Richard-Serra, Una Tonelada de Peso ( Casa de Tarjetas) 1986
El sol
despierta por encima de las copas de los almeces
y el desasosiego
inquieto de las hojas se mezcla
con el
verde de Lorenzo Lotto.
La luz
temblorosa de las últimas farolas se apaga
y el
gris infinito de las paredes y cornisas
se
confunde con las noticias de la mañana.
Más
allá de estos vidrios aún empañados,
unos
pasos nerviosos conmueven el aroma del café.
El afán del peatón deja sus huellas en las aceras.
Y todo nos induce a pensar que mañana será más de lo mismo.
ResponderEliminarSí, Miquel, la bendita monotonía.
EliminarLa tranquilidad y la continuidad que yo intuyo en el texto de los primeros dos párrafos chocan con el peatón inquieto con el que me identifico. Ese que no sabe lo que se va a encontrar esa mañana en el trabajo, que nuevo problema no buscado y no deseado se va a encontrar. Tiempos difíciles para algunos.
ResponderEliminarUn saludo.
Amigo Daniel, por las mañanas veo que mucha gente anda de zarandillo, de aquí para allá, parece que van buscando algún potaje o alguna ensalada y después del almuerzo todo se calma. Siempre han sido tiempos difíciles para conseguir el sustento.
EliminarSaludos.