domingo, 12 de noviembre de 2023

Las estrías del dórico


Auriga de Delfos


Cuando veo de lejos las estrías de la columna dórica, me parecen solemnes. Nervios templados de la civilización, reparto de cargas y asentamiento en la tierra de los más nobles anhelos humanos. De cerca palpo el mármol apolíneo y el equilibrio de la masa pétrea y de la razón.


Agradezco la ausencia de la basa. Las estrías dialogan con la geología. Lo telúrico se hace humano.


Y lo humano, visto de lejos, se nos antoja raquíticamente solemne. De cerca apreciamos una morbidez enamorada.

15 comentarios:

  1. Es de una belleza singular.
    Una obra sobria, no por ellos exenta de detalles, (el pulgar elevado cuando coge las cinchas), o los pliegues, o los dedos de los pies, que están magníficamente elaborados.
    No hay nada que se le pueda comparar.

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    1. Amic Miquel, el Auriga de Delfos es una obra preciosa, me gusta muchísimo, lo he puesto en mi libro "Arte deteriorado", esta obra para mí tiene una analogía clarísima con la columna dórica.
      Abrazos.

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  2. Los vestidos tipo auriga o caríatides o peplos ¿seguían el modelo de las columnas dóricas o a la inversa?

    Tal vez en las estrías hay un concepto arraigado o propuesto de un orden que a las élites interesaba mantener. Con proyecciones culturales (sociales, políticas, etc.) varias.

    Ciertamente hay algo de diálogo de la representación humana con la madre tierra. Acaso es que se ha copiado lo más primigenio y natural y ha sido un indicador histórico (no siempre respetado)

    Lo humano, observado a distancia, resulta incompleto. Nunca sabremos las intenciones de los que diseñaron modelos y órdenes, acaso solo las sospechamos. O era la inercia natural, sin mayores simbolismos ni intenciones de futuro, la que sugirió a los artífices del munedo clásico.

    Cualquier información que me dé luz lo agradeceré (sobre las estrías)

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    1. No sé, Fackel, quien seguía el modelo, si era la escultura o las columnas. Siempre se ha hablado y teorizado mucho sobre la concepción escultórica de la arquitectura clásica griega. En cualquier caso, ambas participan de un estilo claro que sigue el mismo sistema de proporciones. Deducir que las estrías –precisamente las estrías- puedan contener un concepto íntimo relacionado con las élites me parece arriesgado, pero lo que sí que está claro es que, en el dórico, como en otros estilos hay una proyección cultural, social y política, en este último caso con fines propagandísticos.
      El arte concita. La realidad humana está vinculada a la realidad natural. La Naturaleza, más que una madre, es una madrasta cruel que nos lanza todo tipo perrerías. Estas perrerías estaban en manos de los dioses griegos inclementes, que a la que te descuidabas te lanzaban un rayo y esto los artistas lo representaron.
      Lo humano, como tú dices, observado a distancia, resulta incompleto y yo añado que cuando lo observas de cerca puedes llevarte algún disgusto.
      Yo creo que los que idearon los órdenes clásicos estaban guiados por el ánimo de hallar un sistema de proporciones acorde con el hecho constructivo. Esto lo hemos comprobado cuando hemos analizado los elementos constructivos: los antiguos modelos de madera, el corte y estereotomía de la piedra, el reparto de cargas, el desagüe de cubiertas y todo esto comparado con los triglifos y las métopas, el dimensionado del módulo de cada orden, la inclinación de las cubiertas o las acróteras. Yo en esto soy muy materialista, toco el material y lo mido y no busco simbolismos, a mí se me escapan. Además, estoy convencido que cuando se cumplen las proporciones y las soluciones constructivas adecuadas, el futuro está asegurado, todo se sostiene.
      La columna dórica presenta 20 estría de arista viva, las estrías se esculpían en el fuste una vez levantada la columna, En mi opinión, el trabajo de esculpir la estría tenía como objeto la corrección de ciertas imperfecciones en la colocación de los tambores que forman el fuste y también para definir la éntasis.
      Salud.

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    2. Tu respuesta me enseña. Uno no conoce con tanto detalle el mundo de los elementos arquiotectónicos. Muchas gracias.

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  3. Prefiero el doble arco y la variedad de columnas,robadas,claro que es lo que he visto desde pequeño, como si fueran mías.
    Saludos

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    1. Amigo Car res, la arquitectura de arco o doble arco y la arquitectura dórica son dos modelos constructivos muy diferentes, ambos han dado ejemplos bellísimos, pero son distintos y no se pueden comparar.
      Saludos

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  4. A mí también me gusta mucho el Auriga de Delfos, el cuerpo y la cabeza. A diferencia de otras esculturas griegas, la cara es muy expresiva. También me gusta, como a ti, el orden dórico, por ejemplo el del Partenón, que viene a ser de la misma época. ¿Qué fue antes, el faldón del auriga o las estrías del dórico? Me da igual, yo pienso que quizá su parecido sea pura coincidencia.

