Escena de la ópera Boris Godunov
diseño de Vladimir Dmitriev (1928)
He permanecido desconectado de este blog algo más de un mes. Tampoco he frecuentado otros blogs y en general, he estado bastante aislado de los medios de comunicación. Apenas he leído los titulares de la prensa y no he visto casi nada la televisión.
Cuando desconecté en febrero, las noticias estaban plagadas de cifras y porcentajes: índices de contagios por covid, número de muertos por la pandemia, estadísticas de afectados por enfermedades mentales, etc. También los mapas aparecían en todos los noticiarios, mapas en los que se señalaban los territorios más afectados por el maldito virus.
Ahora, a la vuelta, otra vez cifras y más cifras: número de muertos en la guerra de Ucrania, número de desplazados por el conflicto bélico, porcentajes de inflación y de endeudamiento. También los mapas aparecen en todos los noticiarios, se dibujan los territorios ocupados por los ejércitos, los lugares donde han caído las bombas y flechas que indican la marcha de los refugiados de guerra.
Es un horror. Yo ya sabía que la primavera no iba a ser plácida. Nunca las primaveras han sido plácidas, la sangre se altera y las flores esparcen nubes de polen que provocan alergias.
La alteración de la sangre confunde la razón y provoca el arrebatamiento de los más imprudentes. Y las nubes perjudiciales ensombrecen el horizonte de la civilización.
Antes de mi desconexión, mis amigos del blog y yo mismo estábamos convencidos de que la pandemia lo iba a transformabar todo: relaciones humanas, las formas de comunicación y de consumo y que todo iba a ir a peor.
Ahora creo que todos pensamos que vamos por mal camino y que nos esperan unos malos tiempos.
Así, como siempre, nos esperan unos malos tiempos. Todo va a cambiar para continuar igual y como siempre, dependiendo de la mala baba de la historia.
En un mes ha cambiado el panorama. Ha cambiado de tal forma que ya no hay pateras, ni subsaharianos, ni Mediterráneos plagados de cadáveres, ha nacido otra guerra que no es más que la continuación de una gran guerra anterior.
ResponderEliminarLa Historia tiene mala baba, sin duda, pero quien la hace, el humano, la tiene peor.
Si ya me fiaba poco de él, hoy ya ha perdido toda credibilidad. Nos siguen gobernando los últimos de la clase, y además tienen poderes de destrucción.
Mientras, nos entretendrán con el mundial de fútbol, obviando que hasta ahora han muerto en el emirato qatarí, y en dos años y medio, 6.500 obreros hasta la fecha, otra guerra de la que no habla nadie.
Me alegra el leerte, mucho. Ahhh, dicen que estamos por la séptima ola de la pandemia, y que dentro de seís meses notaremos su existencia debido al relax de quitarnos las mascarillas.
Veremos. UN abrazote muy, muy fuerte
Amic Miquel, sí, el panorama ha cambiado, pero las imágenes siempre son parecidas, muertos en el mar, en la tierra o en los hospitales, unos por la guerra, otros por la miseria y otros por una pandemia. Todo cambia y todo sigue igual.
EliminarYa historia la hacen los seres humanos, ellos son los que aportan la mala baba. Mandan los últimos de la clase, como tú dices, estos son los que incordiaban en clase y se reían de los compañeros aplicados y ahora se ríen de los votantes.
Tenemos que protegernos. Un fuerte abrazo.
Me alegro de volver a leerte. La primavera nos altera un poco a todos, sí, y las noticias siguen siendo un compendio de cifras que desaniman al más valiente. Tengo una curiosidad que si te parece bien me la repondes. En este mes en el que supongo que te enterabas de todo pero no de forma tan tremenda como cuando accedes a la información directamente ¿notaste cierta paz en la desconexión?.
ResponderEliminarLos tiempos que se avecinan no parecen tranquilos precisamente, pienso que cada uno puede buscar su apoyo en aquello que le dé estabilidad, no queda otra.
Un beso Francesc!!
