Jeff Koons
Hace unos 10 años
los responsables públicos de la política cultural se dejaban llevar por el
papanatismo ante las obras de arte producidas en el extranjero, además se
mostraban sensibles y caritativos con las producciones sensibleras de muchos
artistas locales y se dejaban llevar por la ñoñez benéfica.
Aquellos ingredientes
eran tenidos en cuenta para hacer la programación de las actividades culturales
y para decidir cómo debían llenarse los museos. En uno y en otro caso la
calidad artística entendida como un bien cultural de interés público brillaba
por su ausencia. Con el proceder de estos gestores culturales se juntaba la
banalidad con la tontería provinciana.
Hoy, el panorama
cultural institucional ha bajado al hoyo más profundo de la incultura y aquellos
conceptos que entonces denostábamos son actualmente incomprensibles por muchos
políticos y gestores culturales. No llegan siquiera a aquel nivel. La falta de conocimiento que demuestran los
responsables políticos, la frivolidad de su gestión y el desconocimiento que
tienen de la función social del arte, hace que aquellos problemas de entonces
sean algo que ahora ni lo pueden imaginar. No pueden imaginar ni siquiera el
planteamiento del problema.
A nuestros
gestores de la política cultural, aquello que entonces era criticable, ahora no
les cabe en la cabeza ni forma parte del planteamiento del problema, porque para ellos no hay problema.
Para los personajes frívolos que dirigen las instituciones no hay otro objetivo que el espectáculo, venga de donde venga, ya sea una majadería extranjera o una ordinariez local, el caso es que divierta. Que la producción artística pase por ahí sin criticar, que la transgresión desaparezca del panorama cultural y que la fiesta continúe.
Para los personajes frívolos que dirigen las instituciones no hay otro objetivo que el espectáculo, venga de donde venga, ya sea una majadería extranjera o una ordinariez local, el caso es que divierta. Que la producción artística pase por ahí sin criticar, que la transgresión desaparezca del panorama cultural y que la fiesta continúe.
Los programas
culturales organizados por los servicios públicos se llenan de frivolidad, de
fiesta pueril y anodina. Solamente son espectáculo, pachanga y diversión, tan
lícita como se quiera pero son algo que nada tiene que ver con la cultura. Y
los políticos responsables contentos, saltando y bailando, contemplan como
transcurre la pachanga de la frivolidad.
Creo que se trata de una tendencia general de un mundo globalizado donde los números circenses son lo prioritario en cualquier evento que se precie. Da igual que se trate de un acto deportivo, político o cultural. Detrás planea la sombra de individuos tipo "el bigotes". Lo hortera y lo mediocre hoy es lo que se lleva.
ResponderEliminarUn saludo.
Amigo Cayetano, salvo algunas excepciones, las instituciones culturales están gestionando la cultura con criterios empresariales de rentabilidad económica o de réditos electorales, no importa el bien social que tienen los museos, las bibliotecas, las orquestas o los teatros y ni siquiera la gestión pública de la educación.
EliminarComo tú dices prevalece lo hortera y lo mediocre, sobre todo cuando se convierte en espectáculo alienante.
Salud
Francesc, precisamente se envuelven donde no hay belleza, ni siquiera esencia.
ResponderEliminarSaludos
Querida amiga yo creo que muchos gestores culturales, metidos en reuniones de partido o preocupados por las cámaras de TV, son como bloques de piedra pómez, insensibles a la belleza.
EliminarUn abrazo
"Saludos desde valencia".
ResponderEliminarAquí tienes campo de cultivo.
Salut.
Amic Dapazzi, en Valencia y en todas partes.
EliminarSaludos
Cuando ves algún reportaje de unos años y lo comparas con la actualidad, enseguida te da una grima verlo : los extremos se tocan, ni tanto ni tan poco.-El ejemplo lo tienes con la TV privada y la pública, ya se han dedicado a su reclamo publicitario y a zancadillarse a base de reality show.Es una vergüenza total ,se esta vendiendo todo hasta el punto que estas empresas"Buitre", que están esperando a ver donde se engrosan el bolsillo:como el caso de vender hasta las casas de protección, el pez gordo se como al pequeño.
ResponderEliminarEspaña y sus regiones esto por un lado y después la grobalización:se vende todo no por calidad sino por moda y después los gobiernos, YA SE ESTA HACIENDO EXTENSIBLE.En esta España nuestra los políticos son unos gallos de pelea, mucho cacareo y después de arrugan...No tenemos Gobierno, la Cultura resbala, la Educación esta en manos de un motón de pedágogos que en verdad son los que se la están cargando y por supuesto la Sanidad que ya esta en manos de empresas privadas...(todo se vende, todo), pero seguimos pagando impuestos y somos el punto de mira...
Un abrazo.
Querida Bertha, la televisión no se puede ver, es mejor alejarse de la pantalla y escuchar un poco de música o salir a pasear. Estos políticos que tenemos se han cargado la cultura, la educación, la sanidad, todo... Mal que nos pese son los políticos que hemos elegido y al final deberemos admitir aquella máxima que dice que el pueblo tiene los gobernantes que se merece. Triste panorama, amiga Bertha.
EliminarSaludos
Ahora se denomina industria cultural, que es una expresión que produce dentera neuronal. No es raro que quienes han unido industria con cultura, favorezcan la producción de birrias para el consumo masivo. Importa que se mueva la pasta en esos parques temáticos, donde los avispados Koons, a cientos hay, veNden su producto.
ResponderEliminarLos Estados han creados esos cuerpos funcionariales, comisarios y asimilados, que marcan el paso "cultural". No hace falta tener ideas ni sensibilidad, hay que preocuparse de que las hordas de turistas acudan y compren el merchandising.
Vemos como triunfan horteras con sus productos banales. Y lo peor es que de tanto salir en la tele y las revistas culturales, creen que son sublimes artistas.
Abrazos
Querida Amaltea tienes razón, estos gestores culturales de medio pelo justifican su actividad con sonrisitas y chistes fáciles, siempre poniendo una cara bonita ante las cámaras. Sólo importa el mercadeo y medrar entre lo frívolo y lo banal.
EliminarSalud
Descubrir nuevos caminos y comprobar quien está al servicio de quien.
ResponderEliminarFuerza y Honor.
Sí, María, tienes razón. Siempre hay que estar con los sentidos muy atentos, aunque enseguida se descubren, enseguidas sabemos quien es quien.
EliminarTe doy la bienvenida como seguidora de este blog. Continuaremos en contacto.
Salud
Sí señor, a cualquier trapo le llamamos camiseta.
ResponderEliminarBesos
Querida Loli, tienes razón, también a cualquier baile o musiquilla le llaman cultura. Ejemplos: reguetón no es música, macramé no es arte, tampoco es arte la gastronomía, no es poesía la eneorme cantidad de versos lacrimógenos que se editan, no es literatura la novela de truculencias enrevesadas sin estética, no es cultura el peridodismo con faltas de ortografía, etc. y con todo esto los gestores culturales montan espectáculos y gastan dineros públicos.
EliminarBesos