jueves, 14 de julio de 2016

Ad libitum


Sin título. 1978, Will Faber

Ad libitum                                       

Pesan como una losa los siglos oscuros
que empezaron cuando los relojes
se ponían a cero y el tiempo pasado se borraba.

Fueron derribadas las termas,
y con los sillares de Augusto se levantaron chozas,
construidas con sigilo en la espesura del bosque,
lejos de las ciudades desiertas.

El caballo de Atila sólo pisó la hierba
y otros aplastaron el ágora callada.
Los pergaminos fueron rasgados
y el faro de Alejandría nunca más volvió a iluminar
las aguas con sus estelas de razón.

Todo fue sometido a un solo Dios
que había pactado con un solo pueblo.

El olvido cayó sobre Cnossos y Sunion.

El deseo se trasladó del conocimiento al instinto,
el amor subió de la memoria al cielo
-lejos del corazón de los hombres-
y la imaginación se convirtió en locura,
mientras las bóvedas pesadas,
se apoyaban en muros cada vez más gruesos
y en el interior oscuro, las voces del miedo
anunciaban que al principio fue el Verbo
y, entre los Pantocrátores y los retablos,
ya nadie recordaba que al principio
fue Cronos: el Tiempo.

Los delfines, el Príncipe de los Lirios
y las diosas de múltiples tetas
fueron sustituidos por códices y martirologios de tintas sangrantes

Sederunt Principes entre el barro y el púlpito.

Con las monodias se mezclaban
los retortijones del hambre.

Ninguna canción
hasta que llegó Beatrice con sus nueve años.

Ningún soneto hasta
que el amor bajó del cielo a la memoria
y al corazón de los hombres.


© Francesc Cornadó

8 comentarios:

  1. Nueva época oscura esta que acaba de empezar, la que arrincona a poetas y a filósofos, y erige estatuas a gente mediocre en nombre el dios mercado y de la incultura.
    Un abrazo, Francesc.

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    1. Amigo Cayetano, esta nueva época se me antoja oscura y muy larga.
      Salud
      Francess Cornadó

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  2. Y se sigue aplastando el Ágora callada, tan callada que la cerraron hace tiempo quitando Filosofía de las clases de los adolescentes.
    Salut

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    1. Miquel, de las aulas han quitado la asignatura de Filosofía y están arrinconando toda materia que enseñe a pensar, parece que quieran sustituir el conocimiento por un conjunto desgraciado de manuales de instrucciones. Sólo interesa lo utilitario.
      Ya te dije en una ocasión que, a mi entender, reduciría todo el sistema educativo a cinco asignaturas, sólo cinco y bien impartidas, todo lo demás viene por añadidura. Hacen falta maestros y profesores bien formados, preparadísimos y bien pagados y que sean enseñantes valientes (no cobardes), y se necesita la implicación de toda la sociedad en la educación de los jóvenes, desde los padres a los medios de comunicación, eliminando la publicidad tosca y adocenada y la charlatanería buenista basada en la creencia de que los problemas pueden resolverse a través del diálogo, la solidaridad y la tolerancia. Todo esto está muy bien pero no basta, se necesitan dosis de inteligencia.
      Salud

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  3. Veo, y bien que me pesa, que en este espacio también se respira un profundo pesimismo sobre la coyuntura histórica que nos está tocando vivir. Refugiarse en los clásicos y en la memoria de las glorias pasadas puede aliviar nuestro pesar, pero no soluciona nada. Me pregunto si no habría que dar algún que otro paso en otra dirección...

    Un abrazo

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    1. Amigo Luis Antonio, yo también me lo pregunto, de momento, mientras espero la respuesta me quedo con los clásicos. Añado que tampoco tengo demasiado interés en solucionar nada. Hubo un tiempo que creí que algo se podría solucionar. Hice mucho, estoy haciendo, desinteresadamente, mucho y seguramente haré mucho mientras pueda, pero tengo pocas esperanzas.
      Un abrazo

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  4. Y a pesar de todo, con esta sinrazón y tenebroso horizonte, hay que arrimarse a la luz de la buena literatura y sobre todo, de los amigos.
    Qué sorpresa traer a Will Faber, muchas de sus pinturas colgaban en la casa de su hijo Andreas Faber-Kaiser, a quien conocí hace muchos años.

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    1. Querida Amaltea, la amistad, la buena literatura, el arte, la buena y sencilla comida nos proprocionan una protección muy eficaz contra tanta locura y fealdad que nos proporcionan los medios de comunicación. Parece que la irracionalidad se ha apoderado de la convivencia.¡Menudo panorama!
      Es muy interesante la obra de Will Faber su abastracción e informalismo conservan el rastro de sus orígenes expresionistas.
      Un abrazo

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