sábado, 25 de junio de 2016

Els col·legis de la part alta de Barcelona



Només en podem salvar un. Tots els col·legis de monges i capellans de la zona alta de Barcelona són una desgràcia arquitectònica, només se’n salva un.

Tots aquests edificis escolars de monges i capellans s’haurien d’enderrocar. Així ho ha manifestat més d’una vegada l’arquitecte Oriol Bohigas, opinió que comparteixo.

Aquests edificis són anodins, són unes arquitectures desproporcionades amb elements compositius extrets d’aquí i d’allà. Aquests elements els han anat reproduint fins a constituir un model lleig i eclèctic, fins i tot tenebrós, amb una massa construïda de pedra i totxo que fa ostentació de la seva prepotència i manifesta el domini d’una pedagogia monolítica.

Si no volem donar massa feinada a la “piqueta”, si volem evitar l’enderroc de tanta agregació pedagògica i ser conseqüents amb els indicatius demogràfics -cada vegada hi ha més vells i menys infants-, caldria replantejar-nos l’ús d’aquest edificis escolars i convertir-los en geriàtrics, hospitals de dia o residències d’ancians.

TRADUCCIÓN

Los colegios de la parte alta de Barcelona

Sólo podemos salvar uno de ellos. Todos los colegios de monjas y de curas de la zona alta de Barcelona son una desgracia arquitectónica, sólo uno de ellos se salva.

Todos estos edificios escolares de monjas y curas deberían derribarse. Así lo ha manifestado en más de una ocasión el arquitecto Oriol Bohigas, opinión que comparto.

Estos edificios son anodinos, son unas arquitecturas desproporcionadas, con elementos compositivos extraídos de aquí y de allá. Elementos que se han ido reproduciendo hasta constituir un modelo feo y ecléctico, incluso tenebroso, con una masa construida de piedra y ladrillo que hace ostentación de su prepotencia y manifiesta el dominio de una pedagogía monolítica.


Si no queremos cargar de trabajo a la excavadora, si queremos evitar el derribo tanta agregación pedagógica y ser consecuentes con los indicativos demográficos -cada vez hay más ancianos y menos niños-, deberíamos replantearnos el uso de estos edificios escolares y convertirlos en geriátricos, hospitales de día o residencias de ancianos.

8 comentarios:

  1. Joder ¡¡¡¡¡
    Qué bueno, hombre...que bueno ¡¡
    Firmo donde me lo propongas.
    Salut

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    1. Amic Miquel, algunas de estas arquitecturas me recuerdan las Bismarcktürmen, aquellas construcciones prusianas levantadas a modo de propaganda sobre las partes altas de los caminos o sobre las colinas.
      Puedes ver: http://francesccornado.blogspot.com.es/2014/02/las-bismarckturmen.html
      Salud

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  2. Muy acertada la calificación de "desgracia arquitectónica". Mejor la demolición. He asistido recientemente a la demolición de un edificio público y me ha fascinado.
    Salud, amigo

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    1. Querida Casilda, muchas veces la demolición es un acto creativo. Extisten métodos químicos muy eficaces que permiten derribar estructuras impresionantes sin utilizar ni explosivos ni sistemas mecánicos ruidosos. Los he empleado y te puedo asegurar que funcionan perfectamente, en 12 horas te puedes cargar un muro de hormigón de 30 m de largo por 8 m de alto y 80 cm de espesor.
      Salud

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  3. También soy más partidario del reciclaje que del derribo. Y usar esos edificios como centros de atención o residencias de ancianos, aunque no sé si ellos opinarán lo mismo, que una cosa es ser viejo y otra muy distinta carecer de sentido estético.
    Un saludo, Francesc.

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    1. Amigo Cayetano, coincido contigo, es mejor el reciclaje, pero cuando las estructuras dan pena de feas o viejas más vale utilizar la excavadora. La carencia de residencias para ancianos nos hace reflexionar sobre la utilización del excedente de espacios escolares.
      Salud

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  4. Trabajé como profesor en Sant Ignasi de Sarrià durante 14 años. Coincidí con una etapa en que algunos jesuitas se planteaban qué sentido tenía seguir en ese barrio alto de Barcelona. En la época del general de la Compañía, Padre Arrupe. Me consta que plantearon el asunto al Cardenal Narciso Jubany y éste se negó categóricamente a que se llevase a cabo ese proyecto...

    Desde hace años, la dirección de este centro y otros están en manos de seglares.

    El edificio es mastodóntico y poco acogedor en su interior. Creo que tenía que haber sido una Universidad que no gozó de la aprobación en su día. Tiene unas instalaciones deportivas espectaculares y muy numerosas.

    Estoy a favor del cambio con otros fines y de la remodelación interior, pero no lo derribaría. En este centro tuve más libertad de cátedra que en ninguno otro de los que he estado.

    Hoy colaboro con un centro del Raval que fundó un jesuita y un hermano de La Salle que por aquel entonces mencionado optaron por una labor de carácter más social...

    Un abrazo

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    1. Amigo Luis Antonio, ya has visto que hablo de arquitectura, estos edificios son desproporcionados, de una estética adocenada y viéndolos reflexionas sobre la agregación de las piedras y de su función actual.
      Salud

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