La tempestad (1508) Giorgione
¿La
naturaleza imita al arte o es al revés?
Esta
pregunta es una trampa. Imitación y originalidad son entelequias románticas.
Algo así como una cosa peor que un ideal patriótico, que también es una trampa
y una entelequia.
Todo
en la naturaleza es primigenio y sin intención de originalidad.
La
naturaleza no tiene ninguna finalidad ni necesidad de plantear imitaciones y el
arte sería muy poca cosa si se limitara a imitar una fuerza tan ciega.
En
el arte hay muy pocas cosas que sean originales. Todo suele ser copia, y
afortunadamente las grandes obras de arte son unas grandes copias.
Más
que plantearnos el valor de la originalidad, deberíamos considerar los fines de
lo natural y de lo artificioso. La finalidad del arte es la expresión de la
belleza y la comunicación estética, y la finalidad de la naturaleza es algo
naturalmente inexistente.
El
arte es el espejo que permite aproximarnos cautelosamente a la belleza, ver su
reflejo sin que nos petrifique con su mirada. La naturaleza es fuerza ciega y
cuando se desata, se comporta como la mirada de la Gorgona, destrozándolo todo
sin piedad, sin conseguir nada, sin perseguir ningún fin.
Han
sido los artistas quienes han escrutado el orden primordial de la naturaleza,
han planteado los preceptos de la noche y de las sílabas del futuro, también el
progreso del fuego y nos han informado de la altura del vuelo de la alondra y
estos hechos y estas presencias son así. De esta forma las entendemos porque el
arte ha dibujado sus contenidos.
Nota.- He puesto la imagen de la "Tempesta", pintura de Giorgione. Cuando vi esta obra me impresionó muchísimo, durante muchos días estuve pensando en ella, no podía sacarme de la cabeza este paisaje y estos personajes. Se han hecho muchos análisis sobre esta magnífica obra de arte, invito que cada uno haga el suyo.
En la naturaleza está todo: lo más bello y lo más terrible. Como terrible es ese rayo, enviado por Dios o por Zeus para castigar a los mortales. Si la ciudad del fondo es la Arcadia feliz, podría ser una metáfora de la expulsión del paraíso. Con ello, los seres humanos han de comer con el sudor de su frente (hombre con vara relacionada con su trabajo), parir hijos con dolor y tener que amamantarlos (señora con nene que nos mira).
ResponderEliminarUn saludo, Francesc.
Amigo Cayetano, en la naturaleza encontramos una existencia que no tiene justificación y que cuestiona toda moral, en el sentido más escéptico de la palabra. Es decir, inmoral como el dolor y las penurias.
EliminarUn abrazo
Esta pintura es tan sensual y misteriosa, la mirada de la madonna nos dice algo que nos sabemos interpretar.
ResponderEliminarMe quedo con la famosa defensa de Wilde: es la naturaleza la que imita al arte, la superioridad del segundo sobre la primera se demuestra en esta escena de Giorgione.
A ver dónde encuentras un paisaje semejante.
Abrazos.
Querida Amaltea, la naturaleza imita al arte, así lo enunció Wilde, aquel dandy que hablaba hasta debajo del agua. El arte me daba el conocimiento del paisaje natural, era una manera de interpretar la naturaleza, el arte era lo cercano y a través de él comprendía algunas incógnitas de la realidad, así lo creí durante mucho tiempo, ahora pienso que quizás no valga la pena imitar nada, que cada cosa está ahí y es precisamente nuestra mente la que otorga las categorias. Pasan los años y asimilamos el artificio tanto mejor que el paisaje inculto en el que no vemos otra cosa que un peligro que puede dañar nuestros sentidos.
EliminarGiorgione es un pintor hermético que admiro mucho, cada una de sus obras parece ser un acceso a un mundo enigmático, que solo con la ayuda de un relámpago como el de esta "Tempestad" podemos llegar a intuir.
Un día hablaré de estos paisajes de ranacimiento.
Abrazos
Creo que está todo comentado. Me gustaría ver el cuadro original.
ResponderEliminarUn abrazo
Amic Miquel, hay un dilema secular entre arte y naturaleza. La abstracción planteó una salida audaz a esta cuestión.
EliminarEl cuadro de Giorgone está en la Galeria de la Academia de Venecia, lo he visto varias veces y siempre me ha parecido que el rayo era una distracción y a la vez una forma de velar algún sentido oculto.
Salud
Es verdad que algunas veces he oído que este cuadro tiene algo misterioso, tal vez sea una mirada oculta del artista, pero no sé mucho más.
ResponderEliminarAmigo Fackel, este cuadro bien merece un viaje a Venecia. Se han hecho muchas interpretaciones de esta obra y creo que la cuestión reside en el dilema arte-naturaleza que tanto inquietó a algún pietista romántico.
EliminarSalud
Encuentro esto:
ResponderEliminarhttps://enclasedehistoria.wordpress.com/2014/06/29/la-tempestad-giorgione/
Fackel
Gracias amigo Fackel. Es un buen análisis, siguiendo estos mismos planteamientos se han planteado otros en el mismo sentido, yo, sin embargo no considero “La tempestad” como la primera obra paisajística de la Historia del Arte.
EliminarEs una pintura enigmática, impresionante. Toda la obra de Giorgione me gusta mucho.
Abrazos
Murakami dice, y me gusta, que "la originalidad no es más que una imitación hecha con juicio"
ResponderEliminarSaludos, Francesc
Anigo Luis Antonio, para mí la originalidad tiene muy poco valor, es un concepto romántico cargado de emoción. Prefiero un Shakespeare que copia que un Jaume Cabré original o una Rahola tan divina como original.
EliminarUn fuerte abrazo
Quizás sea un disparate, pero tengo la convicción de que el arte, en muchas ocasiones, perfecciona a la naturaleza...
ResponderEliminarSí, claro, amigo Luis Antonio, el mero hecho de la interpretación ya mejora la naturaleza, el arte es un demiurgo que nos permite una cierta aprehensión de la naturaleza.
EliminarAbrazos