lunes, 5 de junio de 2023

Épocas de cambios y calor



Siempre he oído decir que nos encontramos en una época de cambios. Lo oí cuando comencé a trabajar, cuando entré en la Universidad, cuando tuve que resolver problemas profesionales y, en muchas ocasiones, además, algunos aseguraban que nos encontrábamos en un cambio de ciclo.

Cambian constantemente las relaciones comerciales, las formas de trabajo, la cultura y las maneras de alcanzar un mayor confort.

De muy joven, cuando empecé a trabajar, mi jefe, que era un empresario sabio, me decía que hay que adaptarse a los cambios. Él, que había sido comerciante de carbón, aseguraba que la inteligencia se demuestra con la capacidad de adaptación. Por esta razón, él dejó de vender carbón y montó una empresa de distribución de gas butano y me decía que cuando la gente dejara de utilizar el butano vendería otra cosa que calentara.

Aquellas palabras eran proféticas. El secreto está en adaptarse y encontrar cosas que calienten, ya sea una friega con aceites de pediluvio o con extractos triples de acacia, ya sea con buena poesía que estimule la inteligencia y los sentidos, ya sea con el calor de la amistad y de algún otro producto calorífico.

Lo malo de todo esto es que algunos creen que una buena forma de calentarse es liarse a tortas.

16 comentarios:

  1. Cierto es aquello de: adaptarse, o morir.
    Yo recuerdo a otro jefe que tuve, de mucha mala baba, calculador, frío, mal pensado, temeroso de todo, pero que me enseñó muchísimo. De él aprendí a dar pocas explicaciones, a escuchar y a esperar.
    Miquel
    Cuidate ¡

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    1. Amigo Miquel, esta es la cuestión y el extraordinario consejo: "adaptarse o morir"
      Me habías hablado de ese jefe que tuviste, de todas partes pueden llegarnos los consejos, a veces útiles, a veces sabios y nuestra inteligencia irá discriminando para poder adaptarnos mejor a los cambios.
      Un fuerte abrazo.

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  2. Un buen consejo, desde luego.En los cincuenta,todo lo relacionado al hierro(altos hornos),era la moda.Actualmente,son las empresas de Renovables y de Inteligencia Artificial,las que mueven el gran capital.
    A nivel personal,no nos podemos quedar atrás y adaptarnos continuamente a los cambios,no dejar de estudiar. Hasta los jubilados, debemos seguir esta norma.
    Saludos.

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    1. Amigo Car res, este jefe mío era una buena persona, muy cabal y práctico. Yo era muy joven entonces, fue mi primer empleo que además lo compatibilizaba con los estudios. Del trabajo y de las clases aprendí muchísimo y me he dado cuenta de lo poco que sé y que tengo que continuar estudiando más y más.
      Saludos.

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  3. El cambio, la dinámica, es continua, imparable. La adaptación, el mecanismo de todas las especies, si no tiene lugar desaparecen. El calor es la energía: ni cerebros ni aproximaciones y colaboración entre individuos tendría lugar sin calor. Los tortazos son una deriva, acaso por exceso calorífico, y tantas veces producto del atropello, del miedo a la pérdida de influencia o por el complejo de inferioridad...La sinrazón se reviste de pontifical violento. Dinámica cotidiana, sin duda.

    Se agradece ironizar por tu parte.

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    1. Amigo Fackel, el cambio no se detiene y nosotros nos obligamos a seguir la marcha del cambio, subidos al tiovivo del tiempo, si nos caemos del caballito, nos atropellan los que siguen: el coche de bomberos, la olla giratoria, la ambulancia, los otros caballitos y la bruja pirula que también giran en el mismo tiovivo. Todos dando vueltas gracias al calor de la energía, de nuestros esfuerzos y errores. De estos últimos vienen los tortazos y entonces, a cada torta más calentitos nos ponemos y esto es una dinámica que no para, no nos podemos detener esperando a que las brasas nos consuman.
      Abrazos

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  4. Tu mención a la transición entre el carbón y el gas butano me ha recordado una anécdota de los inicios del ferrocarril en nuestro país.

