Como las palabras que se van volando,
el amor que mueve el
sol y las demás estrellas
huyó lejos del acantilado escarpado
y de la trampa tendida por el claro de luna.
huyó lejos del acantilado escarpado
y de la trampa tendida por el claro de luna.
Se dispersó en silencio, se debilitó
en la noche y atenuó la redención
esperada de los lirios y los nenúfares
que se marchitan en las aguas estancadas.
en la noche y atenuó la redención
esperada de los lirios y los nenúfares
que se marchitan en las aguas estancadas.
La salvación pasó sobre los estanques
y el aroma de las flores no indultó
y el aroma de las flores no indultó
los pecados de la niebla ni de los amantes.
¡Oh Belleza!, ¿qué querían de ti?,
el ideal añorado o quizás aquello
que el caminante demandó al amor.
el ideal añorado o quizás aquello
que el caminante demandó al amor.
F.C.
Un abrazo.
ResponderEliminarSalut
Amic Miquel, ya sabes, un pan con tomate y si añades algo de jamón también hace su efecto.
EliminarSalud
El ideal inalcanzable que se desvirtúa en manos de los mercaderes.
ResponderEliminarAñade aceite, que no encuentro otra belleza al levantarme cada día temprano que el que mi materialista estómago y mi no menos materialista sentido del gusto me piden ser satisfechos. El resto de la belleza...acaso quedó en los sueños de la noche.
Amigo Fackel, los ideales humanos acostumbran a fracasar. La belleza que pueda haber en los sueños nocturnos se desvanece con el lucero del alba. Me quedo con la belleza de los mármoles, con la estauaria griega.
EliminarEl aceite lo añadimos, evidentemente, al pan con tomate.
Abrazos
Los ideales, los sueños, los anhelos... materiales evanescentes difíciles de aprehender.
ResponderEliminarSaludos, Francesc.
Amigo Cayetano, ya ves, a vueltas con el amor y la belleza, y qué ingenuidad, echando una mirada a los ideales humanos, cómo si no supiéramos que los ideales siempre fallan.
EliminarSalud
De idealistas está el mundo necesitado, sobre todo en tiempos de desesperanza, no hay nada menos ingenuo que tener propósitos y saber que pueden no realizarse, yo diría que los sensatos, nunca mueven nada.
ResponderEliminarDe momento me apunto al pan tumaca y a las esculturas de la antigua Grecia.
Un abrazo
Querida Loli, soy tan escéptico que no me creo ningún ideal humano y los que no son humanos no existen. Creo que en tiempos de desesperanza los idealistas nos pueden acompañar a ir pasando el rato.
EliminarNaturalmente que tener propósitos es positivo, siempre son una razón para avanzar, pero de esto a una utopía hay un trecho tan largo y juguetón que solo sirve para divertirnos, llenarnos la mente de pajaritos y distraernos del trabajo constante. Creo que la mayoría de las reflexiones creativas, así como el arte, nacen de la tensión entre Apolo y Dionisos, entre la mesura y la locura que forman parte de la inteligencia humana, pero una utopía es otra cosa, yo más bien creo que, muchas veces, las arcadias felices no son más que ensoñaciones que producen enajenaciones colectivas.
Estoy convencido que tanto el pan con tomate o la estatuaria griega no nacieron de ninguna utopía.
Abrazos
Ayyy, Francesc, disculpa que vuelva al tema, idealista es lo que hay que ser cuando se tienen 20 años, es mejor opción que la apatía, que es lo que abunda hoy en día, y sí, la relación que tenemos con el pan tumaca es vital y como con cualquier alimento, hasta sensual, no dudes de que partiendo de algo tan sabroso, se puede llegar a otras reflexiones, claramente será idealista quien paga con dolor el pan tumaca que otros no pueden comer. En cuanto a la escultura griega, vista su búsqueda de la perfección artística es un idealismo, pues las utopías, como ilusión extrema, me parecen más de personas irreales que de idealistas, el caso es avanzar, aunque no se llegue a lograr, y es que si se alcanzara dejaría de llamarse ideal. Puestos a elegir descarto a los negativos, siempre te acaban poniendo el corazón en un puño, también sabemos que ha habido personajes idealistas, pero yo solo reconozco a los que trataron de cambiar el mundo obrando para bien, aplaudo su esfuerzo no exento de riesgos, porque creo que los ideales se deben practicar y no pueden ser otra cosa que virtudes.
ResponderEliminarNaturalmente puedo estar equivocada.
Un abrazo, querido amigo.
Querida Loli, ya sabes que soy persona de ciencias más que de letras, me entusiasma el método científico y todo lo que se puede medir, dibujo geometrías para las personas, calculo la resistencia de los materiales y la distribución de las fuerzas en una estructura, todo esto me ha alejado bastante de los ideales, que para mí, tan limitado como soy, me resultan casi siempre difíciles de entender. Admiro mucho a las personas esperanzadas y sobre todo a aquellos hombres y mujeres que se esfuerzan para que todo sea un poco mejor y que las cosas y la convivencia nos resulten más cómodas y más humanas, pero ya sabes que soy un escéptico, siempre antepongo la duda razonable y sé que casi todos los ideales humanos han fracasado. Ideales como el amor y la belleza son motores que movilizan gran parte de nuestra vida, especialmente cuando se tienen 20 años, después también, pero con movimientos más pausados y quizás más firmes. Yo intento relativizar, amar y admirar la belleza con mesura. Es una cuestión de proporciones como la estatuaria griega.
EliminarUn fuerte abrazo mi querida Loli, no sabes cuánto agradezco tus palabras.
Las delicias de los buenos alimentos necesitan también su parte de recreación ideal. Hemos llegado hasta aquí, a este punto de la humanidad, espoleados por ideales, pocos que han servido para mejorar nuestra existencia, de acuerdo, pero sin ellos, el vuelo artístico y filosófico habría sido muy corto.
ResponderEliminarAbrazos
Querida Amaltea, los buenos alimentos requieren buena elaboración y cariño, mucho cariño al prepararlos.
EliminarAlimentándose como ha podido, la humanidad ha ido avanzando a paso de paloma y retrocediendo a paso de caballo, a veces gracias a los ideales y a veces gracias a contiendas, con odios, venganzas y algún trazado geométrico dibujado con buena voluntad.
Abrazos