After Pasolini, 2019. Vincent Desiderio
Los clásicos nos decían que debíamos conocernos a nosotros mismos. Lo dejaron grabado en las piedras del templo de Apolo en Delfos,
γνωθι σεαυτόν,
“Conócete a ti mismo”
Los psicólogos insisten y añaden que debemos ponernos en el lugar de los demás.
Conocerme a mí mismo me exige un gran esfuerzo, tengo que consultar los análisis clínicos, mirar radiografías y poner mucha imaginación. Al final resulta que conocerse es mirarse al espejo e ir aprendiendo el papel que nos toca representar en el gran teatro del mundo.
A duras penas puedo representar
el papel que me toca vivir y ahora resulta que me piden que sea empático y que me ponga en
el lugar del otro. Esto es un esfuerzo ingente para mí, pues tengo que entrometerme en un territorio ajeno íntimo y probablemente pantanoso.
Por otra parte, por poco que se conozca la condición de la naturaleza humana y sabiendo que el hombre es un lobo para el hombre, creo que debe ser mejor la simpatía que la empatía.
Procuraré hacer las cosas bien, permanecer en mi lugar, sin meterme en berenjenales ajenos, dejando que los demás se ocupen de sí mismos. Creo que así mejoraría la vida de los hombres y mujeres que habitamos esta esfera achatada por los polos
Ostras, entonces se acabarían los programas de la televisión, donde cada día hacen un traje a medida no sólo los y las comentaristas y comentaristos, sino los politólogos y politologas, los expertos y las expertas y las especialistas y los especialistos...especialmente estos últimos porque son especialmente listos.
ResponderEliminarBueno, pues eso, mejor atender a lo nuestro.
Un abrazote
Miquel, si se callaran muchos tertulianos y politólogos se produciría un silencio muy productivo.
EliminarCada uno a lo suyo y que lo haga lo mejor posible y que ponga toda la voluntad en hacerlo bien y sobre todo que deje de entrometerse en la "psicología" de los demás.
Abrazos.
Algunos para triunfar en nuestra profesión debemos ser generosos con los egoísmos ajenos.
ResponderEliminarEs mucho más difícil conocernos a nosotros mismos que al resto del mundo. Como siempre es más fácil administrar el capital ajeno que el propio.
Un saludo.
Amigo Daniel, para conocernos a nosotros mismos podemos acudir a los médicos, consultar los análisis clínicos, mirar algunas radiografías y no ir demasiado más allá, corremos el peligro de rechazo.
EliminarEn lo profesional te puedo decir que muchas veces me he arrepentido de conocer a los demás.
Saludos
La educación y el respeto -cosas que aprendí de mis mayores- siempre están bien en las relaciones con los demás. Ponernos en el lugar del prójimo ya es más complicado, sobre todo si le gusta el reguetón o es un psicópata que descuartiza a las ancianitas.
ResponderEliminarSaludos, Francesc.
Sí Cayetano, sin duda, la educación y el respeto son indispensables para la buena convivencia. Lo de ponernos en lugar del otro es imposible por aquello de la impenetrabilidad de los cuerpos. Saludos
EliminarPara conocernos a nosotros mismos debemos practicar la mirada hacia el interior, pero....estamos diseñados para ver solo hacia el exterior.
ResponderEliminarSaludos
Amigo Rodericus, afortunadamente ahora disponemos de sistemas de exploración del interior de los cuerpos, las radiografías, las biopsias, los análisis de sangre, las resonancias magnéticas, etc.
EliminarLo que vemos del interior de los demás y de nosotros mismos suele ser desagradable, menos mal que sólo son imágenes que no transmiten olor ni sabor.
Salud
Me alegro mucho de saludarle. He estado eliminando carpetas y tenía sus notificaciones de cuando publicó Escritores recónditos y no me admitieron por no tener un libro publicado. Le deseo buena salud.
ResponderEliminarNo recuerdo este hecho concreto de "Escritores Recónditos". Además, sin saber su nombre me resulta imposible saber de quién se trata. En el blog sólo publicábamos la reseña de quienes habían publicado algún libro.
EliminarIgualmente, también le deseo que tenga buena salud.
Un saludo afectuoso.