miércoles, 5 de julio de 2023

Bertel Gripenberg

 

Bertel Johan Sebastian, Baron Gripenberg, (1878 – 1947), fue un poeta finés – sueco, nominado catorce veces para el premio Nobel de literatura.



Cuando algunos espíritus románticos tardíos del norte de Europa consideraban que España era un país exótico y atrasado, el duque de Amalfi tradujo este poema de Gripenberg que he transcrito a mano en el encabezamiento.

Jean Sibelius, otro romántico tardío, al que le importaba un pepino la modernidad, también puso música a un poema de Gripenberg.  Se trata de Ett ensamt skidspår [Una huella solitaria] para narrador y piano, una música fragmentaria y esquiva compuesta en 1925. En esta obra, como es habitual en Sibelius, el compositor utiliza la descripción del paisaje escandinavo, pero en el caso particular de esta partitura, lo utiliza como metáfora de una angustia existencial.

8 comentarios:

  1. No había oído hablar de él. La traducción me parece acertadísima, pues si ya es complejo traducir lo es más rimar con tanta perfección, casi métrica.
    Un poema nihilista, sin duda. De desesperanza.

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    1. Sí Miquel, es un poema cargado de desesperanza, se aleja de la visión alegre de pandereta que tenían muchos autores europeos.
      He conocido su obra gracias a la obra de Sibelius Ett ensamt skidspår [Una huella solitaria].
      La traducción del duque de Amalfi es muy buena.
      Un fuerte abrazo

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  2. Es precioso este poema FRANCESC y aun cuando es verdad que traslada la imagen de una España letárgica y adormecida que añora tiempos pretéritos y por eso prefiere mirar al pasado que al futuro, también subraya su belleza y un cierto amor por ella, no hay desprecio, lo cual es de agradecer : ) como el que nos regales este poema manuscrito por ti, a pluma! jaja meeencanta, todo un arte la escritura a pluma, tienes una caligrafía muy clara y segura. Yo solo consigo firmar con soltura, pero escribir me cuesta porque suelo calcar mucho y con la pluma debes deslizarte sobre el papel. Para corresponder a tu regalo, no, a tus ¡dos regalos!, aunque el otro nos lo haya hecho llegar MIGUEL con el video de coloquio entre tú y ERIKA BORNAY sobre el libro las hijas de Lilith, te dejo tu sugerencia, que por cierto acabo de escuchar y me ha parecido preciosa y suavemente triste, pero no angustiosa, quizá los fineses se angustian tan fríamente que no se les nota el sufrimiento; ) Ett ensamt skidspår [Una huella solitaria) de SIBELIUS

    Muchos besos Fracesc !

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    1. Querida María, el poema de Bertel Gripenberg se aleja de la visión que tenían de España muchos autores europeos, veían esta tierra como un lugar exótico, en cambio, Gripenberg aprecia el doliente punto de belleza que anida en nuestros corazones y se deja de exotismos de pandereta.
      Siempre escribo con pluma, va muy bien. Procuro hacer una letra que sea legible, creo que si no es legible no sirve para casi nada.
      No he querido poner en mi blog, el diálogo sobre Lilith que ayer mantuvimos Erika y yo, se trata de uno de estos diálogos “on line” que organizamos en la Asociación Colegial de Escritores (ACEC). No es cuestión de que yo ande haciendo difusión de mí mismo, prefiero que lo hagan la ACEC y mis buenos amigos.
      Volviendo a Gripenberg te diré que no hace demasiados días que escuché por la radio esta música triste de Sibelius, este Ett ensamt skidspår (Una huella solitaria).
      Abrazos mil.

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  3. Me ha gustado mucho el poema de Bertel Johan Sebastian. La raza latina tiene fama de ser muy soñadora, algo que a los nórdicos siempre les ha llamado mucho la atención y que han tratado de interpretar de muchas formas.
    Pero hace tiempo que hemos accedido a esta realidad globalizada e igual ese "no despiertes España..." no era una advertencia absurda, hemos progresado mucho pero hemos perdido ese rasgo esencial de nuestra raza, la esperanza, creo yo.
    Los sueños siempre han sido el motor de nuestro mundo, todo parte de un sueño que muchas veces se hace realidad, pero hay que ver en qué sueños andamos hoy por hoy, juraría que algo no estamos haciendo bien.

    Me ha parecido muy interesante esta entrada, besos Francesc!!

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    1. Amiga Ana, celebro que te haya gustado. El poema de Gripenberg es muy bueno. Hay muchos autores nórdicos que han pretendido interpretar el color de nuestro cielo y nuestro carácter mirándolo desde sus tristes brumas del norte. Esto ha dado interpretaciones con matices muy diferentes desde la emoción que les puede producir el repique de unas castañuelas, hasta la amargura del duende amargo del cante jondo o el surrealismo de la costa catalana. Es compleja la cosa y se añaden muchos tópicos aborrecibles y cargados de trivialidad.
      Ahora las cosas ya no son así, todos hemos cambiado y los medios de comunicación han acortado distancias entre las formas culturales y de expresión artística.
      Creo que hay que tener mucho cuidado con los sueños, sobre todo si se trata de sueños colectivos, cuidar que no se despeguen de la razón, por el peligro de que se produzcan monstruos.
      Un fuerte abrazo

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  4. Me ha gustado mucho ese poema traducido por el duque de Amalfi con cuartetos ABAB y por ti transcrito. Pone el dedo en la llaga. Creo que es buena idea escribir los poemas u otros textos breves a mano para sacarlos aquí, siempre y cuando se tenga buena letra, como es el caso.
    No conocía de nada a ese autor. Por tanto. me he metido en Internet a husmear y he encontrado varios poemas en inglés. Como no soy muy ducho en la lengua de Shakespeare, y menos para traducir poemas, he escogido uno que trata del ruiseñor, "The Nightingale", ya que es un pajarito que me encanta. Y, por cierto, me encanta también "The Cukoo and the Nightingale", de Händel.
    https://youtu.be/Q2ueYbNGui4

    El caso es que, de manera un poco prosaica, he puesto la primera parte del ¿soneto? (dos cuartetos y dos tercetos) de Bertel Gripenberg en el traductor de Google y ha salido esto, perdiéndose la rima, entre otras cosas:

    El ruiseñor
    I
    Cuando el dolor parecía despiadado e interminable.
    Cuando la cama de tortura estaba caliente, oscura y apretada.
    Fuera de mi ventana lo escuché sonar.
    El canto claro del ruiseñor en la noche.

    Cantó para reconciliarme con el sufrimiento de la noche,
    Fresca como agua de manantial, pura, su carillón.
    Y toda esa noche de verano sus notas siguieron llenando
    El blanco sombreado de la corona de la magnolia.

    Otro Orfeo en el reino de las sombras
    Me parecía, y mágico, sin semejanza
    Llenó mi balcón que vistió de rosas.

    Lejos de la angustia de la fiebre y de los tormentos de la noche
    Sobre olas frescas y frescas, sobre tablones plateados de ensueño
    Fui acunado a la tierra del descanso.

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    1. Amigo GranUribe, Gripenberg es un buen poeta, muchas veces nominado para Premio Nobel, es una pena que no se haya prodigado en traducciones a nuestra lengua. Ya sabemos que traducir poesía es dificilísimo, pero encontramos, algunas veces verdaderas joyas como esta traducción del duque de Amalfi.
      Por la obra de Sibelius he llegado a este poeta, he buscado y por fin he encontrado algunas cosas.
      Me gusta escribir a mano, ¡tantas veces he tenido que rotular a mano! que ya te queda la costumbre.
      Saludos

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