    Poco tiempo después de la inauguración de la linea Mataró-Barcelona, un grupo de carreteros enfurecidos destrozó un tren entero en la estación de Mataró. Los industriales del textil habían descubierto que les salía más económico enviar sus mercancías a Barcelona con el nuevo ferrocarril, que en los clásicos carros, y que además tenía la terminal muy cerca del puerto.

    Más de un siglo después, los revisores de los trenes al llegar a Mataró aún gritaban: "Mataró, cinco minutos, no más, que son muy brutos".

    Lo de las tortas tiene una tradición muy antigua en nuestro país, a pesar de que su rendimiento energético es muy pobre, y los efectos colaterales son desastrosos.

    Un saludo.

    Nuestra vida transcurre en un cambio lento pero constante

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    1. Amigo Rodericus, parece ser que ese grupo de carreteros no se adaptaban a la evolución de la técnica y querían continuar transportando sus mercancías tal como se hacía en la Edad Media.
      Lo de las tortas y garrotazos impresionó a Goya e hizo aquel famoso grabado de unos sujetos que con el barro hasta la cintura se calientan a garrotazos.
      Saludos

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  5. Yo este fin de semana he estado en Madrid, escuche un ¿concierto? en el que 1.000 individuos destrozaron canciones de rock clásicas y me encendí, después vi el equipo de sonido y me calenté, más tarde supe cómo los organizadores habían tratado a los músicos y me quemé por ser cómplice.
    Pero el sábado por la noche y el domingo por la mañana con la compañera nos dimos calor y eso templó mis ánimos.
    Todo es calor, pero no todo el calor es igual, en eso estamos de acuerdo.
    Los que ven liarse a tortas como opción de calentarse hay de dos tipos, los idiotas y los irresponsables que nunca se han dado de tortas y no saben las consecuencias.

    Un saludo.

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    1. ¡Qué horror! ¡Qué ruido más espantoso! Yo no me acercaría a un sitio de esos ni loco.
      Creo que la gente que se lía a tortas son algo así como unos brutos de carne y hueso con mucho músculo y poco seso. Si pensaran un poco y tuvieran un mínimo de sensibilidad sabrían que hay otras formas de calentarse, mucho más civilizadas como por ejemplo degustando una sopa de pescado.
      Saludos

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  6. Tu ex-jefe era un sabio. ¡Te dejó una gran enseñanza! ¡jajajajaja me has hecho reír con lo de liarse a tortas, llevas tanta razón! Un cálido abrazo.

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    1. Querida Myriam, sí, sí, aquel ex-jefe era un hombre de sentido común. A mi edad, tan joven, las palabras de este tipo de personas calan profundamente.
      Abrazos.

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  7. La frase " la inteligencia se demuestra con la capacidad de adaptación" me parece muy inteligente y, desde luego, la comparto.
    Un abrazo

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    1. Amigo Luis Antonio, no nos queda otro remedio que adaptarnos. Haremos lo que podamos.
      Abrazos

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  8. jajaja sí, sobre todo lo último, se lo toma al pie de la letra demasiada gente para desgracia de todos; ) Creo que es verdad que estamos en una etapa de cambio, pero tb es verdad que no es anual, viene durando muucho tiempo, una cosas así como una especie de Edad Media del siglo XXI, tal cual tú mismo has comentado en algunos post de ahí atrás. Lo que sí que es cierto es que la cualidad más admirable del ser humano es su capacidad de adaptación y debemos intentarlo por pura supervivencia, sin duda tu ex-jefe era sabio y ahí han quedado impresas en tí, hasta hoy, por eso ahora tb tú eres sabio; )

    Muchos besos FRANCESC

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    1. María, hay muchos sujetos que deben pensar que los demás pasan frío y siempre están dispuestos a calentar a quien se ponga por delante.
      Estamos en una etapa de cambios, esto lo vengo oyendo desde que tenía catorce años, esto es como una noria de un pozo, vamos girando, nos remojamos, vamos cambiando de posición, no da el airecillo... y así poco a poco vamos sacando el agua del pozo.
      Aquel hombre era un sabio, yo sólo soy una humilde condensación de algunas experiencias propias y ajenas.
      Abrazos mil

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