Circo. Arquitecto: Etienne Louis Boullée
Con
permiso del post-freudiano de cabecera y con el fin de librarme del terror ante
lo desconocido me propongo utilizar la noción de “futuro”.
Mientras
suframos los setecientos años de miseria creativa que nos esperan, dispondremos
de tiempo para definir las distintas clases de "futuro" que seguirán, a saber:
Futuro blando
Futuro
lacerante
Futuro
inhóspito
Futuro inclemente
Futuro de pernicie
Porvenir lesivo
Posteridad disgregada
Futuro imperfecto de
la curialitas
Porvenir del rechazo
Recuerdo de las
ruinas
Estoy a la espera.
ResponderEliminarBonita espera, amic Miquel. En tu caso: un bonito futuro.
EliminarSalud
No hay futuro perfecto mientras sigamos anclados en el pretérito imperfecto.
ResponderEliminarMe ha encantado tu visión de futuros y "el porvenir de rechazos". Muy ingeniosos versos.
Un abrazo.
Estimada Fanny, yo también creo que no hay futuro perfecto mientras sigamos anclados.
EliminarCelebro que te haya gustado. El panorama del futuro es muy negro.
Abrazos.
Al futuro le podemos adjudicar cualquier color. Lo de negro me parece excesivo. Vamos a dejarlo en un simple "gris"...
ResponderEliminarSaludos anaranjados
Sí, Luis Antonio, vamos a dejarlo en gris, muy gris. Un futuro gris.
ResponderEliminarSaludos azul celeste.
Y todo ello en el supuesto de que haya futuro.
ResponderEliminarSaludos, Francesc.
Amigo Cayetano, tienes razón. Tampoco tenemos la certeza de que exista el futuro.
EliminarAbrazos
¿Setecientos años? Barrunto que la cosa es un viaje sin retorno.
ResponderEliminarAbrazo
Querida Amaltea, por descontado que nosotros no estaremos en el viaje de vuelta.
EliminarAbrazos