Hay un barroco que aplasta, así,
literalmente. Gravita sobre lo que hay debajo.
Vemos cómo las paredes románicas, en el caso de la basílica de San Isidoro de León o renacentistas como en la catedral de Valladolid, han de soportar la gravedad de
las molduras barrocas. Cargas que transmiten su peso sobre lo
existente.
El arte de la contrarreforma que surgió del Concilio de Trento se sobrepuso encima de los muros románicos, sobre paramentos góticos y, especialmente en España, gravitó sobre el arte de renacimiento.
El arte de la contrarreforma que surgió del Concilio de Trento se sobrepuso encima de los muros románicos, sobre paramentos góticos y, especialmente en España, gravitó sobre el arte de renacimiento.
Curvas y contracurvas, ornamentos,
frontones quebrados, ideas pesadas e intolerantes machacaron el arte de la
razón. El barroco fue el martillo de herejes que también golpeó contra la armonía y la
proporción.Poblet (Vimbodí, Tarragona)
El barroco pesó con voluntad de aplastar, con intención de apisonar, con un deseo obstinado de pisotear, con ganas de
arrugar, moler y triturar todo lo que tenía debajo, con afán decidido de acabar
con toda idea que no comulgara con el dogma de Trento.
Las piedras barrocas, comprimen y deforman la armonía de la razón,
despachurran y deterioran aquellas arquitecturas de la inteligencia que se
levantaron con cálculo y tino.
El pedrusco barroco es un elemento extraño que pesa demasiado.
Sin embargo, las piedras levitaron gracias a la música, la belleza de las armonías y contrapuntos barrocos consiguió que pudieramos resistir a tanto desaguisado trentino.
Sin embargo, las piedras levitaron gracias a la música, la belleza de las armonías y contrapuntos barrocos consiguió que pudieramos resistir a tanto desaguisado trentino.
Muy bueno...muy bueno.
ResponderEliminarGracias
Gracias Miquel. Hay cargas pesadas que nos machacan, someten a presión las piedras y las mentes más lúcidas.
EliminarSalud
El barroco tiene algo de moco pegado a la sencilla mesa, pero no bajo ella, sino encima y con insolencia.
ResponderEliminarSalud
Amigo Loam, el barroco es tópico y pretencioso, en general no es más que un fardo de pingos y perigallos dispuestos de manera retórica y almibarada.
EliminarSalud
Tiene razón MIQUEL ... muy bueno tu aplastamiento barroco de letras .. jaja tremendo !
ResponderEliminarFue una época de penuria económica, con una sociedad turbada y desengañada, supongo que todo eso en arte se intentó superar distorsionando las formas, con efectos forzados y violentos, contrastes de luces y sombras a juego con la realidad.. toda armonía rota por el desequilibrio y la exageración… como si quisieran olvidar todos los males , problemas e imposición de dogmas trentinos con una borrachera de piedras retorneadas … menos mal que tuvieron a Bach, Albinoni y Vivaldi para relajarse ;)
Muchos besos ascéticos armónicos y equlibrados ;)
Querida María, el barroco disuelve la forma en un sinfín de volutas, de curvas y contra-curvas, nada se concreta, solo lo superfluo, el criminal adorno, la imprecisión, la desmesura y la ruptura del equilibrio.
EliminarLa arquitectura barroca diluye el espacio en la forma y la forma se disgrega en perifollos y pamplinas insoportables. Una carga pesadísima.
En las artes del espacio (pintura, escultura, arquitectura) el barroco provoca un empalago cargante, es una especie de saturación de caramelo, de edulcorante insoluble o de sacarina sintética pegajosa.
Más que teatral, el barroco es teatrero. Un espectáculo que fatiga. Su verismo retorcido de cartón piedra produce una comicidad chusca.
El artista barroco especula de espaldas a la realidad humana. Especula.
El barroco ha contribuido a falsificar y desfigurar la autenticidad luminosa y la mesura clásica del hombre mediterráneo.
En música se mantuvieron las armonías renacentistas y se introdujo el contrapunto con una maestría extraordinaria. En mi opinión, el coral luterano supuso una oposición creativa con resultado muy positivo.
Abrazos
Puro artificio, escenografía llena de alardes y de curvas, culto a la autopropaganda, exageración que provoca mareos, histrionismo, desmesura, sobreactuación... no es el Barroco arquitectónico lo que yo prefiero, aunque reconozco que logra su propósito de llamar la atención, con esa vocación propagandística que tienen el poder terrenal y el divino.
ResponderEliminarUn saludo, Francesc.
Amigo Cayetano, es un estilo que puede llegar a cansar, aunque debemos reconocer algunas obras barrocas que son auténticos monumentos, pienso en Caravaggio, algún Bernini o Borromini, también Velázquez.
EliminarDe todas maneras estamos ante un estilo propagandístico.
Salud
Desde mi muy modesto conocimiento de la arquitectura, yo opino que la forma ha de estar al servicio del espacio y que lo contrario es una aberración, como bien parece indicar el propio vocablo «barroco» según la wikipedia:
ResponderEliminar"El término «barroco» proviene de un vocablo de origen portugués (barrôco), cuyo femenino denominaba a las perlas que tenían alguna deformidad (como en castellano el vocablo «barruecas»)".
Brillante entrada, Francesc, y espléndidos tus comentarios.
Salud
Amigo Loam, en arquitectura debemos tener siempre presente la máxima de Vitrubio (Vitruvio) "firmitas, utilitas, venustas", la obra arquitectónica debe ser firme y sólida, bien construida, útil y que funcione, siempre al servicio del ser humano y "venustas" o sea bella, proporcionada de acuerdo con la estética. En el barroco encontramos un uso de los órdenes clásicos, pero se sacan de mesura y en muchos casos la proporción queda al servico del adorno y la propaganda. Poco parece importar la utilidad y el servico al hombre, se trata generalmente de un servicio al dogma trentino. Hay excepciones, claro, y muy notables.
