loatp. Llibreta vermella. Francesc Cornadó
Elegía triunfal
En el día de hoy, la guerra ha terminado
como todos los días.
Nadie pregunta cómo
cuál fuera el desenlace de las cruentas batallas
libradas casa a casa
cuerpo a cuerpo.
Nadie viene a leer con un ojo de angustia
y otro de rabia el parte de bajas; nadie aguarda
la crónica oficial que explicará por qué
hoy perdimos de nuevo,
ni preguntará quién era el enemigo que esta vez nos pudo,
ni cuáles sus propósitos, ni cómo su estrategia,
ni qué mapa quedó para seguir mañana.
Nada importa,
porque hemos aprendido
que la derrota tiene mil caras sin reverso,
que nunca hay vencedores,
que con el alba próxima
tendremos que salir al campo a ser deshechos
un día más
igual que cada noche.
Todos perdemos siempre.
Perdemos de antemano,
no nos dejan siquiera
la ocasión de ser Pirro, de ser Cesar, o nada,
ni nos tiene clemencia.
No hay cuartel.
Sin embargo,
pudiera ser que aún no esté todo perdido.
Habría que conjurarse, acudir a la plaza
y allí
-justo en el centro-
erigir majestuoso
el Arco del Fracaso.
Habría que portar la Niké sin cabeza, ceñir todas las sienes
con ramas de ciprés
y levantar dos dedos
que dibujen al aire la uve de vencidos.
Y recorrer así una a una las calles
de la ciudad rendida, entonando himnos
tristes.
Sí.
Habrá que celebrar esa derrota,
-la única victoria que tendremos-.
En el día de hoy, la guerra ha terminado
como todos los días.
Nadie pregunta cómo
cuál fuera el desenlace de las cruentas batallas
libradas casa a casa
cuerpo a cuerpo.
Nadie viene a leer con un ojo de angustia
y otro de rabia el parte de bajas; nadie aguarda
la crónica oficial que explicará por qué
hoy perdimos de nuevo,
ni preguntará quién era el enemigo que esta vez nos pudo,
ni cuáles sus propósitos, ni cómo su estrategia,
ni qué mapa quedó para seguir mañana.
Nada importa,
porque hemos aprendido
que la derrota tiene mil caras sin reverso,
que nunca hay vencedores,
que con el alba próxima
tendremos que salir al campo a ser deshechos
un día más
igual que cada noche.
Todos perdemos siempre.
Perdemos de antemano,
no nos dejan siquiera
la ocasión de ser Pirro, de ser Cesar, o nada,
ni nos tiene clemencia.
No hay cuartel.
Sin embargo,
pudiera ser que aún no esté todo perdido.
Habría que conjurarse, acudir a la plaza
y allí
-justo en el centro-
erigir majestuoso
el Arco del Fracaso.
Habría que portar la Niké sin cabeza, ceñir todas las sienes
con ramas de ciprés
y levantar dos dedos
que dibujen al aire la uve de vencidos.
Y recorrer así una a una las calles
de la ciudad rendida, entonando himnos
tristes.
Sí.
Habrá que celebrar esa derrota,
-la única victoria que tendremos-.
Si se trata de decirles a los de la guerra que nos resignamos a perder dejándoles que ganen sus guerras, no pienso ir a esa plaza. Si se trata de decirles que son ellos quienes siempre pierden en sus victorias, voy! ;)
ResponderEliminarMeeencanta JAVIER VALEZA FRÍAS. Mil gracias!
Ya pasó, ya pasó ;)
Un abrazo grande!
María, admiro la obra de Javier Velaza, es un buen poeta.
EliminarTe agradezco mucho el enlace que has colocado.
Salud
Muy bueno, muy bueno
ResponderEliminarSí, Casilda, un gran poeta.
EliminarUn abrazo
.....en el día de hoy...la guerra ha terminado...
ResponderEliminarQué frase tan magnífica....
Amic Miquel, la poesía de Velaza es de una claridad de ideas admirable.
EliminarSalud
Y por ese constante asociar física y poesía me gusta Los Arrancados.Hubo una época que cada cumpleaños de algún compañero nos dedicábamos un poema y este es uno de ellos.
ResponderEliminarUn estupendo poeta y eso que solo conozco tres poemas de él que todo hay que decirlo.
Me he alegrado volviendo a recordarlo.
Un abrazo.
Un abrazo
Querida Bertha, "Los arrancados" es una gran obra.
EliminarUn abrazo
vencedores y vencidos por "motu proprio"
ResponderEliminargracias amigo, por la cachetada que se necesita para reaccionar ante tanto oprobio...
un abrazo
Amigo Omar, esta es una magnífica cualidad que tiene la poesía, estimular el grito.
EliminarSalud
Me gustó mucho leer.
ResponderEliminarGracias!
Besos.
Hola Andri. ¿Qué tal?
EliminarJavier Velaza es un poeta muy bueno.
Saludos
"Allí fuera todo duele" Leo a Velaza y me viene a la cabeza esta frase de Mad Max, la película del mundo atroz donde todo es destrucción e instinto asesino.
ResponderEliminarAbrazos
Uf! Amaltea, por lo que dices, que terrible película, no la he visto. Hace siete u ocho años que no he ido al cine y tampoco veo ninguna película ni por internet ni por televisión, algo raro me pasa con el cine.
EliminarUn abrazo
No conocía a Velaza, gracias, Francesc. Me parece un poema extraordinario.
ResponderEliminarAl leerlo me ha recordado una frase de los Sitios de Zaragoza:
"¡Que guerra!¡Que hombres! Un asedio en cada calle, una mina bajo cada casa. ¡Verse obligado a matar a tantos valientes, o mejor a tantos locos! Esto es terrible. La victoria da pena".
A buenas horas le dieron pena las víctimas, pero mira, que además de vencedor sus palabras pasaron a la historia.
Un abrazo.
Querida Loli. ¡Qué triste es fijar los hitos de la historia con el dolor y la muerte! Ciertamente la victoria da pena.
EliminarUn abrazo
Si uno fuera creyente religioso diría que es una oración. Yo no la he rezado, pero la he escuchado dentro de mí de modo latente y con un fervor empírico. No sabía de este Velaza, ni de su obra, pero ya sé algo de sus cuitas, expresadas con una puntuación racional y sabia. Gracias, Francesc. Puesto que nos sabemos perdedores, alegrémonos de tenerlo claro y disfrutar de los márgenes.
ResponderEliminarAmigo Fackel, conocí a Velaza en una lectura de poemas, extraordinario, claro, lúcido, inspirado e inteligente. Recomendable su lectura.
EliminarUn abrazo
Si conoces alguna obra suya, dime, soy una esponja terrestre, que no marina, pero si se tercia, hasta sideral.
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