    Se ha especulado sobre si el precedente de la columna dórica fueron modelos en madera, pero, aunque los triglifos puedan sugerirlo, el éntasis, las estrías, el capitel y el fuste apoyado en el suelo en su mayor sección, además de la relativamente corta distancia entre columnas, no me cuadran con el uso de la madera. Creo que de madera, además, no debían de tener la misma expresividad...
    Saludos.

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    1. Amigo GranUribe. El auriga de Delfos es una escultura que impresiona.
      El entablamento, el friso, los triglifos y el conjunto de la cubierta; esta arquitectura arquitrabada con elementos a flexo-compresión son más propios de unas construcciones de madera que de piedra. No así la columna que soporta esfuerzos de compresión. Todo es un conjunto de especulaciones.
      Es cierto que los elementos de la columna dórica con su capitel, sus estrías, su éntasis y con su solemne estática son más propios de una construcción pétrea.
      Los materiales condicionan la forma arquitectónica y de aquellas maderas de los entablamentos a la utilización del mármol pentélico hay un recorrido apasionante de belleza y sabiduría.
      Salud.

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  5. Las estrías no nos gustan si aparecen en muslos y brazos humanos, sin embargo en la piedra la dotan de una carnalidad mórbida. No nos fijamos en la perfección de la columna sino en la belleza que proyectan los pliegues. ¡Quién fuera columna dórica!
    Abrazos

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    1. Amiga Marga, tal como dices, las estrías no nos gustan cuando las vemos en un cuerpo humano, una vez vi un cerebro humano y aquello me pareció algo repulsivo, era una masa blanquecina que pesaba más de un kilo con estrías y arrugas. Espantoso, ciertamente me gustan más las estatuas que los cuerpos humanos.
      ¡Ay si fuéramos como una columna dórica!, tendríamos la armonía de las proporciones clásicas.
      Un fuerte abrazo.

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  6. Estas perlas que te salen, mi querido FRANCESC, me dejan muerta ante la pantalla cuanto te leo ¡qué maravilla! ¡cuantísimo en tan pocas letras! Mi gran incapacidad ; )
    Impresionan esas estrías, es verdad. Su perfección, su rotundidad y sí, mejor sin base, perdurablemente infinitas. Eternas, rectas, elegantes, como la razón, con la imponencia del pensamiento crítico tan alejado de excesos, florituras y recargamientos. Preciosa la escultura, más que preciosa, impresionantemente elegante. Me ha encantado esta entrada. ¡Enhorabuena!
    Un beso grande!

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    1. Muchas gracias María, celebro que te haya gustado esta reflexión sobre el Auriga. En mi último libro “Arte deteriorado” hablo también de esta escultura tan elegantísima.

      “El Auriga es la personificación de un sueño dórico. Con los pies en el estilóbato, se levanta la columna estriada, los pliegues del peplo terminan en el collarino, por encima de él, el bronce toma la forma del capitel…
      Los pliegues del peplo del auriga son estrías supervivientes. En sus acanaladuras resuenan las voces de los clásicos.
      El auriga es el fuste dórico, estático, estructural, ético, que no se debilita ni pierde estabilidad en las partes altas.

      Cuanto más nos acercamos a la columna más heroicas nos parecen sus estrías, su tamaño se agranda, tanto como empequeñece el rostro de los héroes cuando los contemplamos de cerca.”
      Abrazos mil.

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  7. En las estatuas siempre me impresionaron las arrugas "pétreas" todavía me parecen increíbles como alguien puede "domar" asi la piedra. Es un trabajo duro y minucioso solo apto para gente superdotada, asi lo veo. En la pintura siempre me impresionaron las transparencias, los velos y las manos. Creo que pintar bien una mano es solo apto para auténticos maestros, en mi opinión, por lo menos.
    Un saludo.

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    1. Amigo Daniel, creo que en algunas escuelas de arte se imparte la asignatura de “drapeados”, enseñan a dibujar con todo detalle los pliegues, las arrugas, las texturas, las sombras propias y arrojadas de cada pliegue, etc. luego pasan del dibujo a la pintura y a la escultura primero al moldeado y después a la talla; lo encuentro dificilísimo.
      Dicen que cuando uno es capaz de dibujar su propia mano en todas sus posiciones, entonces ya es considerado un buen dibujante.
      Saludos.

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