El misántropo (1568) Pieter Brueghel
La encrucijada de caminos
provoca la duda de la ruta aciaga.
Después, el silencio.
Un sendero o la nostalgia.
Se acercan las golondrinas del solsticio
volando sobre los recuerdos y los tejados,
y por encima de este camino de zarzales,
un desbarajuste de brújulas.
Acertar con el camino. Esa es la eterna cuestión. Si me dan a elegir prefiero los poco transitados.
ResponderEliminarUn saludo, Francesc.
Querido Cayetano, creo que lo importante es la orientación, saber dónde se encuentra el norte.
EliminarSalud
Las hay que han perdido el norte.
ResponderEliminarSalut
Querido Miquel, ocurre con frecuencia que algunas brújulas se estropean.
EliminarSalud
Esta dispuesto a alejarse de la época medieval e iniciase en un nuevo camino pero... lo logro? Se cobija del mundo, de todo lo que le rodea bajo su encapuchada figura, ignorando al hombre que tiene detras,con las manos asidas a su ser pero al mismo tiempo enfocadas al futuro es una marcha en solitario...que tiene delante de sus pies? Su barba revela cierta sabiduría, para acceder al campo se debe hacer de un salto? Las brújulas no deberían estropearse pero intuyo que las noches estrelladas serán fructíferas siempre y cuando no pise lo que tiene delante..
ResponderEliminarLas golondrinas son la nostalgia
Un abrazo
Estimada Gemma, me gusta tu comentario, procedes analíticamente, conjugando los versos con la imagen, me gusta. Cuando escribí los versos, yo no pensaba en la imagen, pero tu interpretación le da al conjunto una dimensión exquisita.
EliminarAbrazos
Saludos Francesc, mis caminos me llevan y me traen. Sigo la brújula de mis instintos, mismo si a veces pierden el Norte.
ResponderEliminarUn gusto venir a leerte. Abrazo.
Estimada Ceciely, es muy curioso y esperanzador que hoy los caminos nos conduzcan a través del espacio y las conexiones informáticas hasta amigos tan lejanos. Entre todos podemos convertir la ruta de aciaga a amable.
EliminarUn abrazo