domingo, 20 de marzo de 2016
Silogismos ondulados sobre la mentira, su contingencia y la justificación discursiva de su objeto como umbral del escepticismo, en todo caso un estado de seriedad
Formas abstractas II Münnster Franz Moritz Wilhelm Marc (1880-1916)
Detrás de toda mentira siempre hay algún motivo, algún interés que podemos compartir o no, pero que a alguien sirve.
Puede ser que moralmente no justifiquemos la mentira pero la experiencia nos ha demostrado que siempre existe un motivo para mentir.
Más que su contingencia, la mentira es presencia.
Siguiendo esta lógica, el escepticismo se justifica sobre la existencia eterna y universal de la mentira.
Siendo pues la mentira extensiva en el tiempo y en espacio, no es extraño que la contemplación de la realidad humana provoque un pesimismo tan justificado como nuestra incredulidad.
Pesimismo y escepticismo suelen ir juntos, todo es una cuestión de seriedad.
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Mirar es gratis, ver puede salir muy caro.
ResponderEliminarY, efectivamente, la disidencia suele "premiarse" con una colmada copa de cicuta.
Salud!
Amigo Loam, de mirada sagaz. Coincido. El poder dispone de venenos eficaces.
EliminarSalud
Pesimismo y escepticismo son las dos caras del mismo doblón: lo primero manifiesta una consecuente actitud de nuestra psiqué emocional, lo segundo responde a la pauta lógica de un pensamiento racional. No creo que un escéptico pueda ser un risueño, otra cosa es que lo aparente. Y respecto a la mentira, ¿qué decir a estas alturas en que se consagra en origen como un ejercicio para dificultar el entendimiento y la convivencia? Por cierto, algo bastante antiguo. Por supuesto, la mentira pública, emitida desde entes privados, colectivos u oficiales siempre sirve a alguien. A los intereses de negocios o de batallitas con la que obtener una pizca más de poder.
ResponderEliminarAmigo Fackel, más vale que no digamos nada de la verdad o de la mentira, en todo caso mantengamos una actitud tan seria como irónica.
EliminarHoy, creo que tenemos la obligación de estar cabreados y escépticos y mientras tanto pegar una patada a todos estos librotes de autoayuda.
Un abrazo.
A veces la sinceridad hace daño. Entonces, mentir se convierte en un mal necesario, en un mal menor.
ResponderEliminarUn saludo.
Sí, Cayetano, la sinceridad como todas las grandes virtudes y como todos los grandes pecados no contribuyen a la felicidad.
EliminarCuenta Josep Pla que había en Barcelona un arquitecto, el señor Boniquet, cuya esposa era guapísima. Todos los señores de la alta sociedad barcelonesa admiraban a la señora Boniquet y ella los quería mucho a todos. A más de uno lo quiso con pasión modernista.
El arquitecto preocupado por la resistencia de los materiales no sabía nada de los amores de su esposa, aún siendo estos un secreto que ya no era secreto.
Un amigo del señor Boniquet, virtuoso de estos que están convencidos de que la verdad debe ir por delante de todas las cosas, creyendo obrar rectamente, informó al arquitecto de las andanzas de su guapa esposa. Naturalmente esta información causó tribulaciones y un nerviosismo tal al buen arquitecto que, el pobre, se desconcentraba en los cálculos, no atinaba con las soluciones constructivas e incluso tuvo el tímido atrevimiento de reprochar a su mujer su licenciosa conducta. El reproche le sentó muy mal a la señora Boniquet, se sulfuró y arremetió con improperios contra su marido; total, una zaragata de “aquí te espero”.
El señor Boniquet quedó tocado, quería olvidar el mundo, apearse de la vida social y sublimar toda su energía en la arquitectura, hasta que sobrevino la desgracia. A los pocos días, en una visita de obra, le cayó una viga a la cabeza y lo mató.
Las exequias fueron sonadas, los señores de la alta sociedad barcelonesa corrían a dar el pésame a la señora Boniquet. Para todos tenía, ella, una palabra de gratitud que acompañaba con una lagrimita y decía: ¡Ay pobre Ramón, Dios lo haya castigado!
Cómplices, la verdad y la viga, mataron al señor Boniquet.
Un abrazo
Muy simpática la historia de la señora Boniquet y compañía (masculina). Parece sacada de un sainete de Arniches o, mejor, de un esperpento de Valle Inclán. El arquitecto murió de accidente laboral con los cuernos intactos.
EliminarNo hay que hacer caso pues a Quevedo cuando decía aquello de "pues amarga la verdad, quiero echarla de la boca." Saber la verdad y caerte "una viga" en la cabeza es bastante frecuente.
Un abrazo y buena semana.
La mentira puede ser para hacer un bien o evitar un mal inecesario. Pero la mentira cegadora es la soaz lacra que está instala en nuestra sociedad para que unos engorden de poder y se empobrecen de honradez. Lo peor de todo es la aceptación de la misma y la insensibilidad de quien la acepta
ResponderEliminarQuerida Sandra, detrás de cada mentira siempre se esconde algún interés, por ejemplo procurar que el otro se sienta bien, como es el caso de las mentiras piadosas.
EliminarUn abrazo
¡¡¡¡ Miento...¡¡¡, luego existo.
ResponderEliminarSalñut
Ja, ja, ja, Miquel. La mentira es como el bacalao al pil-pil: una razón para vivir.
EliminarSalut
¿Pesimismo y escepticismo suelen ir juntos? Lo siento: soy escéptico respecto a eso.
ResponderEliminar¡Feliz primavera!
Muy bien, amigo Abraham, así me gusta, escepticismo ante todo.
EliminarSalud
Resulta que la mentira es tan corriente como indetectable. Hoy sabemos que el autoengaño funciona como un narcótico. En el individuo y en la Sociedad.La mentira es un resorte maldito porque quien usa la mentira para tomar decisiones -particulares o colectivas- acaba destruyendo el objeto que pretendía preservar.
ResponderEliminarAbrazos
Sí Amaltea, la mentira forma parte de la vida cotidiana, está en las noticias que nos "sirven" los medios cuyo objetivo no es otro que el adoctrinamiento, la mentira es uno de los instrumentos presonales de autoconvencimiento y "la nave va" rumbo a la imbecilidad.
EliminarAbrazos
hoy hasta la gran falacia, peor mentira, se nos ha mostrado verdad incuestionable.
ResponderEliminary 'matábamos' de inocencia
en la tranquila situación de nuestra conciencia
a otras personas.
mientras,
el mundo entero continúa planificando el eterno fracaso del terrorismo: mentira con acre sabor a verdad.
intolerable
abrazo, Francesc
Querida P MPilaR, tienes toda la razón, con mentiras de unos y de otros va creciendo la barbarie.
EliminarGrito contigo: ¡Intolerable!
Un abrazo
https://youtu.be/leumMrUlZxk
ResponderEliminarMuchas gracias P MPilaR, es precioso.
EliminarUn abrazo