La grieta de Doris Salcedo. Tate Modern London, 2007
Muchos elementos habían perdido su eficacia y parecía que su vida útil se acortaba. Había caído en una obsolescencia casi total, ya no daba el rendimiento esperado, y cuando esto ocurre, el abandono es inminente.
Un percance estropeó, no hace mucho tiempo, alguno de sus elementos básicos.
Había sido bello, útil y robusto, pero ahora el tiempo había provocado desgaste, deterioro y obsolescencia.
Costaría reparar todo aquello.
¿Estado de ruina? Para declarar el estado de ruina se requiere valentía. Sin embargo, había que tomar una decisión: abandono, restauración integral o dejar que cayera de puro viejo.
Después de mirarle los ojos pensé,
¡Pobre cuerpo enamorado!
My bueno.
ResponderEliminarNo se porqué pero lo primero que pensé fue en un coche...
salut
Gracias Miquel, no era un coche, era un cuerpo enamorado.
EliminarTambién se deterioran.
Saludos
Se podría aplicar también al gobierno decadente de una nación, a un edificio que necesita rehabilitación o a la decrepitud física propia de la "tercera edad". Y es que todo viene con fecha de caducidad.
ResponderEliminarUn saludo, Francesc.
Amigo Cayetano, aplíquese a todo lo que está quieto y a todo lo que se menea, el deterioro es imparable.
EliminarSaludos
El tiempo inexorable y los percances afectivos y físicos de todo tipo dejan su huella. Difícil combatir estas causas...
ResponderEliminarSalud
Amigo Luis Antonio, nos vamos haciendo con las huellas del tiempo, a veces estas huellas son demasido profundas y señalan la piel y la mente. El desgaste es imparable. Creo que más vale adaptarse que combatir el deterioro. Siempre queda, sin embargo, la señal del cuerpo enamorado.
EliminarSaludos
Ya ves que algunos artistas convierten la imagen de la ruina en concepto artístico. Es la trascendencia, la sublimación del plomo en oro.
ResponderEliminarEn un aspecto más pedestre, lo mismo puede aplicarse para algunos que practican la ingeniería política; allí donde hay descontento y empobrecimiento, estrujan hasta sacar promesas y discursos para sedar y conducir con más facilidad a la gente.
Un abrazo
Querida Amaltea, este es, en mi opinión, uno de los aspectos más importantes del arte: trascender la realidad aunque ésta sea una ruina.
EliminarLo otro, lo que hacen quienes se dedican a la ingeniería política es prestidigitación y camuflaje. Creo que una mirada libre nos permite distinguir el arte de la palabrería y el tampantojo.
Abrazos
Es inevitable el desgaste, en el amplio sentido de la palabra.-Las contraposiciones entre lo divino y lo humano merecen una reflexión y crítico análisis y uno de los mejores exponente en la era Clásica Demócrito y el el s.XX Leo Tolstoi .-La sociedad envejece; pero el ser humano, cae siempre en los mismos errores.Y cada cierto tiempo se tiene que hacer un barrido y cuenta nueva o sino seguir parcheando la realidad...
ResponderEliminarUn abrazo.
Querida Bertha, has las geologías más duras acaban disgregándose. El paso del tiempo deja su mella. Nos pasamos la mitad de los días poniendo parches y la otra mitad construyendo sobre ruinas.
EliminarAbrazos
Siempre el estado de ruina debería ser reparado.
ResponderEliminarBesos
Querida María, siempre que podamos debemos reparar, rehabilitar o restaurar, pero ocurre que muchas veces el deterioro puede poner en peligro la estabilidad y la seguridad de las personas o el estado de desgaste es irreparable, es tan grande que la mejor opción que nos queda es declarar el estado de ruina, derribar y construir de nuevo.
EliminarAbrazos
Todo lo material se desgasta con el tiempo... aunque hay materiales más resistes que otros...
ResponderEliminarSaludos
Amiga Milena, hay materiales muy resistentes, casi incorruptibles. La ciencia, además, nos está ofreciendo nuevos materiales específicos para resistir una determinada solicitación u otra con una eficacia que antes era impensable. Pero parece ser que el estado de resistencia absoluto es una utopía.
EliminarSaludos
Todo cuerpo -animal, mineral o vegetal- se deteriora. Diríase que unas veces por inercia del desgaste cotidiano, otras por las fuerzas telúricas que acechan por doquier. Hasta en los cuerpo que una vez fueron enamorados la quiebra es la confirmación de un estado anterior. No hay por qué apenarse.
ResponderEliminarNo Fackel, yo no me apeno por los cuerpos, pienso en las morfologías de algunas fábricas. El juicio sobre el deterioro de los cuerpos lo dejo para aquellos que entienden de amores y otros sentimientos arrebatados.
EliminarSalud
Si había sido bello, cómo no intentar evitar que se cayera de puro viejo. Me da una pena terrible la pérdida del patrimonio urbano y pienso que no se puede abandonar aquello que fue hermoso.
ResponderEliminarSaludos
Amiga Ambar, yo creo que es el gran reto de nuestro tiempo: preservar, frenar el deterioro, cuidar el patrimonio artístico existente. Lo digo con la amargura de constatar la pérdida de creatividad del arte actual y al ver, también, cómo los fanatismos integristas están destrozando grandes obras de la antigüedad, que una vez hechas añicos ya no se recuperan.
EliminarSaludos