Hay ciertas actividades que generan una enorme vanidad. Estoy pensando en el ejercicio de las artes, la práctica de la literatura, las apariciones en la televisión, los likes recibidos en las redes sociales y la cirugía estética. Quienes lo practican se muestran siempre inquietos y dispuestos a absorber las miradas del prójimo.
Parece ser que el individuo afectado por tal desarreglo nunca queda satisfecho y siempre anda persiguiendo una mayor vanagloria. Este afán constante le provoca ardores, excitación y desenfreno y un consecuente incremento de su tarea “creativa” y de su pavoneo.
Persigue el brillo y la notoriedad; insiste en su afán y continúa ejerciendo su actividad de una manera frenética para mostrar al mundo sus plumas de pavo real.
La vanidad es un motor que mueve el mundo.
No importa la calidad de lo que haga el vanidoso. Puede ser algo pésimo, despreciable o simplemente insignificante. Lo que importa es el meneo, la purpurina y los destellos con los que deslumbrar al personal y a los medios de comunicación.
Detener este motor parece saludable para alcanzar una tranquilidad de espíritu, sí, pero, ¿qué ocurriría? Esto sería como parar una de las fuerzas cinéticas o una de las turbinas propulsoras de la sociedad.
Es curioso como todos los animales tienen una utilidad, así los equinos, los cánidos, los ovinos y las gallináceas, pero quisiera saber que utilidad tiene un pavo real...
ResponderEliminar¿Quizá fue puesto por El Señor para tener un sinónimo al que poner a las personas como las que nos relatas?
Un abrazo
Amic Miquel, yo creo que una utilidad del pavo real es su función ornamental. Además, creo que un abad de Alsacia preparaba una sopa con mollejas de pavo real, no se si lo cuenta Álvaro Cunqueiro, que decía que esta sopa era sabrosísima.
EliminarEl pavoneo alude al movimiento plumífero de esta gallinacea ornamental.
Abrazos
Las tablas, a quién no gustan las tablas, las luces, ..., trascender es uno de los mandatos naturales del Hombre, una suerte de combustible al motor del progreso. Sdos.
ResponderEliminarLa vanidad es uno de los motores que mueve el único, aunque no es el único.
EliminarConozco grandes profesionales de distintos sectores que hacen un trabajo dignísimo y de gran calidad, aborrecen la vanagloria y también ellos son un motor de progreso, con su trabajo también logran la trascendencia, esto es salir de la animalidad y levantar el edificio de la civilización.
Saludos amigo desconocido y anónimo..
Y a mí que me parece que uno de los mayores ejemplos de vanidad es pretender esa abstracción llamada trascendencia. (Disiento: No sé quién puede haber instaurado mandato alguno al respecto. Sin duda que las vanidades exigen mandatos, copiados o autoimpuestos, o ambos casos)
EliminarAmigo Fackel, la trascendencia está en el trabajo bien hecho, sin ninguna abstracción.
EliminarEs la nueva dosis de placer, el chute de dopamina de las masas: necesidad de ser importante, de que los demás te "vean". Una ampliación del antiguo "pan y circo" aplicado al individuo. La vanidad es el talón de Aquiles de los inseguros, y nunca la humanidad ha sido tan infantil, tan insegura y necesitada de aprobación. Creo que a esta dosis tan alta es más beneficioso el "dolce non far niente".
ResponderEliminarExcelente crítica, aguda y dejándome un buen reguero de reflexiones.
Un saludo
Amiga Volarela, siempre ha ocurrido, hay una gran cantidad de indivíduos que se complacen haciéndose ver, ellos quieren que se les mire: se sientan en el palco del teatro de la ópera, asisten a las fiestas glamurosas o simplemente cuelgan sus fotos en las redes sociales. Estas cosas insignificantes pueden dar ciertos beneficios a la industria textil, a la industria cosmética, a las telecomunicaciones, a los cirujanos plásticos, etc. Gran parte del comercio se mueve gracias a la vanidad.
EliminarSaludos
La red social Instagram está plagada de ese tipo de personajes, los que se creen guapos sobre todo, que van poniendo posturitas y morritos y se cambian de ropa en cada foto. También varía el escenario, que a menudo es exótico, y se retratan en pisazos, en piscinas y delante de coches de esos que llaman "de alta gama. Lo curioso del asunto es, no sé cómo se las apañan, pero la gente los sigue, en ocasiones decenas o cientos de miles que ponen sus "me gusta" y adjuntan comentarios elogiosos. Naturalmente, eso aumenta la vanidad del personaje, que llega a ser bastante mayor que la del pavo real. Pero es que además, por tener ese volumen de fieles seguidores, despiertan el interés de las marcas comerciales y cobran un pastón. Una manera de ganarse la vida sin "pegar ni sello" a costa de lo papanatas que es la gente.
ResponderEliminarUn saludo
Amigo GranUribe, hay un embobamiento general que resulta muy difícil de entender, de todas maneras, siempre ha habido gentes que se encandilan ante cualquier insignificancia, admiran cualquier banalidad o llegan a adorar a algún personajillo que no ha dado un palo al agua en toda su vida.
EliminarQuiero ver el lado positivo de tanta banalidad y pienso en la cantidad de negocio y actividad que genera la vanidad humana.
Por otra parte, pienso en algunas obras de arte que han salido de las manos de muchos artistas vanidosos.
Un saludo
Cuánto más Pavoneo y vanagloria, más vacío interior. Un abrazo
ResponderEliminarSí, Myriam, casi siempre el oropel y la vanidad esconden unas carencias. Será verdad aquello de "dime de qué presumes y te diré de qué careces"
EliminarUn abrazo
La vanidad es como el vino, esta muy bien en las dosis adecuadas. La vanidad por hacer las cosas bien, por ser el mejor en algo, por producir más, por pintar el mejor cuadro...
ResponderEliminarHa sido uno de los motores del mundo.
Otra cosa son los "personajillos", creo yo.
Un saludo
Sí, Daniel, la vanidad puede tener valores positivos.
EliminarSaludos