EliminarSalud
Evidentemente un edificio rebozado siempre da nauseas,es como si alguien le hubiera dejado el traje y le cae por todos los lados.
ResponderEliminarPero el barroco de planta, con sus medidas justas, es único.
Sobre todo el italiano.
SALUT.
Amic Dapazzi, rebozar, adornar... disolver el espacio en un sinfín de curvas, contracurvas, volutas y cachivaches fromales. Como tu dices, cuando observamos el trazado de las plantas, vemos un orden que no se traduce en los alzados, hay contradicciones conocidas que despistan. Admiramos, sin embargo, la obra de Borromini o del mejor Bernini.
EliminarSalut
no puedo más que daros la razón,
ResponderEliminarun abrazo
Amigo Omar, las piedras son elocuentes, hablan con su peso evidente, molduras barrocas cargan sobre los muros nobles.
EliminarUn abrazo
También algunos renacentistas pisotearon con su geometría la vieja Alhambra, y los omeyas levantaron un bosque de palmeras sobre la basílica romana de Córdoba, como los romanos salpicaron de triángulos griegos por toda Europa el piso de los celtas...
ResponderEliminarAsí es el ser humano, efímero, vano y desproporcionado. A imagen y semejanza de sus dioses.
(Desde el palacio de Maximiliano Hercúleo en Córdoba, Abraham te saluda)
Sí, amigo Abraham tienes razón, este es el triste sino de los humanos, andar siempre a pisotones. Yo me refería al pisotón barroco. No excluyo los demás.
EliminarUn abrazo
Siempre que muere un gran arte, aparece el estilo barroco esto lo aseveró Nietzsche y tenía mucha razón.También podemos dividir entre "barroco" y " barroquismo", siendo la primera fase la clásica y primigenia del arte s.XVII, y en el segundo periodo una amanerada recargada y exagerada forma de manifestar unos determinados ideales culturales.El barroquismo no supone la reformulación del sustrato ideológico barroco,basado principalmente en el absolutismo y el contrarreformismo.
ResponderEliminarEl Vaticano fue la punta de lanza del arte contrarreformista.
Todo indica que se somete el arte a la mentalidad de una época turbada y desengañada, lo que se manifiesta en una cierta distorsión de las formas, en estos efectos forzados y a veces violentos, que producen ese desequilibrio por su exageración .Cuando la realidad no gusta se tiende a darle rienda suelta a la imaginación...No me gusta el Barroco en el amplio sentido de la palabra.
Un abrazo Francesc.
Querida Bertha, la historia del arte nos da ejemplos de decadencia de un estilo cuando aparece un cierto "manierismo" que provoca una irredenta autocontemplación, entonces el arte parece olvidarse de la realidad y habla de arte. Como consecuencia de este discurso ensimismado se amaneran las formas y se desvanece el argumento.
EliminarEn el caso concreto del Barroco del siglo XVII nos encontramos además con unas consignas dogmáticas que añadieron una carga muy pesada sobre la razón.
Un abrazo
Desaguisado que no pierde capacidad de atraer la atención, sobre todo en pintura. No hay movimiento artístico que no perpetre fealdades y sin embargo, cuánta belleza hay también en la plaza Navona.
ResponderEliminarAbrazos
Querida Amaltea, y cuánta belleza hay en las suites de flauta de Bach o en este Bernini que ya he citado.
EliminarUn abrazo
Y la guinda del "paste" (para no ser escatológico): ¡el churrigueresco! Hay que ir provisto de bicarbonato cuando se va a visitar un edificio de ese estilo.
ResponderEliminarSalud
Amigo Loam, Churriguera es abigarrado, su arquitectura es un galimatías de piedras, parece una falla. No deja de haber en este "Xurriguer" un toque de humor fallero y tristón, a veces he pesado hacía todo esto para reírse de la Ilustración que se avecinaba.
ResponderEliminarSalud
Siempre me ha agobiado un poco el estilo barroco tanto en la arquitectura como en la literatura. Después de leer con atención tu lección magistral, tengo más claro el porqué...
ResponderEliminarSobrellevar las cargas puede hacernos más recios si no caemos...en el intento.
Un fuerte abrazo, admirado Francesc
En efecto amigo mío. Sobrecargar puede hacernos más fuertes pero corremos el riesgo de morir aplastados.
EliminarUn abrazo
Un matiz sobre la última fotografía. La torre de la catedral de Valladolid es un pastiche deshonroso para la arquitectura de otro tiempo. Se levantó a finales del siglo XIX. Solamente el primer tramo cuadrangular es de época más auténtica, herreriana, digamos. La torre que sí se había construido, al otro lado, se derrumbó en 1841 y dicen que por el daño que causó el terremoto de Lisboa varias décadas antes. Por otra parte, el Barroco católico no precisa solamente fe y catecismo para que cunda, sino recursos, dineros. Y en esta catedral demediada, que se quedó a la mitad o menos, debieron faltar recursos, interés y pérdida de valor de la ciudad para la Corte y para el Episcopado.
ResponderEliminarAmigo Fackel, sí ya es conocido lo del pastiche de la torre de la catedral de Valladolid. Sobre aquella piedras herrerianas se empecinaron en levantar una construcción barroca, aunque fuera del XIX, pero gravitando con todo el peso de la sinrazón.
EliminarCundió el Barroco gracias al dogma y al dinero proveniente de las colonias. Desconozco como se lo gastaron en Valladolid.