una insignificancia al lado del desaguisado espacial de la remodelación: la sala oval, el pavimento de baldosa de color blanco del vestíbulo, los accesos a las salas, la situación de las tiendas, la organización de las circulaciones, la zona de atención al público, todo es tremendo. Cómo me río de la crítica que aplaudió la intervención de Gae Aulenti.
      Salud

      Eliminar
  6. usted sabe de eso, razón por la cual acuerdo con la crítica
    mis respetos y un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amigo Omar, te aseguro que, con la reforma, se ha tratado el edificio existente con muy poco respeto.
      Salud

      Eliminar
  7. En algunos de los lugares remodelados por esta arquitecta he estado,pero no guardo recuerdo de su trabajo, será porque no me fijé. Tu opinión merece ser tenida en cuenta, así que cuando vaya a Montjuïc echaré un buen vistazo a esa obra, que por cierto, en ese salón recogí los Reyes que repartía la empresa donde trabajaba mi padre, me pareció siempre un espacio imponente.
    Bona nit

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querida Amaltea, conozco estos edificios reformados por Gae Aulenti y la intervención arquitectónica que más me gusta es la del Palazzo Grassi en Venecia, sin ser nada del otro mundo, podríamos llegar a admitirla. En cuanto al MNAC, écha un vistazo a su interior, acércate a la tienda de libros, paséate por la sala oval y si aún no te ha pasado nada, tómate un café en el bar desangelado que hay en la sala oval, luego te marchas corriendo y puedes acercarle a la Fundació Miró para recuperarte, allí te reconciliarás con la arquitectura.
      Bona nit

      Eliminar