domingo, 29 de agosto de 2021

De vuelta y con el escepticismo renovado


Después de unas cuantas semanas alejado, desconectado de los blogs, sin ordenador y apenas sin utilizar el teléfono vuelvo con el mismo escepticismo de siempre.

 

A veces este escepticismo da una imagen de desilusión, pero no es así, conservo el buen humor de siempre. Intento relativizar tanto como puedo. Por descontado, no voy a dejarme impresionar por el cúmulo de majaderías que nos sirven los medios de comunicación. El espectáculo que ofrecen estos medios es de una incultura supina.

 

No dejaré que la invasión de emociones y sensiblerías que se cierne sobre nosotros me amargue la existencia, esta contaminación emocional enturbia el ambiente como la calima sucia y sahariana que no deja ver la claridad de la mañana.

 

En este tiempo de alejamiento he escuchado muy buena música y me han acompañado unas lecturas extraordinarias, son el antídoto perfecto contra el emponzoñamiento ambiental.

 

Contemplo el panorama social y las calles de mi ciudad y veo que ocurre lo de siempre: unos que ensucian, otros que manipulan, unos que parlotean y dicen que tienen toda la razón del mundo, energúmenos que gritan, gamberros que pintarrajean las fachadas…, todos haciendo gala de su incultura y su holgazanería.

 

Constato mentiras y confirmo mi escepticismo. No me voy a creer nada de lo que digan los medios. Cuando no son noticias manipuladoras, son un cúmulo de errores, de imprecisión, de falta de rigor, de equivocaciones con los datos, faltas de ortografía, desconocimiento del lenguaje, confusión de conceptos y burradas inconmensurables, todo mezclado con una exaltación de las emociones más banales.  Constato lo perjudicial que resulta recurrir a las emociones para resolver los problemas. Nunca he podido pagar al pescadero con una emoción.

 

Me sorprende que haya quien crea que, tarde o temprano, llegará un iluminado que lo arregle todo.  Se terminarán las hojas de los calendarios venideros, pasará el turno de la sepia y nadie habrá arreglado los males de los hombres y mujeres que transitan por las calles de mi ciudad que un día fue un prodigio de modernidad.

 

Mi incredulidad es cada vez mayor, pues para esto habían de servir las horas de estudio de física y matemáticas, estas materias proveen de escepticismo, tanto como la charlatanería hueca de los incultos que ocupan cargos públicos.

 

Con el calendario a cuestas valoro cada vez más el lenguaje inteligente del humor y la ironía.

 

Creo que hay que vivir bien. Soy pragmático e indulgente con las pequeñas virtudes y con los pequeños pecados. Los grandes los dejaré para que la historia los juzgue, yo no voy a hacerlo.

 

Las utopías y los paisajes del unicornio blanco son una entelequia para ir pasando el rato.

 

10 comentarios:

  1. En general, las personas hablan o dan su opinión teniendo muy poco o un vago conocimiento del significado de las palabras que utilizan, y además se suma el hecho del limitado vocabulario que se exhibe por acá y por acullá, algo muy notorio entre los jóvenes, pero no solo son ellos.

    En definitiva, impera el desinterés por adquirir cultura, y me refiero a la acepción primordial de este concepto: “Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico.” (RAE).

    Hoy dirán los prescriptores (“entendidos”) que los videojuegos son una manifestación cultural del siglo XXI, y esto me lleva a ratificarme en mis dos primeros párrafos, porque Cultura es una de esas palabras que se utilizan con escaso discernimiento.

    Por todo lo dicho, amigo Francesc, tu regreso me parece una excelente noticia.
    Un abrazo de bienvenida.

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    1. Constatamos la pobreza del vocabulario, cada día que pasa se hace más difícil entender y que te entiendan, es tan grande la pérdida que sufre el lenguaje que pronto se hará imposible la comunicación y todo serán interjecciones paupérrimas. Los “entendidos” que digan lo que quieran, que hablen de manifestaciones culturales del siglo XXI o de cualquier otra cosa, lo malo de todo esto es que la pérdida en el lenguaje indica también la pobreza de la inteligencia.
      Amigo Paco, en todo este tiempo que he estado desconectado sólo añoraba los comentarios de mis amigos.
      Abrazos

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  2. Nunca he podido pagar al pescadero con una emoción..."

    Creo que esta frase lo resume todo.
    Las cosas son todas relativas y las emociones sólo sirven para cegarte en un primer momento, así que hay que tomarse las cuestiones con escepticismo, co relativa incredulidad, pues ni por mucho todo es lo que parece.

    Un abrazo y bienvenido

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    1. Amic Miquel, todo es relativo, cambiante, pasajero, provisional, precario; la vida y la realidad, según decía Montaigne, es ondulante. Lo son las emociones y el precio del pescado.
      Abrazos.

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  3. Comparto tu actitud y ojalá logre yo alcanzar algo de las cotas de talante y de talento que te son propicias. Un abrazo.

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    1. Amigo Fackel, no creas, esta actitud mía no tiene ningún mérito, se trata de no creerte casi nada de lo que dicen y ponerlo todo en cuarentena. De hecho, no hay que hacer nada especial, relativizas todo y ya está.
      Abrazos

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  4. Bienvenido otra vez al corazón del "berenjenal".

    Antes la gente "bien" hacia retiros espirituales para recupera la fe, aunque ahora han caído en desuso.

    Ya veo que has sabido darle la vuelta al concepto hacia el otro lado, y con aprovechamiento. No es una mala idea, no.

    Comparto tu escepticismo, y envidio a aquellos que tienen fe o certeza en algo, porque siendo escépticos como nosotros, hay que aprender a navegar sin brújula ni carta de navegación, en la confianza de que nuestro instinto nos lleve a buen puerto.

    Un abrazo.

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    1. Amigo Rodericus, no sé qué hacían en los retiros espirituales, nunca tuve contacto con aquellos que se retiraban ni con ningún tipo de espiritualidad. En esto debo reconocer una carencia evidente. Siempre he sido un descreído.
      Me retiro a menudo para alejarme un poco de internet y de los telefonillos. Ahora ha sido un retiro de casi dos meses; me he dedicado a dibujar, pasear, escuchar música y he leído mucho.
      Celebro tu escepticismo. Es higiénico. A mí, sin embargo, me gusta conocer las cartas de navegación para decidir por dónde no debo ir, además, los mapas me gustan.
      Abrazos.

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  5. Bienvenido seas tú y el escepticismo que traes contigo.

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    1. Hola Viky, ya tenía ganas de volver al calor de los comentarios de los amigos. Gracias.
      Un abrazo

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