Amiga Ana. Desconecto de las redes y de la información al menos dos o tres veces al año, en estos periodos leo solo algunos titulares de las noticias, evito la televisión, no me intereso por los debates y las tertulias, desconecto de las redes y me dedico a leer, escuchar música, mucha música, dibujo, ordeno papeles y escribo, todo esto ocupa mucho tiempo y tengo la sensación de que las noticias y los medios de comunicación me hacen perder este tiempo. Creo que en estos periodos de semi-retiro me entero de todo, pero evito los detalles que suministran los noticiarios, ciertamente así consigo bastante tranquilidad. No digo paz, porque yo nunca he estado en guerra conmigo mismo. Intento protegerme, busco el equilibrio clásico, la vida reposada y poca cosa más.
EliminarUn fuerte abrazo.
No conozco a mucha gente que practique esa desconexión que para mi es positiva y me apetecía saber tu punto de vista.
EliminarGracias por tu sincera respuesta!!
Tampoco nos habría ido mejor respecto a ciertas situaciones sin pandemia. Esta ha aportado la peor de las cifras: sus muertos y heridos, cual campo de batalla. Dicen que ha influido en otros hundimientos. Como todo son cifras, y bien lo dices tú, pero cifras que no sabemos si contienen verdad o solo lo parece, también yo percibo dentro de mí el hastío, la desconfianza, el escepticismo. Y encima el apresuramiento que intenta dominarnos, la velocidad imparable no se sabe bien en qué dirección, la falta de sinceridad de entes y personajes que rigen destinos, y la pléyade de falsos profetas y buitres carroñeros que enarbolan viejas banderas del desastre. Incluso de esta misma manera de pensar -poco estimulante, sin duda- se aprovecharán los energúmenos. Pero bueno, simplemente se trata de vivir. Y procurar márgenes, antes de que nos los quiten. ¿Quién les iba a decir a los ucranianos que en cosa de poco tiempo se iban a quedar en el vacío? Cuando veo el rostro del verdadero desastre: las ciudades parcialmente devastadas, territorios ocupados por los mercenarios de Marte (el dios), millones de exiliados...me faltan recursos del pensamiento. Me callo ya.
ResponderEliminarBienvenido, Francesc.
Amigo Fackel, la pandemia ha causado muchas muertes, ahora continuamos y parece que amenaza otra ola de contagios, a esto añadamos la guerra con más muertes y sus consecuencias económicas que nos afectan a todos. Sabemos que las cifras son manipuladas, toda información es manipulada. No me creo nada, procuro relativizar. Desconfío de las noticias. Me molesta el espectáculo de la información, cada día es mayor el espectáculo de la muerte. Nos sirven la manipulación en bandeja, nos la ponen sobre la mesa a la hora de comer. Es información tramposa, por esto desconecto.
EliminarNo sé si los ucranios (ahora dicen ucranianos) esperaban lo que les está ocurriendo. Todos estamos expuestos. Los mercenarios de Marte están siempre dispuestos.
Un fuerte abrazo.
Un auténtico placer el volver a leerte.
ResponderEliminarBilly Wilder hizo el mejor análisis que he visto sobre la prensa contemporánea y su forma de operar en una obra maestra del humor, que aquí se estrenó bajo el nombre de "Primera Plana".
A pesar de los años pasados, la película no ha envejecido en absoluto.
El periodismo cambia el foco según cambian los acontecimientos, y cada día hay que rellenar huecos en la imprenta, minutos en la radio, y tiempo en los informativos de TV.
Y no, la pandemia no nos ha cambiado para nada, ni hecho mejores, tan solo alguna irritación en las orejas de tanto llevar puestas las mascarillas.
Saludos.
Amigo Rodericus, para mí es un auténtico placer leer tus comentarios y contar otra vez con la presencia de mis amigos “blogueros”.
EliminarNo conozco esta obra que citas. No sé nada de cine. Creo que hace más diez años que no veo ninguna película.
Está claro que los medios de comunicación se ven en el aprieto de rellenar páginas y suministrar contenidos, aunque sean falsos, lo que les importa es la espectacularidad. Pongo en cuarentena toda la información periodística que me llega, en principio no me creo nada y a continuación, me pregunto el por qué de mi duda y a quién beneficia la información determinada. Te aseguro que esta práctica proporciona sorpresas.
Yo creo que la pandemia ha dejado muchas miserias al descubierto.
Saludos.